Aquellos que en pleno año 2023 se crean que las tendencias en manicura son cosas del siglo XXI… están muy equivocados, sobre todo si tenemos en cuenta que, al igual que el resto del maquillaje en general, la manicura tiene su origen en el Antiguo Egipto. De hecho fueron los faraones los primeros en utilizar henna para pintar sus uñas y tanto el color como la longitud señalaban el nivel social en aquella civilización. Con la llegada del siglo XX las uñas volvieron a ser protagonistas, y ya en el siglo XXI algunas artistas como Rosalía han hecho de ellas una de sus grandes señas de identidad y casi una religión.
Desde que saltara al estrellato hace seis años, la cantante catalana no ha dejado indiferente a sus millones de fans de todo el mundo con sus diseños nail art extremos que muy pocas personas se atreven a imitar hasta tal punto que fue noticia cuando recientemente las cambió por un diseño mucho más cómodo. A poca gente se le escapó que Rosalía llevaba meses (un año según comprobamos en su cuenta de Instagram) luciendo uñas largas sólo en sus videoclips o en actos de promoción. Ya a finales de 2021, la cantante confesaba en una entrevista: “En mi día a día cuando estoy grabando y trabajando en el estudio, necesito las uñas cortas para poder tocar los instrumentos y trabajar en el ordenador muy rápido así que sólo llevo un dibujito pequeño”.
Pues bien, como ocurre cada año por estas fechas y con la llegada del buen tiempo se dejan ver las tonalidades llamativas en el mundo del nail art. Pero ojo, porque este verano, entre los diseños de uñas y tonalidades que más presentes se encuentran triunfa una línea más minimalista, la manicura francesa sigue estando entre las favoritas y los esmaltes en tonos naturales, topos y nude siguen arrasando.
Desde los egipcios
Cada antigua cultura ha tenido su relación especial con el maquillaje de uñas. Por poner algunos ejemplos durante el reinado de Nefertiti se creó una ley según la cual únicamente la nobleza podía llevar las uñas de color rojo y en China la dinastía Zhou puso de moda los metalizados en manicura, que posteriormente la dinastía Ming sustituyó por rojos oscuros y negros. Estos dos casos dan una imagen de la importancia que tenían en la antigüedad los colores que se aplicaban a las uñas.
El siglos posteriores, la tendencia era bañar las uñas en aceites aromáticos y después pintarlas de tonos muy suaves y delicados. Sin embargo, más tarde cayeron en el olvido y hasta el siglo XX nadie se preocupó demasiado por el cuidado de las uñas. En los primeros años de ese siglo continuaron reinando los colores muy claros gracias a la nitrocelulosa con el que se realizaban los esmaltes en Estados Unidos.
Y para ellos también
Poco tiene ya de raro que un hombre se pinte las uñas, de hecho cada vez es más común verles con diferentes esmaltes. Es verdad que los avances de la moda han ayudado a borrar los límites entre lo femenino y lo masculino, pero recientemente han surgido otras razones para usar las uñas pintadas, una humanitaria.
Sería hace más o menos cuatro años cuando actores famosos como Zac Efron y Chris Hemsworth compartieron sus primeras fotos en Instagram con las uñas pintadas, en ese momento eran parte de una campaña para apoyar la lucha contra el maltrato infantil. Pero más allá de esta iniciativa, muchos hombres se pintan las uñas porque les da la real gana y porque les gusta. Un estilo que planta cara a los roles tradicionales de la sociedad y de la moda.