Las cifras de Euskadi en generación de energía renovable están muy lejos del objetivo de la Ley de Transición Energética de alcanzar 32% del mix energético en 2030. ¿Cuál es la situación actual?

En primer lugar, es importante señalar que Euskadi está a la cola de Europa en cuanto a producción de energía renovable. Euskadi generó un 16,4% de energías renovables en 2023, la cifra más baja desde 2011. Y si tenemos en cuenta el porcentaje que supone la producción eléctrica renovable sobre el total del consumo eléctrico, las cifras son todavía más preocupantes: un 7,3% para Euskadi frente al 63,6% de España y el 54% de la Unión Europea. ¿Esto qué quiere decir? Que somos grandes importadores de energía y que, por lo tanto, cuanta más energía importemos, menos independencia tendremos.

Cumplir la Ley de Transición Energética y Cambio Climático aprobada por el Parlamento Vasco va a suponer un gran reto para Euskadi, ya que uno de los objetivos que marca esta ley en cuanto a descarbonización es que la producción eléctrica renovable sea del 32% en el año 2030. Es decir, multiplicarla por cuatro en seis años. Los meses avanzan y no podemos esperar más a construir parques eólicos y fotovoltaicos, porque si no, no cumpliremos la neutralidad de emisiones en 2050 marcada por la Unión Europea. 

Uno de los sectores que más energía necesita es la industria ¿qué papel juegan las energías renovables en su proceso de descarbonización?

Juegan un papel crucial. Debemos tener en cuenta que Álava es un territorio altamente industrializado, donde la industria representa el 33% del PIB del territorio, una cifra mucho más alta que el resto de España donde representa el 17,6%, y, por lo tanto, donde se produce un consumo intensivo de electricidad. La realidad es que la descarbonización a través de la electrificación es clave (y obligatoria) para la industria alavesa. En este sentido, no solo es una obligación de Europa y una necesidad ambiental, sino que mejora la competitividad de las empresas. Y para lograr esta descarbonización será necesario electrificar sus procesos y, para ello, necesitarán consumir energía renovable

La compañía desembolsará un total de 180 millones en el alquiler y compra de terrenos durante estos 30 años

Por lo tanto, ¿van a vender energía renovable a las empresas alavesas?

Así es, nuestro objetivo es abastecer de energía renovable a empresas del territorio, la necesaria para que las empresas puedan materializar su descarbonización en los plazos que establece la legislación, a un precio económico y que no encarezca su producción, con el objetivo también de contribuir al crecimiento del movimiento empresarial mediante precios de energía baratos y así generar empleo y riqueza en el territorio. Solaria ofrecerá acuerdos de venta de electricidad a precios muy competitivos para la industria vasca (PPA). El resultado es un beneficio tanto para la sociedad, a nivel comunitario, como para la industria. 

Joseba Ramos, Coordinador de  Relaciones Institucionales de Solaria

Joseba Ramos, Coordinador de Relaciones Institucionales de Solaria Cedida

¿Qué beneficios económicos generarán las plantas fotovoltaicas en el territorio?

Las plantas solares que estamos desarrollando serán una fuente de riqueza para el territorio, tanto a través de la creación de empleo local (directo e indirecto) como del pago de impuestos. Cada planta de 50 MW genera un beneficio de 49 millones de euros para las administraciones públicas durante los 30 años de vida útil de la planta. En total, Solaria desembolsará un importe superior a 1.350 millones de euros en tributos forales y 220 millones de euros a los ayuntamientos. Tanto la Diputación Foral de Álava como los municipios podrán invertir estos ingresos en las comunidades locales para la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos del territorio.

Asimismo, la compañía desembolsará un total de 180 millones en el alquiler y compra de terrenos durante estos 30 años. Estos impuestos sumados a la creación de más 6.000 nuevos empleos aproximadamente durante la fase de construcción y 150 puestos para labores de operación y mantenimiento durante la vida útil de la planta generarán un impacto positivo a los pueblos del territorio. En definitiva, estamos ante un proyecto trascendental que va a dotar a Euskadi de una importante cantidad de energía renovable, imprescindible para la descarbonización de la industria vasca.