Fue el 13 de enero de 2024. Dos jóvenes de la capital alavesa, Cristina e Izaro, perdieron la vida en un accidente de tráfico que se produjo en el polígono de Jundiz mientras se llevaba a cabo una carrera ilegal.

Este pasado sábado, ahora que se vive el primer aniversario de aquella tragedia, familiares y amigos de ambas personas volvieron a reunirse en el mismo punto de la tragedia para recordar a sus seres queridos.

De hecho, se volvieron a colocar diferentes objetos y recuerdos que siguen visibles en el lugar, un pequeño pero emotivo espacio para la memoria, desde el que también se quiere reclamar justicia.

Justo hace un año, en el mismo lugar, decenas de personas ya mostraron su dolor por lo ocurrido llenando el punto de la tragedia con recuerdos a los jóvenes de 18 y 21 años.

Fue aquel sábado 13 de enero, en torno a la 1.30 horas de la madrugada, cuando el Volskwagen Polo en el que viajaban cuatro jóvenes se incorporó a la calle Judizmendi siendo arrollado por un BMW de alta cilindrada que competía con otro coche a “extrema velocidad”, según relató por entonces quien era el máximo responsable del área de seguridad del Consistorio vitoriano, Iñaki Gurtubai.

El BMW embistió el Polo en un lateral, el vehículo salió despedido y sus ocupantes quedaron atrapados en el interior. Los dos jóvenes fallecidos tenían de 21 y 18 años, y el conductor del coche de alta gama, de 23 años, sufrió heridas leves y dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas, según se informó en aquellos días.

Este es el estado en el que quedó el turismo en el que viajaban los dos jóvenes fallecidos tras el grave accidente en Jundiz Cedida

Las carreras ilegales en Gasteiz

 El suceso arrojó luz sobre un fenómeno clandestino que principalmente tiene lugar en Jundiz, pero también en la calle Miravalles del polígono de Gamarra o en los pueblos de los alrededores de la capital alavesa. También en Salburua, donde la nueva zona comercial se ha convertido en un nuevo lugar para exhibir coches modificados, lo que en otoño de 2023 llevó a los vecinos de la zona a protestar por los ruidos que generaban estas quedadas en plena noche.

Un año después de la tragedia, la experiencia dice que el fenómeno se va a seguir repitiendo, sea en unos lugares u otros. Por eso es imprescindible seguir tomando todas las medidas posibles para evitar estos casos.