Un intento de okupación diferente. Con residentes en el interior de la vivienda. Cuando los agentes de la Policía Local se presentaron en el piso de la calle Abrevadero objeto de la agresión comprendieron, no sin sorpresa, los detalles de un caso que ya ha pasado a los anales de la historia negra local por su peculiaridad. Dadas las circunstancias, y una vez comprobados los hechos, la patrulla encargada de atender el caso decidió detener al desventurado okupa.
Según la información facilitada por el Ayuntamiento de Gasteiz, el arrestado, de 46 años, ahora deberá rendir cuentas tras ser detenido como presunto autor de un delito de allanamiento de morada.
Al respecto, los citados portavoces explican que los hechos sucedieron poco después de las 22.30 horas del pasado miércoles cuando una llamada a la central de coordinación policial de la comisaría de Aguirrelanda a través del 092 solicitaba presencia policial. En la comunicación se explicaba que unos varones habían forzado la puerta de una vivienda y habían entrado en ella, no consiguiendo la persona que estaba en el interior que cesasen en su intrusión.
A su llegada los agentes observaron la puerta forzada y rota y se entrevistaron con las dos mujeres que residían en la casa y con los dos varones que habían entrado a la vivienda sin consentimiento de las arrendatarias. Uno de los varones manifestó que llevaba tres meses residiendo allí y que por eso había entrado.
Según la información municipal, los agentes se pusieron en contacto con el dueño del piso el cual manifestó que la persona alquilada era una de las mujeres allí presentes junto con su marido y como prueba mandó a los agentes fotografía del contrato. A su vez, los policías comprobaron que no había ninguna prueba de que el mencionado varón viviera o hubiese vivido allí, ya que no había ninguna pertenencia de él en toda la casa.
En otro orden de cosas, la Policía Local detuvo a las 17.00 horas de ayer a un hombre de 46 años como presunto autor de un quebrantamiento de condena. En un control de documentación, los agentes observaron a una mujer en el asiento del copiloto. Los agentes descubrieron que sobre el conductor existía en vigor una orden de alejamiento del Juzgado de Violencia sobre la mujer de Gasteiz. Los agentes procedieron a pedirle la documentación a la mujer para comprobar su identidad y se percataron de que era la persona con la que existía la mencionada orden.