Los Juegos Olímpicos de Tokio se han revelado como los más diversos e integradores de la historia. El portal gay ‘Outsports’ ha contabilizado un total de 185 atletas LGTBI+, más del triple de los que hubo en los Juegos de Río 2016. El gesto reivindicativo del estadounidense Raven Saunders dio la vuelta al mundo. Subido en el podio de lanzamiento de peso, levantó los brazos y formó una especie de X con las muñecas. “Es la intersección donde se encuentran todos los que están oprimidos”, dijo.
Un mes antes, el 21 de junio, el Ayuntamiento de Valencia, gobernado por Compromis y PSPV-PSOE, presentó su candidatura para los ‘Gay Games’ de 2026, que tienen lugar cada cuatro años y que se inauguraron en la ciudad de San Francisco en 1982. Valencia es una de las ciudades finalistas junto a Munich (Alemania) y Guadalajara (México).
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Entre el 13 y el 17 de agosto, la capital valenciana recibió una visita de la organización para ver sus instalaciones y poder informarse de primera mano, pero la hora de la verdad llegará cuando las tres ciudades defiendan su candidatura en Hong Kong durante la celebración de los Juegos, entre el 5 y el 9 de noviembre de 2022. Será el último día cuando se anuncie la opción ganadora.
La iniciativa de organizar los primeros juegos gays de la historia se debe al empeño de Tom Wadell, un deportista olímpico de decatlón que, tras su participación en México 68, sentenció: “Los ‘Gay Games’ pueden cambiar el mundo”. En su primera edición, Wadell logró reunir a un total de 1.350 atletas, una cifra que en la actualidad se eleva a unos 10.000 participantes, entre profesionales y amateurs, de más de 50 nacionalidades distintas. San Francisco repitió en 1986 y después vinieron Vancouver (1990), Nueva York (1994), Ámsterdam (1998), Sydney (2002), Chicago (2006), Colonia (2010), Cleveland (2014) y París (2018).
El lema del evento sigue siendo el mismo de hace 40 años: participación, inclusión y excelencia personal. Estamos, en realidad, ante un cruce deportivo y cultural, festivo y reivindicativo, que abre sus puertas al público de par en par. “Basados ??en estos valores, desde 1982, los ‘Gay Games’ han reunido a personas de todo el mundo, con diversidad, respeto, igualdad, solidaridad y cooperación. Los juegos están abiertos a todos, jóvenes o mayores, deportistas o artistas, experimentados o novatos, homosexuales o heterosexuales”, aseguran desde la Federación de los ‘Gay Games’ con sede en el distrito Castro de San Francisco, uno de los epicentros de la comunidad homosexual en el mundo.
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La huella de los ‘Gay Games’
La huella de los ‘Gay Games’Basta hacer un pequeño repaso histórico para ver la huella que dejan los ‘Gay Games’. Alguna de por vida, como le ocurrió al tenista Omar Houssain a finales de los 90: “A mí simplemente me cambiaron la vida. En mi primera participación, en Ámsterdam, me quedé fascinado, con todo, con el buen rollo, el deporte, el ambiente...”. Tina Turner, en un intento de relanzar su carrera en solitario, cantó en la ceremonia inaugural de San Francisco 82.
Relevantes personalidades, empezando por Barack Obama, también han aportado su granito de arena. El expresidente americano, durante su segundo mandato, envió un mensaje de bienvenida a los atletas que participaron en los juegos de Cleveland. “Estamos intentando cambiar los estereotipos”, dijo Obama. “La tendencia está cambiando y creo que estos juegos pueden tener un impacto tremendo”, subrayó. También se han roto algunos récords, el más celebrado, seguramente, fue obra de Michael Mealiffe, del equipo de natación West Hollywood Aquatics Team WH2O, cuando se impuso en los 100 metros mariposa en 1990.
La hazaña se registró en el documental ‘Light In The Water’ y contribuyó a romper prejuicios con respecto a la fortaleza física de los atletas homosexuales. Por su parte, las actividades culturales cuentan asimismo con una importante presencia. En París 2018, por ejemplo, tuvieron lugar una serie de conferencias, bautizadas como ‘Cafés Philosophiques’, donde se abordaban temas de interés para la comunidad LGTBI+.
Próxima edición
La undécima edición se celebrará en Hong Kong y se prevén 36 disciplinas deportivas, incluidas algunas modalidades especialmente populares en la región, como los eSports o la carrera de barco de dragón. También habrá curiosidades como el cheerleading, una mezcla de acrobacia y animación deportiva.
