Emergen como testigos de la historia y desempeñan funciones ecológicas, sociales e incluso turísticas. Los humedales son spacios que reflejan tanto la fragilidad como la resiliencia de los ecosistemas, invitándo alos ciudadanos a reflexionar sobre la relación con el entorno y la importancia de preservar lo que aún se puede salvar.
En concreto, en Vitoria, el humedal de Salburua, es un espacio natural que contribuye a la biodiversidad local, regula el ciclo del agua y ofrece un espacio para la recreación y el bienestar de la ciudad. De hecho, la conservación de este humedal resulta fundamental para mantener estos beneficios y garantizar su protección a largo plazo. En el marco de las acciones para promover su conocimiento y valoración, se ha organizado una charla titulada Recorrido naturalístico: La memoria del humedal, que tendrá lugar el 3 de mayo, de 09:30 a 11:15 horas en Ataria.
La actividad está dirigida a todos los públicos y será bilingüe, con el objetivo de explorar cómo ha evolucionado este espacio natural a lo largo del tiempo. A través de un recorrido interpretativo, los participantes podrán conocer la historia del humedal, desde su degradación y desecación hasta su recuperación como ecosistema clave para la biodiversidad.
VISITAS
En 2024, Ataria recibió un total de 57.325 visitantes. Durante ese año, se llevaron a cabo más de 400 actividades dirigidas a diferentes públicos, incluyendo conferencias, talleres, visitas guiadas y actividades familiares, en las que participaron un total de 5.165 personas.
Además, se organizaron 11 exposiciones temporales y numerosas actividades educativas para centros escolares, en las que participaron aproximadamente 5.376 niñas y niños.
En 2024, Ataria recibió un total de 57.325 visitantes. Durante ese año, se llevaron a cabo más de 400 actividades dirigidas a diferentes públicos, incluyendo conferencias, talleres, visitas guiadas y actividades familiares
Según explica Fernando de Juana, jefe de la Unidad del Anillo Verde y Biodiversidad, el humedal de Salburua es una zona húmeda que fue desecada en 1857 mediante un proyecto llevado a cabo por la Diputación. Como parte de dicho proyecto, se construyó un canal de drenaje llamado el Canal de la Balsa; sin embargo, no lograron drenarlo completamente. Con el tiempo, esta red de drenaje se amplió y se crearon más acequias, lo que provocó una progresiva sequía del humedal.
Hasta las décadas de 1960 o 1970, en invierno todavía se acumulaba agua en la zona, formando charcos conocidos como las balsas de Zurbano
A pesar de ello, hasta las décadas de 1960 o 1970, en invierno todavía se acumulaba agua en la zona, formando charcos conocidos como las balsas de Zurbano. “Muchas personas mayores que conocieron el humedal en su estado original aún lo recuerdan hoy en día”, valora.
Tras su desecación, los robledales que rodeaban la zona fueron roturados y casi todo el terreno se convirtió en tierra de cultivo. De esta manera, para principios de los años 90, apenas quedaba vestigio del humedal que alguna vez existió.
Como parte de una estrategia para prevenir inundaciones, se llevó a cabo un proyecto de restauración en el humedal de Salburua. Este proyecto incluyó la derivación de los ríos Santo Tomás y Recaleó, así como la habilitación de los antiguos humedales como zonas de laminación para las avenidas de estos ríos. Gracias a estas acciones, se logró la recuperación y restauración del espacio natural.
VEGETACIÓN Y FAUNA PROPIA
Tras la intervención, el humedal fue rápidamente colonizado por vegetación y fauna propia de las zonas húmedas, lo que permitió que en poco tiempo pasara a ser uno de los humedales más importantes de Euskadi. En 2002, Salburua fue incluido en el convenio de Ramsar, que reconoce a los humedales de importancia internacional.
En 2015, fue designado como zona especial de conservación dentro de la red Natura 2000, la red europea de espacios naturales protegidos
Posteriormente, en 2015, fue designado como zona especial de conservación dentro de la red Natura 2000, la red europea de espacios naturales protegidos.
EVOLUCIÓN
“La evolución del humedal ha sido muy favorable, y por eso se le han otorgado estos niveles de protección. Realmente, posee valores ambientales muy destacados. En cuanto a su importancia para Vitoria, no solo se trata de la conservación de la biodiversidad, que, como ya mencioné, es fundamental debido a la flora y fauna que alberga, sino también de cómo los humedales, y en particular el parque de Salburua, contribuyen a mejorar la salud y el bienestar de los ciudadanos de Vitoria. Muchas personas utilizan este espacio para sus paseos diarios y actividades deportivas, lo que demuestra su valor social y recreativo”, concluye finalmente Fernando de Juana, jefe de la Unidad del Anillo Verde y Biodiversidad.