Quedó primera, era Rosa de España, la joven del momento, la voz universal, pero cuando Gestmusic calmó las aguas de Operación Triunfo 1 y la mandó al quirófano, la joven de voz potente colapsó. Tuvo que desaparecer meses para desconectar, descansar, recomponerse y, aún y todo, tuvo tiempo de sacar su primer disco: Rosa, aunque las dos únicas coplas que alcanzaron cierto éxito fueron A solas con mi corazón y Caradura. Y desde hace un par de lustros ya no se bailan ni en las bodas. Porque aunque la magnífica intérprete de Peñuelas (Granada) sigue ligada al mundo de los medios, la prensa rosa y la comunicación, su carrera artística está más llena de sombras que de luces. De fantasías que de realidades. De tropiezos que de éxitos. Por ello, después de meses de silencio musical, pero de ejercicio espiritual, la artista ya prepara su regreso a los escenarios.
Y lo hará con Tour Vacío, el espectáculo que tuvo que suspender en mayo del pasado año debido al estallido de la pandemia mundial del coronavirus. Y que, todo sea dicho, clama una revisión de nombre. Pues para llenar al 50% teatros y auditorios de todo el Estado, pocos adjetivos menos marketinianos puede haber que vacío o vacía. Es una sugerencia. Porque la cantante, que dará en breve las fechas de sus conciertos, ha detallado a la revista Pronto que en su show va a recorrer 20 años de música. "Vamos a bailar, a emocionarnos y a disfrutar de la vida", como si de una gala de expulsión de OT se tratara.
Eso sí, las malas lenguas ya se preguntan de dónde va a obtener material para entretener durante hora y media de espectáculo a esos fans tan entregados, los mismos que no compraron sus últimos discos: Promesas, Propiedad de nadie, Rosa López, Kairós..., a pesar de incluir joyas musicales tan bellas como De haber sabido, escrita y compuesta con cariño por el mismísimo José Luis Perales.