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Por supuesto, no van a faltar los deportes de grupo e individuales de siempre: atletismo, fútbol, baloncesto, tenis, bádminton, waterpolo, lucha libre, artes marciales, natación, golf, squash... En la página web oficial de Hong Kong 2022 llama la atención el entusiasmo con el que se presenta el evento que se celebra por primera vez en Asia. A las llamadas a una masiva participación abierta a todo el mundo, se le suman unas cifras mareantes que muestran el enorme poder de convocatoria de los ‘Gay Games’. Los organizadores “esperan” recibir la llegada de 12.000 participantes -lo que sería la cifra más alta en sus 40 años de historia-, un total de 75.000 espectadores y 3.000 voluntarios provenientes de “más de 100 países”. Tras el “éxito” de los últimos Juegos celebrados en París calculan que el evento tendrá un impacto económico de 128 millones de dólares además de “millones de fotos en las redes sociales”.
Pero a falta de más de un año para su celebración, la Federación se ha topado con importantes recelos de los políticos afines al establishment, alineados con el ala conservadora de Beijing.
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Sobre la megalópolis asiática, una de las cunas del progresismo en la región, está cayendo una cascada de críticas por parte de las autoridades locales que secundan las férreas tesis chinas: califican los ‘Gay Games’ de 2022 como una especie de “lobo con piel de cordero” que podría representar una “amenaza” para la seguridad nacional, según informa ‘The Washington Post’. Uno de los políticos que más lejos ha llevado las acusaciones ha sido el diputado Junius Ho Kwan, que ha calificado los Juegos como “vergonzosos” y ha señalado que generarán “dinero sucio”.
Otra legisladora, Priscilla Leung, ha advertido de que los activistas podrían utilizar el evento deportivo y cultural para promover “acciones políticas”. Peter Shiu, miembro de un partido de centro derecha, hizo otro comentario homófobo al declarar que Hong Kong puede “tolerar” pero no “promover” la homosexualidad. A las puertas de su 40 aniversario, pisando por primera vez suelo asiático, el eslogan que tiñe de arcoíris los Juegos Olímpicos desde principios de los 80 está más vigente que nunca.
Lo importante es participar
Maika Peciña acudió a sus primeros ‘Gay Games’ en 1994. Celebraron su cuarta edición en Nueva York y allí acudió como espectadora. Quería ver qué era ese evento y, una vez allí, con 25 años, descubrió que además del deporte también había debates o eventos culturales, entre otras cosas. A su vuelta, sintió que necesitaba meterse más en los ‘Gay Games’. Pensó mucho hasta que decidió que sería jugadora de tenis de mesa. Quería un deporte en donde nadie tuviese que depender de ella.
El evento, pese a celebrarse a nivel mundial, no dispone de ningún tipo de ayuda especial. Los participantes se autofinancian todo, aunque Maika confiesa que en España sí que ha habido algún tipo de apoyo por parte de la propia Federación de los Juegos. Por jugar tienen que pagar 250 euros y en ocasiones se intenta que entre todos los países paguen un poco más para que así puedan ir participantes de otros lugares con menos recursos. El objetivo es crear una gran fiesta del deporte, donde pese a que el deporte engloba todo, en realidad es secundario, pues lo importante es participar.
Entre sus cientos de anécdotas , confiesa que en 1998, en Vitoria-Gasteiz, intentaron hacer un equipo de baloncesto para ir a Sidney. Pese al esfuerzo, no lo consiguieron porque muchas jugadoras no pudieron ir por diferentes motivos. Hay que darse cuenta de que es un evento enorme donde se va a disfrutar, pero que nadie te financia y si en el ámbito personal hay algo más importante que hacer, la opción elegida es no ir a los ‘Gay Games’.
Aun así, pese a que lo importante sea participar, siempre puede haber algún que otro atleta que pelee hasta la extenuación por las medallas. No es el caso de Maika, que recalca que lo bueno de haber elegido ese deporte es que le permite estar hasta tarde disfrutando, ya que no necesita de tanto descanso como los que hacen maratones, por ejemplo. Esto le sucedió en Zurich, cuando ya bien entrada la noche ella continuó de fiesta, mientras su amiga Itsaso, que corría al día siguiente una media maratón, tuvo que ir a descansar, un poco, recuerda entre risas.
En el caso de Maika Peciña, ella ha vivido los ‘Gay Games’ tanto como espectadora como deportista. Aun así, asegura que los de Ámsterdam no los va olvidar nunca y que son sin duda los que más ha disfrutado en todos estos años. “Gracias a estas experiencias descubrí lo que significaba ‘crear comunidad’ y sentir ‘orgullo’, concluye .