Estas son las cervezas perfectas para beber con tu tapa o platos preferidos cuando vas de aperitivo
En tiempos de terrazas en compañía y sin prisas, maridar comida y bebida aumenta el placer de un merecido tiempo de ocio
Aunque se consume en cualquier época del año, la primavera y el verano traen el calor necesario para que la cerveza sea una de las bebidas preferidas cuando salimos a tomar algo con los amigos o la familia. Y lo normal es acompañarla de algún bocado. O al revés, sirve de refresco entre una tapa y un pincho.
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En estas ocasiones, son muchos los que se preguntan, vista la gran cantidad de estilos de cervezas que existe y la gran variedad de platos, tapas y pinchos que se ofrecen, cómo se podrían maridar de la forma más adecuada para alargar el placer gastronómico. Si con los vinos se hace, ¿por qué no con la protagonista principal de aperitivos y tertulias?
Tipos de cervezas
Antes de decidir qué cerveza beberemos con según qué plato, hay que conocer los diferentes tipos de esta bebida que existen.
Así, de entrada, hay dos tipos de cerveza: las ale o de alta fermentación y las lager o de baja fermentación. Las primeras suelen tener una graduación más alta, mucho cuerpo, sabores más intensos. Se elaboran con levaduras que fermentan a temperaturas entre los 15 y los 25 grados y que tienden a concentrarse en la parte alta del mosto, de ahí lo de alta fermentación.
Por su parte, las lager son más ligeras y se sirven a temperaturas más bajas, por lo que resultan muy refrescantes. Además, su fermentación se hace con levaduras que permiten una fermentación a baja temperatura, entre los 4 y los 9 grados. Además, se depositan en el fondo de los recipientes, por lo que se las conoce como de baja fermentación.
A partir de aquí, cada cervecera crea su propia variedad en función de los ingredientes empleados: qué cereal, la cantidad de lúpulo, el tostado de la malta y otras variaciones y mezclas que vayan introduciendo. De esta manera, aparecen las lager pilsen, especial o extra, o las pale ale, IPA, cervezas negras, stouts o porter, las trapenses, entre otras muchas, y cada cual a su vez con sus propias características de texturas, sabor y color.
Así se puede maridar en el aperitivo
Por ello, la Asociación de Cerveceros de España y la tecnológica Glovo se han unido para crear la primera guía de maridaje para los platos más tradicionales de la gastronomía española. Los primeros ponen el conocimiento y los segundos, a modo de propuesta, la lista con los platos que más les han pedido a lo largo del año.
Este es el resultado, que puede probarse en las barras y terrazas a lo largo del verano. Algunas de las combinaciones resultan muy sorprendentes, pero sentarse a la mesa con la mente abierta depara inesperados descubrimientos. Eso sí, no hay que olvidar que el alcohol hay que consumirlo con moderación.
Croquetas con blonde ale
La tapa más pedida, la croqueta en cualquiera de sus formas, combina a la perfección con una cerveza blonde ale, una ale rubia. Esta cerveza con poder refrescante, con base de cereal y toques herbáceos, vegetales y afrutados, aporta una base dulzona de malta que armoniza con la cremosidad del relleno de las croquetas. Además, la carbonatación potencia el rebozado crujiente y limpia el paladar.
Tortilla de patatas con brown ale
La tortilla de patata es la gran estrella de los pinchos y los maestros cerveceros tienen claro que la cerveza brown ale, una ale tostada, es la indicada. Una variedad de alta fermentación de cuerpo medio, notas tostadas y caramelizadas que combina muy bien con la tortilla. Su amargor potencia el sabor de los huevos y las patatas. Si lleva cebolla, el dulzor se potenciará al máximo gracias al toque caramelizado.
Ensaladilla rusa con lager rubia
El poder refrescante y ligero de la cerveza rubia más consumida aporta la limpieza que el paladar necesita tras el ligero toque ácido y avinagrado que aportan los encurtidos presentes en la ensaladilla rusa. Los sabores a pan blanco y frutas blancas de esta fermentación se complementan con la cremosidad de la ensaladilla.
Cachopo con Weissbier
Este plato típico asturiano, caracterizado por su salado intenso y gusto umami, requiere de una cerveza con notas dulces y especiadas. La alta fermentación y carbonatación de la Weissbier, cerveza blanca de trigo, rompen la cremosidad del queso y potencian la textura del rebozado.
Paella con IPA
La carbonatación y sequedad de las IPA, que ofrecen un gusto amargo, permiten que los granos de arroz se suelten en la boca. Por su parte, el contraste generado por los cambios de temperatura, junto con los sabores especiados y vegetales de la paella, permite tamizar el toque picante del alioli.
Bocadillo de calamares con radler
La frescura y las notas cítricas de una cerveza con limón, que es lo que es una radler además de una marca, acompañan la salinidad del calamar, mientras que la carbonatación ayuda a limpiar el paladar de la fritura. Este maridaje se refuerza si se añade limón a las rabas, pero también evita que el zumo reblandezca la cobertura de los calamares, da igual en bocadillo o en una ración.
Pulpo a la gallega con Dunkel
El tostado tan característico de esta variedad de cerveza ofrece matices a frutos secos y pan tostado que ayudará a regular el sabor a pimentón que suele acompañar al pulpo a la gallega. El perfil maltoso de la Dunkel crea una combinación muy fresca sin tapar los sabores del plato.
Gazpacho con Pilsen
Para la sopa fría del verano, el gazpacho, los maestros cerveceros recomiendan la primera cerveza rubia de la historia, la Pilsen, un tipo de cerveza amarga con toques especiados, picantes y balsámicos, que acompañan los matices vegetales de las hortalizas, pimientos y pepinos. El juego de texturas y sabores entre ambas bebidas potencia esta combinación.
Churros con Stout
Por probar que no quede: churros y una cerveza stout. Esta cerveza negra con sabores a cacao y café y unos tonos ligeramente amargos acompaña este dulce clásico español. Los propios expertos cerveceros recomiendan mojar los churros en este tipo de cerveza.