Marie Kondo, la gurú japonesa que revolucionó el mundo del orden hace más de una década con su método KonMari, no solo cambió la forma en la que organizamos nuestros hogares, sino también la manera en la que nos relacionamos con nuestras pertenencias.
Para esta experta, el orden no es solo tener la casa limpia y con todas las cosas en su sitio, sino también rodearnos de todo aquello que nos hace felices y deshacernos de lo que no nos aporta ningún valor emocional.
Uno de los consejos de Marie Kondo tiene que ver con un gesto tan cotidiano como cortar las etiquetas de la ropa, algo que aunque parezca absolutamente trivial, para esta experta del orden es un acto profundamente simbólico.
Un obstáculo para la conexión emocional
Según Marie Kondo, una prenda que todavía tiene las etiquetas pertenece aún a la tienda. No la hemos "adoptado" del todo y por eso es probable que la dejemos olvidada en el fondo del armario. Considera quitarle las etiquetas a una prenda como una especie de ritual de bienvenida, el momento en el que ese objeto se integra completamente en nuestra vida.
"Cortar la etiqueta es como cortar el cordón umbilical entre la prenda y la tienda", asegura la experta y añade que este pequeño gesto ayuda a crear un vínculo con la prenda, a verla como parte de tu día a día y no como algo ajeno.
¿Y si quiero revenderla después?
Muchas personas deciden no quitar las etiquetas por si más adelante quieren revender la prenda. Sin embargo, Marie Kondo advierte de que eso es una contradicción. Si compras algo con la idea de usarlo, debes hacerlo tuyo desde el principio; si lo haces con la mentalidad de invertir, tal vez debas pensártelo dos veces antes de comprarla.
Motivos para quitar las etiquetas
Más allá de las razones filosóficas aportadas por Marie Kondo hay otros motivos concretos para querer quitar las etiquetas de la ropa. Estos son:
1- Comodidad
Algunas etiquetas pican, molestan o irritan la piel sobre todo en zonas como la nuca, el cuello o los costados.
2- Estética
En prendas ligeras o ajustadas, las etiquetas pueden transparentarse, sobresalir o abultar, arruinando el look.
3- Alergias
Hay personas sensibles a ciertos materiales o tintes utilizados en las etiquetas.
4- Ruido y volumen
Algunas etiquetas, especialmente en ropa deportiva, son grandes, hacen ruido o abultan innecesariamente.
Cómo quitar la etiqueta sin dañar la prenda
Si decides quitar las etiquetas, es importante hacerlo bien. Usar tijeras puede parecer la forma más sencilla, pero muchas veces podemos terminar rompiendo la costura o dejando un agujero en la prenda.
Una alternativa curiosa es el truco de la lima de uñas, recomendado por la experta en el hogar Maite García (@maidecorate). Consiste en usar una lima para desgastar el hilo que une la etiqueta a la prenda, sin dañar la tela. Solo necesitas una superficie plana, paciencia y movimientos suaves.
También puedes usar una pinza de depilar para ayudarte a tirar del hilo sin forzarlo. Si la etiqueta está pegada y no cosida, puedes aplicar calor con una plancha para ablandar el adhesivo y retirarlo.
Motivos para no quitar las etiquetas
No querer quitar las etiquetas es una opción tan válida como querer eliminarlas. Y es que las etiquetas también tienen su función:
1- Facilitan el reciclaje
Las etiquetas ayudan a clasificar la ropa para el reciclaje según la composición de su tejido, lo que contribuye a la sostenibilidad de la industria textil.
2- Información sobre el cuidado
Contienen información importante sobre el material, el lavado y el secado de la prenda, lo que ayuda a prolongar su vida útil.
3- Identificación de la marca u origen
Las etiquetas pueden ayudar a identificar la marca, el país de origen o el tipo de tejido de la prenda, lo que puede ser útil para futuras compras o para evaluar la calidad de la prenda.
4- Valor de la prenda
En algunos casos, las etiquetas pueden aumentar el valor de la prenda, sobre todo en los casos de ropa vintage o de diseñador.
Ya lo ves, quitar o no las etiquetas de la ropa es en último término una decisión personal. Más allá del significado emocional que atribuye Marie Kondo a dicho gesto, ambas opciones son igual de válidas, así que inclínate por la que consideres más adecuada en tu caso.