Pasado por agua. Así ha acontecido este Domingo de Resurrección en la capital alavesa; el día grande de las celebraciones religiosas propias de la Semana Santa. Y como marca la tradición, Vitoria la ha festejado esta mañana con la conocida procesión de estandartes. Eso sí, no de la forma en la que hubiesen deseado las cofradías penitenciales, puesto que ya lluvia ha estado presente durante prácticamente toda la mañana.
De hecho, el recorrido tenía previsto iniciar su andadura a las 12.00 horas desde Iglesia de San Pedro para culminar el acto en la Catedral de María Inmaculada. Sin embargo, la procesión ha partido minutos antes y de forma más ágil dado el temporal, lo que ha dejado a una parte de los gasteiztarras sin poder contemplar la marcha religiosa.
De hecho, cabe recordar que las fuertes lluvias obligaron a cancelar las procesión del Jueves Santo (Procesión del Silencio) y el Viernes Santo (Procesión del Santo Entierro), trasladando esta última al interior de la Iglesia de San Vicente con un Vía Crucis.
Aún y todo, a su paso por algunas de las calles céntricas, decenas de creyentes han acompañado a los estandartes de las Cofradías Penitenciales de Vitoria-Gasteiz y de representaciones de las cofradías de San Prudencio, Nuestra Señora de Estíbaliz y la Virgen Blanca -entre otras hermandades de Vitoria y de Álava- al son de cánticos y rezos religiosos y mientras las campanas del centro de la ciudad resonaban.
Miles de asistentes
En este marco, la Catedral Nueva ha recibido a los creyentes con la tradicional Misa Pontifical de Pascua de Resurrección. Una espacio dedicado a la fe en el que no solo se han congregado gasteiztarras, sino también grupos de visitantes que han aprovechado la apertura de este templo emblemático de Gasteiz para curiosear en su interior. Además, de funcionar como refugio, visto el temporal.
Ya dentro, miles de personas han ocupado asiento, esperando y aguardando silencio ante el comienzo de la misa de resurrección, que ha arrancado a las 12.30 horas, puntual como un reloj, y que además, ha estado presidida por el Obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, quien ha bendecido a toda la ciudad y al territorio alavés.
Tal y como han destacado desde la Diócesis de Vitoria, "el Domingo de Resurrección proclama la victoria de Jesús sobre la muerte, marca el final de la Semana Santa y da inicio a 50 días de fiesta en la Iglesia, el periodo más largo del calendario litúrgico".
Asimismo, el Obispo, en su homilia, ha querido destacado que Jesús es del Dios de la vida, no de la muerte” y que por ello “su Resurrección nos pone frente a una realidad que busca arrinconar ancianos, niños no nacidos o migrantes”.
Vigilia pascual
Por otro lado, en la noche de ayer, Sábado Santo, poco antes de la medianoche, el Obispo celebró la Vigilia Pascual en la Catedral Nueva como anticipo que anuncia la gran noticia de la Resurrección de Jesús. En ella, Elizalde bautizó, dio la Primera Comunión y confirmó a siete jóvenes en una celebración especial con el templo totalmente a oscuras, con los más de 400 fieles portando velas encendidas, con siete lecturas sagradas desde el Antiguo Testamento hasta la Resurrección de Jesús.