La exgimnasta vitoriana Almudena Cid confiesa que en el deporte "la edad siempre te aprieta", aunque ella descubrió "las virtudes de la gimnasta experimentada" y sacó "amor propio" para obtener el máximo partido de la "madurez" sobre el tapiz, al mismo tiempo que reveló que no era una deportista "competitiva" y que vivió una "crisis de identidad" al retirarse.

"Empecé en la gimnasia porque en casa siempre lanzaba el cepillo del pelo y cogiéndolo, entonces mi madre decidió meterme en un gimnasio porque si no acabaría con la casa. Siempre he sido muy hábil con los aparatos, con mucha destreza con el cuerpo, además era muy flexible, y siempre he tenido claro que me gustaba", relató Cid en una entrevista en un acto de celebración del 15º aniversario de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y Ausonia.

No obstante, la exgimnasta nunca creyó que "sería internacional" y que "podría ser un referente" dentro de su deporte. "Demostré que la madurez y la experiencia son algo muy a favor para prolongar tu carrera y mostrar una gimnasia muy madura, que es la que gusta ver", destacó.

La de Vitoria completó una carrera de 21 años que finalizó en los Juegos de Pekín en 2008, con su cuarta y última final olímpica. La española es la única gimnasta con cuatro finales en dicho evento deportivo, después de pasar épocas complicadas en su etapa más madura, en un deporte donde la juventud, solo a priori, es una ventaja.

"A mí de pequeña no me costó iniciarme en la disciplina, sí me costó cuando sentí que era prescindible y otra podía ocupar mi sitio, una más joven, más ágil, más delgada, lo pasé mal. Pero empecé a descubrir las virtudes de la gimnasta experimentada. Sale un amor propio que no había antes y es muy bueno para la competición", explicó.

Cid insistió en que, aunque la inocencia de la infancia puede facilitar la obediencia en ese proceso de formación, si deseas ser gimnasta profesional, toda tu vida deber estar "al cien por cien para la gimnasia". Aunque es "importante" tener "momentos de oxígeno". "Yo tenía vacaciones activas, aprendí a descansar entrenando, porque una ya se empieza a conocer", recordó.

La gimnasta rusa Oksana Kostina fue su referente desde pequeña, y ahora Almudena Cid se muestra orgullosa de que, a pesar de no haberse colgado ninguna medalla en ningún gran evento, ella lo sea para muchas niñas que se inician en su deporte. "Me sigue sorprendiendo mucho que después de 15 años, yo sigo dando clases de gimnasia y se llenan. Las niñas que no habían nacido cuando yo competía conocen mi carrera, saben quién soy... Eso me parece tan bonito", afirmó.

"Normalmente asociamos el éxito a las medallas, pero hay deportistas que trascienden por otro tipo de aptitudes y actitudes. Ese es mi caso, la longevidad, haberme adaptado a distintos cambios de códigos... El valor que yo he tenido es que me he adaptado a distintos códigos, me genera esperanza que el publico se haya parado en eso y no en la medalla", reflexionó sobre el éxito.  

"NO ERA NADA COMPETITIVA, SOLO QUERÍA ESTAR ORGULLOSA DE MI TRABAJO"

Para la exgimnasta, la expectativa del deportista "para con su deporte es muy importante". "Yo no es que no esperaba llegar a una medalla, es que sabía a lo que podía llegar", señaló, antes de asegurar que un deportista debe "ser consciente de por qué hace este deporte.

"Muchas veces nos centramos más en el aplauso del de fuera, su opinión, que en el propio recorrido personal, porque en el deporte de élite llegan muy pocos. Hay gente que llega al éxito muy rápido y cuando te retiras luego nadie se acuerda de ti, entonces si tú no te pones en valor, no te pondrá nadie", manifestó.

En su caso particular, ella siempre sintió que "era una mierda", pero a los 21 años se dio cuenta de que su pensamiento "no cuadraba con la realidad". "Yo no era nada competitiva, yo quería cumplir con mi trabajo, sentirme orgullosa de mi trabajo. Sí que cuando me pasaba algo era como 'esto no podrá conmigo'", profundizó.   

"Llegué a enfrentarme a la Federación (Real Federación Española de Gimnasia) porque no querían que siguiera entrenando en el lugar done trabajaba. Enfrentarme a jugarme mi trabajo en 90 segundos y fuera pelearte con una institución más fuerte que tú... Fue lo más complicado de gestionar. Después me pasó factura, por ese rechazo, abandono, nada giraba en torno a mí", relató respecto a un encontronazo con la RFEG, con la que no quiere "trabajar", ya que sabe "la realidad de las federaciones". "Si entrara, tendría que hacer una limpia maravillosa", criticó.

En esos Juegos de 2008, fue la primera y última vez que besó el tapiz para dejar atrás una larga trayectoria a los 28 años, siendo la única gimnasta tan veterana en la élite. Tras anunciar su retirada, Cid sufrió "una crisis de identidad", "Pensaba: '¿quién voy a ser sin la gimnasia?'", apuntó.

"Sientes que no vales para nada. Pasas una transición complicada hasta que te das cuenta de que mucho lo que has vivido como deportista lo puedes reciclar, yo lo hice como actriz. Me he dado cuenta que tenía mucho recorrido hecho. Sí hay una transición difícil, pero después de dar el paso encuentras todas tus fortalezas", agregó.

"ME HAN PASADO COSAS DRAMÁTICAS"

La exdeportista vasca se refugió en el mundo, nuevo para ella, de la interpretación, una elección "orgánica" que "necesitaba" para "transitar" por todas sus emociones. "Era una forma de sanarme. Agudizas la empatía y me ha hecho mejor persona, leyendo, viendo teatro, con el cine...", explicó.

"Es un mundo que no pude explorar por la gimnasia. Vivo sensaciones parecidas, recupero lo poco que me gustaba de la competición sobre el escenario. Aquí no me preocupo tanto por la edad, algo que en el deporte siempre te estaba apretando y diciéndote: 'se te acaba ya'", lamentó.

Además, reconoció que su experiencia como gimnasta le es todavía práctica en su día a día. "A mi edad madura me han pasado cosas dramáticas y me he dado cuenta que mi mecanismo de actuación para salir ha sido el que he generado en el deporte, y yo me quedo con eso, por encima de ser la única con cuatro finales olímpicas, se referente para mujeres... Me quedo con ese mecanismo de actuación, una forma de reaccionar que me ayuda a salir antes de las cosas", comentó.

Finalmente, Almudena Cid celebró poder "darle difusión" al cáncer de mama, al ser imagen de la campaña de la AECC y Ausonia, y "concienciar" sobre las vigilancias y revisiones. "Quiero lanzar un mensaje, que es a la vez muy deportivo: centrarte en el paso a paso. Esto es esperanzador. Hay un porcentaje de cura muy alto, se ha destinado mucho a la investigación, hay muchas en desarrollo muy esperanzadoras", concluyó.