Capricornio

Para los griegos, el capricornio era un animal mitad cabra y mitad pez. Y es que cuando el Sol transitaba por esta zona del cielo, comenzaba la temporada de lluvias. En el Zodiaco Navarro realizado por Armentia se tiene en cuenta la agrupación de estrellas que tiene forma de triángulo, lo cual le recuerda a un ‘pañuelico rojo’ de fiestas. “¿Serán los nacidos en estas fechas más sanfermineros que los demás?”, bromea.

Acuario

Si la mitología griega vio en esta zona del cielo un aguador, al Ganimedes copero de Zeus sirviendo de una vasija el líquido elemento, o si en Mesopotamia se olvida a la persona y se deja sólo la cántara, en el Zodiaco Navarro “esta constelación no puede menos que homenajear al otro líquido fundamental de nuestra cultura: el vino. Es, por tanto, una bota de vino la que queda inmortalizada en el cielo”, señala.

Piscis

En los diferentes zodiacos nos encontramos con esta zona del cielo habitada por dos peces. En el intenso estudio realizado para crear el Zodiaco Navarro, los expertos han coincidido en que se trataba de nuestra querida trucha. No sólo eso, sino que una línea de estrellas que recorre esta constelación convenció a los investigadores de que marcaba una fina veta de tocino. No quedaba duda: Piscis era una trucha a la navarra.Cetus

Durante 12 horas al año, de las 18:00 horas del 27 de marzo a las 6:00 horas del 28 de marzo, el Sol transita entre dos constelaciones. Los escasos privilegiados nacidos entonces tienen la particularidad de pertenecer a dos signos del zodiaco: son Piscis y son Cetus. Cetus era un monstruo marino que fue enviado por los dioses para comerse a la pobre Andrómeda. En eso estaba cuando apareció Perseo, quien con la cabeza de la Gorgona convirtió al monstruo en piedra. Pocos saben, sin embargo, que esa escultura fue trasladada a Pamplona, y hoy la podemos contemplar en la Plaza del Consejo.

Aries

El Carnero en nuestro Zodiaco Navarro va bien pertrechado con morral y almuerzo. Según Ovidio, a lomos de este animal, huyeron de su madrastra Frixius y su hermana Hella.

Tauro

No podía ser de otro modo. El Toro celeste que adorna el cielo desde los albores de la civilización mesopotámica se convirtió en nuestro Zodiaco Navarro en un toro “divino” sanferminero. Este Tauro es capaz de perseguir y ser perseguido, verdadero minotauro que abunda entre la Cuesta de Santo Domingo y la Plaza de Toros durante una semana al año.

Géminis

En la mitología al uso, los Gemelos celestes se llaman Cástor y Pólux, hijos de Zeus, de los cuales uno era divino e inmortal y el otro humano y perecedero. Curiosamente, a pesar de todo se llevaban muy bien. Pero en el Zodiaco Navarro, tenemos a dos famosas gemelas, las Dos Hermanas que se yerguen sobre Irurzun. Queda claro así el carácter de piedra mítica de esta zona del cielo.

Cáncer

El Cangrejo celeste, cuenta la leyenda griega, pinzó la pierna del valiente Hércules mientras luchaba con la Hydra. Al pobre, Hércules lo dejó un tanto aplastado. En el Zodiaco Navarro, sin embargo, nuestro cangrejo aprovecha el hecho de disponer de múltiples patas para ser el mejor dantzari, sin rival en las joticas o en el arin-arin. No deja de ser curioso que, para los platónicos, en esta zona había una puerta que permitía a las almas buenas acceder al cielo: muchos afirman que los cangrejos son uno de los cielos gastronómicos, a pesar de que en estos días nos invadan los cangrejos foráneos que ni bailan ni saben a nada.

Leo

El león ha sido símbolo, en casi todas las culturas, de vigor, fuerza y mando. A nadie se le escapa que es el “rey de los animales”. Su carácter regio queda plasmado en el Zodiaco Navarro como el más conocido de los leones de esta zona del mundo: el que adorna el escudo de Pamplona. Los expertos discuten si el león era el de judáh, el Nemeo de Hércules o incluso el de Daniel: puro bizantinismo, pues cualquier pamplonés sabe que se trata de la señal celeste de nuestros munícipes.

Virgo

La Virgen que portando espigas recordaba hace miles de años la época de la cosecha, o la sacerdotisa que en otros mitos lleva el cuerno de la abundancia es, en el Zodiaco Navarro, realmente la representación más honda del alma navarra. No podía ser de otra forma: con los brazos en jarras y sólidamente en pie, su atronadora voz proclama con una jota su procedencia.

Libra

Es posiblemente la constelación zodiacal más tardía, y hay quien la interpreta de origen romano, simbolizando con una balanza la justicia. En épocas anteriores, esta constelación no tenía entidad propia, y los griegos la asociaban a las garras del Escorpión, que es la siguiente constelación. En el cielo no es demasiado destacable, pero en la adaptación del Zodiaco Navarro tiene un peso importante. En efecto, qué mejor símbolo de balanza que un harrijasotzaile con sendas piedras an sus brazos.

Escorpio

El escorpión celeste picó al cazador Orión en el talón, que a la sazón era su punto más vulnerable. Pocas cosas buenas se oyen decir de los escorpiones, y para aquellos que han sufrido su aguijón, cuando pueden contarlo, está bastante clara su nocividad. Pero son todo infundios. Quien conocer el cielo, entenderá por qué en el Zodiaco Navarro el arácnido se tornó en vegetal: la forma un poco torcida indica un maravilloso pimiento del piquillo que, además, conserva una de las características del escorpión, y es que a veces pica que mata.

Ofiuco

Pocos saben que durante casi un mes el Sol recorre una zona del cielo que no pertenece a ninguna de las doce constelaciones clásicas del Zodiaco. Para la mitología, Ofiuco, o Serpentario, era un gigante que agarraba entre sus brazos una enorme serpiente. Simbolizaba a Esculapio, y estaba relacionado con la medicina y la curación. Cuando uno mira al cielo, en la zona de Ofiuco, usando el antiguo truco de unir las estrellas con líneas, descubre para su asombro que lo que se decía serpiente es realmente una bicicleta. Por ello, nuestros expertos han encontrado que en el Zodiaco Navarro Ofiuco es ni más ni menos que otro gigante, Miguelón, mostrando su biciclo.

Sagitario

Ser mitológico donde los haya, el centauro ha sido desde siempre un sueño imposible. Mitad humano, mitad caballo, recorría grandes distancias y era magnífico cazador al arco. Nadie ha logrado ver un centauro, salvo durante los carnavales. Pues en el Zodiaco Navarro este centauro arquero es un fiero Zaldiko.