Las previsiones para la Semana Santa en la capital alavesa ya se contemplaban favorables días antes de su esperado inicio, cuando DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA desvelaba que algunos de los hoteles más solicitados de la ciudad rozaban el lleno de cara a los días festivos.
Lo crean o no, la inestabilidad meteorológica no ha servido como excusa para todos aquellos turistas que han aterrizado dispuestos a perderse por las calles y los rincones que dan vida a Vitoria-Gasteiz.
De hecho, no hay más que acudir a algunos de los puntos céntricos más simbólicos, como bien son la Plaza de La Virgen Blanca o la entrada a la calle Cuchillería desde la Cuesta de San Francisco, para encontrar grupos de amigos, familiares, parejas o viajeros y viajeras que disfrutan de su propia compañía. Sea como fuere, todos ellos parecen conocer la parada obligatoria que acapara todas las cámaras: el Musgo Green.
“Hemos venido a pasar el día precisamente porque nunca habíamos estado, aún teniéndola cerca”
Precisamente, hacia la escultura vegetal se dirigía esta mañana una joven pareja de Bilbao, Silvia Arroyo y Adrián Rey, quienes se estrenaban en su visita a Gasteiz, pese a la corta distancia que separa ambas capitales vascas. “Hemos venido a pasar el día precisamente porque nunca habíamos estado, aún teniéndola cerca”, ha expuesto el joven a pocos metros del monumento de la Batalla de Vitoria.
Tal y como han apuntado, tras realizar la icónica foto en el cartel, su recorrido tenía previsto continuar por el Centro Histórico y, como no, poder degustar las delicias de la gastronomía local. “Un amigo que es de aquí nos ha recomendado algunos sitios de la Kutxi para probar pintxos, además de visitar algún museo y las dos catedrales”, han añadido ambos.
“La verdad es que nos gusta todo, es una ciudad muy bonita y muy cómoda. Y se puede visitar todo andando, que es algo muy importante"
No muy lejos, los cuatro miembros de la familia González-Fernández, procedente de Madrid, ha asegurado a este periódico que no era su primera vez aquí. “Mi hijo está en un equipo de rugby y veníamos a verle jugar, pero creíamos que era era hora de que él también viese la ciudad. Además, mi hija tenía ganas de repetir”, ha contado Amaya Fernández.
Comodidad y pintxos
“La verdad es que nos gusta todo, es una ciudad muy bonita y muy cómoda. Y se puede visitar todo andando, que es algo muy importante porque porque en Madrid, siempre tenemos que estar cogiendo metros o autobuses”, ha expuesto la madre. Asimismo, destacaban como algo positivo y diferente respecto a su ciudad la variedad de pintxos. “Allí no estamos acostumbrados a comerlos y cenarlos”, ha dicho entre risas.
Una gastronomía servida por un amplio abanico de bares y restaurantes que permanecen estos días con la persiana abierta y que cuentan “con muy buen ambiente”, en palabras de Amaya González (hija). Asimismo, cuando han sido preguntados por los lugares preferidos de la ciudad, no dudaron en nombrar el Casco Viejo, y en especial la calle Correría, así como la Plaza de la Virgen Blanca. “Damos la vuelta y siempre terminamos aquí”, ha señalado con cierta guasa.
“Cuando miras el mapa parece que es una ciudad en la que no hay encanto, que no tiene nada para ofrecer, pero cuando hemos llegado, hemos visto una ciudad muy planificada, muy organizada"
Cerca de ellos, Socorro Silba, turista brasileña que actualmente reside también en la capital del Estado, se encontraba en plena ruta por el norte, entre las que se encontraba Vitoria como uno de los destinos fijados. “Encantada con todo”, así se mostraba esta mañana, para su sorpresa.
“Cuando miras el mapa parece que es una ciudad en la que no hay encanto, que no tiene nada para ofrecer, pero cuando hemos llegado, hemos visto una ciudad muy planificada, muy organizada, con un sistema de transporte muy bueno y donde las personas son muy amables”, ha comentado.
De ruta por las tres capitales vascas también estaban Jhonatha Villanueva y su pareja, llegados desde Terrassa (Barcelona). “Me encanta la ciudad porque es muy rústica, también los paisajes y la naturaleza que tiene. Y el Casco Medieval, por supuesto, porque es rural y moderno al mismo tiempo”, ha señalado Villanueva.
Algo que también cautivó a esta visitante fue la arquitectura eclesiástica, especialmente la Catedral de Santa María y la iglesia de San Miguel, ambos lugares muy concurridos dadas las fechas.
"Cuarta o quinta vez" en Vitoria
Por otro lado, en la Plaza Nueva, frente a la oficina de Turismo, Jesús Laso y Yolanda Ferrer, de Santander, han repetido visita a Gasteiz “por cuarta o quinta vez”. De hecho, fue la trilogía La Ciudad Blanca, de la escritora gasteiztarra Eva García Sáenz de Urturi, la que condujo a la pareja hasta aquí.
“Esta ciudad es muy apropiada para ir en bici. De hecho, ahora vamos al entorno de Salburua”
Y no solo hacia las arterias centrales que toman protagonismo en las novelas, sino que, entre sus planes vacacionales para los cuatro días de su estancia, estaba el Anillo Verde y dos bicicletas listas para recorrerlo. “Esta ciudad es muy apropiada para ir en bici. De hecho, ahora vamos al entorno de Salburua”, ha señalado Laso.
Lo cierto es que, ambos se mostraron encantados, también por su “ambiente en Semana Santa” y, por supuesto, por los pintxos. “En cierto sentido, esta ciudad le pega mil vueltas a Santander, y eso que llevo viviendo allí 53 años. Solo le falta el mar”, ha apuntado entre risas.
