Síguenos en redes sociales:

Agurain descorcha la fiesta con su txupinazo

Cientos de personas se reúnen en la plaza del ayuntamiento en el inicio de los festejos de la Virgen del Rosario

En imágenes: Agurain descorcha la fiesta con su txupinazoEva San Pedro

15

Agurain ha estallado de alegría este sábado. Lo ha hecho cuando el cohete anunciador de las fiestas ha surcado el cielo. El txupinazo lanzado por la Sagarmin Elkartea, que este año celebra el cuarenta aniversario de la Herriko Taberna, desde el balcón de la casa consistorial sumió a la localidad en siete intensos de fiesta con un amplio programa cargado de actos para todas las edades.

La capital de la Llanada Oriental tiene tradiciones viejas, como la feria del próximo martes, con sus 629 años de historia, y tradiciones, como el paseo de las cuadrillas por el casco histórico después del txupinazo. Comenzó hace 35 años con la instauración de los homenajes a los vecinos y asociaciones que han hecho méritos. Y ahora se ha convertido en un acto multitudinario.

Las cuadrillas de jóvenes, el verdadero alma de la fiesta, saltan y bailan al son de la música de las txarangas y de la banda municipal de música durante el recorrido que separa las iglesias de San Juan y Santa María. Es la manera espontánea de arropar a los homenajeados que, una edición más, fueron los encargados de prender el cohete anunciador.

Este año los encargados fueron los representantes de Sagarmin Elkartea, que conmemoran el 40 aniversario de la apertura de la Herriko Taberna de la localidad, un local de referencia para varias generaciones.

La plaza del Ayuntamiento se convirtió en un auténtico hervidero de gente en torno a las 18.30 horas, momento en que daba comienzo el homenaje a las personas que este año han lanzado el txupinazo. Ataviadas con sus mejores galas no dudaron en acompañar a la corporación en la escalinata de las inmediaciones de la casa consistorial para ser agasajadas con los bailes.

Cuando apenas faltaban unos minutos para que el cohete surcara el cielo aguraindarra los nervios y la ilusión se adueñaban de los que se agolpaban bajo el balcón consistorial. “Tenemos muchas ganas de fiesta”, comentaba un grupo de jovencitas que portaban botellas de champán. A su lado, un grupo de parejas charlaban animadamente sobre el inicio festivo. “Nos gusta venir al paseíllo de inicio de fiestas”, comentaban las dos mujeres bajo la olbea.

A las siete en punto de la tarde los homenajeados hacían los honores. Acto seguido, tras el estallido de la pólvora, la plaza del ayuntamiento daba la puntilla un txupinazo que, minutos antes de estallar, ya apuntaba maneras. Y es que en el epicentro de la villa, decenas de jóvenes, los mismos que integran las cuadrillas llamadas a animar el jolgorio, esperaban ansiosos la llegada de la hora hache.

Numeroso público se arremolina en los soportales de la calle Zapatari y en las aceras de la calle Mayor para contagiarse de la animación.

Saltos, brincos y cánticos de blusas y neskas convirtieron el recorrido en un auténtico polvorín festivo. Tras el estallido del txupin los aguraindarras, con sus txarangas, iniciaron un recorrido por el centro urbano, para insuflar con sus acordes más alegría si cabe al auténtico jolgorio que se había desatado ya en la localidad de la Lautada.

No en vano, los mozos y mozas de más de una treintena de cuadrillas locales, acompañados de vecinos, foráneos, las txaranga y los gigantes, así como de la banda de música local, se sumergieron en el tradicional peregrinar por los diferentes espacios festivos del casco histórico de Agurain.

Empapados en el ya consagrado como el elixir de toda fiesta alavesa que se precie, los jóvenes recorrieron en cuadrilla las principales calles del casco histórico. Los fiesteros comenzaron a dispersarse; unos al recinto de las barracas de la plaza Joan de Lazarraga, otros a las txosnas, muchos a los bares.

El Casco Histórico de la localidad se convirtió un año más en epicentro de la fiesta donde el buen ambiente se adueñó de sus tranquilas calles. Como no podía ser menos, la tarde transcurrió con intensidad gracias a clásicos como el paseíllo de las cuadrillas por la calle Mayor o, el toro de fuego.

El txupinazo no fue, sin embargo, más que el preámbulo de una tarde-noche que prometía prolongarse hasta el amanecer. Y es que, pasada la fiesta del estallido festivo, llegó la diversión a todos los rincones de la localidad.

Las fiestas de Agurain se caracterizan por tener un programa repleto de actos. Y en esa diversidad tienen cabida todos los ambientes. Durante siete intensos días de fiesta Agurain tendrá música para todos, los pequeños saltaran en las colchonetas, los animales de la Feria atraerán la mirada de txikis y grandes, el sonido de las barracas atraerá a los más aventureros o se podrá ver la parte vieja engalanada y repleta de recuerdos.