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Madera local, industria de futuro

El sector forestal madera, con Baskegur, impulsa la bioeconomía forestal como palanca para descarbonizar Euskadi y fortalecer la industria con madera local certificada

Madera local, industria de futuroCedida

En Euskadi, los bosques son una fuente de vida, desarrollo y equilibrio territorial. El sector forestal-madera, con Baskegur como entidad de referencia, impulsa desde hace años un enfoque que integra conservación y aprovechamiento responsable. Por un lado, impulsa la recuperación y cuidado de frondosas autóctonas –como el roble o el haya–, que ya cubren el 50% del territorio forestal vasco; y por otro, promueve la gestión sostenible de coníferas, esenciales para sectores como la construcción, la energía o el embalaje. Este equilibrio refuerza un modelo basado en la sostenibilidad ambiental, económica y social.

Impulsar la madera de proximidad también fortalece el tejido industrial vasco. Disminuye la dependencia de materias primas importadas, estimula la economía local y refuerza la autonomía productiva del territorio. Sin olvidar, que fomenta la colaboración con un sector primario imprescindible.

Dar visibilidad y generar cultura forestal

Para consolidar esta visión, se impulsan iniciativas de comunicación y educación ambiental como la campaña “Egurraren Herria - Bosque Country”, que lidera PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification) junto con instituciones vascas y con la colaboración de Baskegur. PEFC otorga una certificación, avalada por organismos internacionales, que garantiza la cadena de custodia de los productos del bosque.

A través de seis personajes simbólicos, que representan distintos perfiles sociales y profesionales, esta campaña aspira a transmitir un mensaje claro: el bosque forma parte de nuestra identidad, y su gestión responsable nos conecta con un futuro más limpio, más verde y más justo. Con estas acciones, se busca ampliar el conocimiento ciudadano sobre el valor de la madera como material sostenible y generar un cambio cultural que favorezca su elección en la construcción, el diseño o el consumo diario.

Gestionar los recursos forestales con inteligencia es apostar por un futuro más sostenible, autónomo e innovador

La madera como sector estratégico

Además de las evidentes ventajas ambientales, representa una oportunidad para posicionar Euskadi como referente en soluciones de valor añadido basadas en materias primas renovables. Tanto es así que, tanto a nivel regional como europeo, se considera al sector forestal madera como un sector estratégico en políticas industriales y ambientales. 

La industria vasca necesita materias primas seguras, sostenibles y competitivas. La madera cumple con estos requisitos y, al integrarse en nuevas aplicaciones y productos, abre vías de innovación y desarrollo industrial. Desde la arquitectura, el packaging inteligente hasta los biocompuestos, el sector ofrece respuestas alineadas con los retos climáticos, sociales y tecnológicos. Este compromiso fue reconocido en la Conferencia Internacional FIBC celebrada en Vancouver, donde Euskadi presentó su estrategia de bioeconomía forestal como modelo de referencia.

Hacia un modelo productivo más verde

La madera no es exclusiva del ámbito de la construcción. También se emplea en sectores tan diversos como los bioplásticos, los embalajes, los aislamientos, los tejidos técnicos o la energía renovable. En Euskadi, estos recursos permiten abastecer de calor a edificios públicos y privados (como hospitales o comisarías), cerrando un ciclo local de aprovechamiento responsable.

Estas iniciativas se enmarcan en el Basque Green Deal, la estrategia impulsada por el Gobierno Vasco, HAZI y las diputaciones forales, para avanzar hacia una economía más sostenible. En ella, se reconoce a este sector como uno de los vectores clave del desarrollo económico e industrial del territorio. Baskegur sirve de nexo entre centros tecnológicos, administraciones y empresas, facilitando la conexión entre conocimiento, producción y sostenibilidad.

El sector forestal madera permite reindustrializar el territorio sobre bases ecológicas, generar empleo en entornos rurales y avanzar hacia una economía menos dependiente de recursos fósiles. En definitiva, ofrece una hoja de ruta para una Euskadi más resiliente, innovadora y sostenible al combinar recursos, conocimiento y compromiso. Y tiene una hoja de ruta clara: innovar, colaborar y descarbonizar.