El Día del Orgullo reclama en Vitoria deseos, cuerpos y territorios libres

En realidad, da igual la jornada. Ayer, hoy y mañana son el Día del Orgullo LGTBIQ+. Los derechos de las personas no dependen, o no deberían depender, de una hoja concreta del calendario. Con todo, este sábado, como cada año, celebración y reivindicación se han unido en las calles tanto de la capital alavesa como de otros puntos del territorio con motivo del 28 de junio. El intenso calor se ha sumado también a una fecha en la que se ha gritado todavía más fuerte, sobre todo frente a los discursos cada vez más frecuentes en contra de las personas LGTBIQ+.

En Gasteiz, de la mano de E28 Gasteizko Kordinadora, se ha llevado a cabo por la tarde una concurrida manifestación que ha discurrido bajo el lema Desio, gorputz eta lurralde askeak!-¡Deseos, cuerpos y territorios libres!, más allá de que durante el recorrido se han podido escuchar otras proclamas y sentencias. También entre algunas conversaciones ha estado presente la controversia vivida hace unos días en el seno del Ayuntamiento de Vitoria. PNV, EH Bildu y Elkarrekin aprobaron un comunicado conjunto en el que se mencionaba explícitamente al colectivo LGTBIQ+, mientras que los grupos del PSE-EE y el PP se limitaron a utilizar el acrónimo LGTBI, excluyendo así a parte del espectro de la diversidad sexual y de género como las personas queer y a otras identidades no normativas.

La manifestación celebrada este sábado ha sido una demostración más de la necesidad que sigue existiendo de reivindicar los derechos de las personas LGTBIQ+ ya que estos no solo no se cumplen de manera plena, sino que cada vez están siendo más atacados.

Acto por la mañana

Horas antes de que se haya hecho este recorrido por el centro de la ciudad, Sidálava y Gayen Artean Gasteiz han llevado a cabo un acto también festivo y reivindicativo en la calle Nueva Fuera, donde se ha dado lectura a un manifiesto en el que se ha asegurado que “no podemos tolerar más transfobia estructural y discursos reaccionarios. No podemos permitir que se nos arrebaten nuestros derechos. Nos negamos a normalizar la violencia. Nos negamos a mirar hacia otro lado cuando se vulneran nuestras existencias”.

“Apostamos por una sociedad que reconozca la diversidad de cuerpos, deseos y formas de vida, sin imposiciones morales ni lecturas que pretendan silenciar nuestras voces”, han apuntado.