Existen todo tipo de vehículos a motor. Están los que están exclusivamente diseñados para circular por la carretera y por tanto son todos aquellos coches, furgonetas, camiones o motos, entre otros, que podemos ver en la carretera cada día. Pero al mismo tiempo están todos aquellos diseñados para correr y disfrutar de la velocidad, del motor, de la gasolina o de la carretera. En esta ocasión vamos a centrarnos en los karts, antes de hablar del Circuito de Los Arcos que es la pista más grande Navarra y una de las mejores pistas outdoor del norte de España, así como de todo el sur de Francia.

Los karts son aquellos vehículos de tierra que son pequeños y en la mayoría de ocasiones son de un solo conductor, aunque a veces se puede encontrar algún kart donde puedan entrar dos personas independientemente de que el conductor sea solo uno. Como característica principal es que este tipo de vehículos está pegado al suelo y por lo general esto genera una sensación de mayor velocidad a la vez que adrenalina al que lo está conduciendo por el circuito.

En cuanto al embalaje, la carcasa o la carrocería hay de dos tipos. Por un lado están los que no tienen más que lo necesario para correr y por el otro, están los que están equipados con todo tipo de detalles. Los segundos, se pueden ver en las pruebas de karting -así se llama a las carreras de kart-, ya que tienen adheridos números o todo tipo de colores y patrocinadores en el vehículo.

La movilidad por lo general es sencilla para hacer lo básico y como en todo el nivel se incrementa en base al motor de cada kart, la velocidad que logres en cada una de la vueltas, la calidad de la carretera en la que estés corriendo o un sinfín de variables más que te harán ser mejor o peor piloto durante la prueba. En este sentido, también hay que destacar que las cuatro ruedas del monoplaza estarán sin alinear y siempre estarán pegadas a la carretera. Las dos ruedas delanteras tendrán la función de controlar la dirección o dicho de otra manera, serán las que nos hagan girar a la derecha o la izquierda en función de cómo giremos el volante o dónde queramos ir. Las traseras, por tanto, siempre estarán inmóviles.

Como hemos explicado en los karts se puede alcanzar grandes velocidades y por tanto, es muy importante saber controlar el freno, que puede ser de pedal o palanca -este suele darse en los que están destinados para los más pequeños y no cogen grandes velocidades-. Por otro lado, las partes principales del kart son el chasis, los neumático y el motor.

Tres pilotos encaran una curva de izquierdas. Foto: Pexels

En cuanto a la historia de los karts, tal y como indican los libros de historia habría que remontarse a 1956 en Glendale, en California, para encontrar el primer modelo creado por el ingeniero Art Ingels. Mientras era un constructor de coches de carrera en Kurtis Kraft, un famoso constructor de coches de carreras de Indy durante la década de 1950, ensambló el primer Go-Kart -un kart a motor sin techo- en la historia de chatarra y un motor de dos tiempos excedente de West Bend Company. El ingeniero norteamericano decidió ensamblar cuatro tubos soldados entre sí, les añadió un volante, un freno de palanca, un asiento, un motor de una máquina corta césped abandonada (marca West Bend) y cuatro ruedas de un carrito utilizado para transportar objetos, dando vida al primer Kart comercial de la historia.

Aquel primer kart tan solo lograba alcanzar los 50 kilómetros por hora y tuvieron que pasar años para que mejoran las prestaciones del vehículo. Así, en el año 1959 en la isla de Nassau, cerca de Florida, se disputó la primera competición internacional que algunos podrían considerar, siempre de manera no oficial, la primera Copa del Mundo Karting. En este periodo el kart se fue expandiendo por todo el mundo y en Europa primero entró por Italia gracias al noble italiano Nicolò Donà Dalle Rose que viajó a Inglaterra para llevárselo. Una vez en Italia lo probó en el famoso circuito de Monza.

En España se tardó un poco más. En Italia el primer kart llegó en 1957, mientras que aquí se tuvo que esperar casi a empezar la década de los años 60 para empezar a ver los primeros. Fue gracias a Demetrio Val que en su estancia en Estados Unidos los vio y quiso hacerlos en España. Habló con el empresario y emprendedor Ramón López y poco a poco fueron creándolos. El primero lo hizo un motor Montesa y con ruedas de Vespa. Poco a poco fue mejorando todo y al mismo tiempo empezaron a crearse los primeros circuito, así como carreras. Aun así, en España nunca se ha llegado al punto de éxito que ha habido en Italia siempre con el mundo de lo karts.

El circuito de Navarra

Aunque en España no se llegue a la altura de lo que ha significado el kart en Italia o en Estados Unidos en Navarra está uno de los mejores circuitos que se conoce. El Circuito de Navarra tiene una de las mayores pistas de la zona y es de las mejores pistas outdoor del norte de España, así como del sur de Francia. En cuanto a las características más generales, tiene una longitud de 731 metros, 15 curvas y tres tipos de karts. La diversión está asegurada.

Además, hay que destacar que tiene una longitud de trazado eventual con acceso al Circuito de Velocidad de 995 metros, que tiene una anchura de 10 metros en la recta principal y de 8 en el resto de la pista y, entre otros aspectos, tiene un amplio espacio de parking de 7.500 m².