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El reloj de la torre de San Miguel se expone en Villa Suso

Tras varios meses de reparaciones se podrá observar de cerca la maquinaria del reloj hasta el día 9

En imágenes: Exposición de la maquinaria del reloj de la torre de San MiguelJorge Muñoz

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El reloj de la torre de San Miguel es uno de los más reconocidos por los vitorianos por su localización en plena Virgen Blanca. Hace unos meses se retiro las maquinaria y las agujas para solucionar ciertos problemas y devolver las piezas a su estado original. Este reloj data del 1857 y se encargo de su fabricación Tomás de Miguel, un relojero madrileño.

Desgaste en los dientes

En 1994 es cuando llega por primera vez a las manos de los hermanos Suescun, cuando su relojería se convierte en la encargada de mantener los relojes de la capital alavesa en orden. "Nosotros recogimos el reloj lleno de mugre, y principalmente el problema gordo era que había desgastes en los dientes de las ruedas", aseguran los relojeros. Además, en los años 2000 también tuvieron que intervenir en la maquinaria, ya que faltaban algunas piezas clave para la sonería del reloj.

Reloj de la Torre de San Miguel.

"Lo que pretendemos hacer es que vuelva a tener servicio, que dé sonería, porque llevaba décadas sin dar. De hecho, el antiguo relojero municipal, cuando el día del 4 de agosto de Celedón, con un martillo daba la campana, porque el reloj solamente movía las agujas.

El criterio que se hace es invertir las ruedas, es decir, como estaba una cara, porque el piñón trabaja por una sola cara, le damos la vuelta y ponemos cara virgen", indican. Una solución que funciono en el momento, pero tras 25 años se han vuelto a desgastar los dientes y era necesario volver a reparar.

Sonería de cuartos simple

Asimismo, también relatan que en esos momentos se encontraron con la falta de varias piezas, como solución crearon ellos unas piezas simples siguiendo la mecánica de un reloj al uso con sus conocimientos. "Como no teníamos los datos, hicimos una sonería de cuartos simple, es decir, al cuarto de hora da una campanada, a la media hora da dos, a los tres cuartos tres y a los cuatro cuartos da cuatro campanadas de cuartos, más la hora".

Reloj de la torre de San Miguel.

Sin embargo, hace poco un familiar del anterior relojero encontró las piezas y las entrego con la idea de que pertenecerían a alguno de los relojes de la ciudad. Gracias a eso hoy Vitoria cuenta con la maquinaria al completo y restaurada de manera que mantiene la esencia de su historia: "Ahora el reloj ha recuperado el aspecto y la sonería que tenía en 1857".

Todos los trabajos de mecánica-engranajes nuevos, bocas de ancora, encasquillar casquillos- se han realizado en la empresa vitoriana Talleres Gamuar. Tuvieron que contar con su ayuda por el tamaño de las piezas y los relojeros agradecen su ayuda que ha resultado en un trabajo impecable.

Reloj de la torre de San Miguel.

La intención de estas reparaciones fue en todo momento devolverlo a su estado original y trabajar también la estética y las pinturas, de estas se ha encargado el pintor Carlos Martín Merino.

Exposición

Tras las reparaciones se ha querido mostrar la maquinaria oculta de uno de los relojes emblemáticos de la ciudad, se mantendrá expuesto en el Palacio de Villa Suso hasta el nueve cuando procederán a subirlo a la torre. Asimismo, estas semanas comprobaran que el reloj funciona correctamente y que todos los engranajes que mueven las agujas y hacen funcionar la sonería están en orden.

El reloj de la torre de San Miguel.

Con las piezas originales ya colocadas avisan de que puede sorprender a los vitorianos el cambio que eso va a provocar en las campanadas de la hora. "La característica que tiene este reloj es que la sonería de horas y cuartos es diferente, hace lo mismo que un cuarto simple, pero en la media, en vez de dar una campanada, repite otra vez la hora completa", explican los hermanos Suescun.