Eran apenas las cuatro y cuarto de la tarde cuando la calle Postas de Vitoria empezó a colapsarse esta tarde por una inusual caravana formada por las furgonetas de las cuadrillas de blusas y neskas de la kalejira de ida.

Las seis primeras de ellas eran las de la federación porque aunque hasta las cuatro y media no empezaba oficialmente este paseíllo hasta el Iradier, todas se preparaban para este primer desfile de neskas y blusas.

La de lunares de los Biznietos empezaba a desplegar sus pancartas, la roja de Batasuna, decorada con medio centenar de fotos de la historia de esta cuadrilla, ya estaba llena de las cajas de Trebiño Sagardoa para regar la sed de sus integrantes, al tiempo que ponía a todo volumen el mítico estribillo de Marea de Tenía alicatao’ el corazón hasta el techo...

Y sus integrantes empezaban a tunearse para la ocasión. Un blusa de los Biznietos se aferraba a su pequeña guitarra rosa de juguete, con gafas del mismo tono, casi tanto como Chiquilicuatre lo hacía con su inseparable Luciana con la que actuó en Eurovisión con su inolvidable Chiqui Chiqui.

VÍDEO: Así ha sido el paseíllo txiki

VÍDEO: Así ha sido el paseíllo txiki Aitor Álvarez

“Andamos cansados”

Pero fue finalmente la furgoneta blanca de Los Bainas la que finalmente inauguró esta marcha de la federación, que costaba arrancar, teniendo en cuenta las noches de fiestas que llevan a sus espaldas.

Tras ellos, los de Batasuna: “Es que andamos cansados ya”, comentaba a este diario Ander, uno de sus blusas ante la falta de ritmo que llevaban. Y aunque sus fuerzas flaqueaban, otro de sus integrantes llevaba un toro de peluche sobre sus hombros.

Los de Gasteiztarrak fueron acompañados por un oso gigante sobre su vehículo, que lleva un bañador puesto, por lo que le pudiera caer encima, y Los Martinikos, en los que se pudo ver a una animada Irati Guerrero, presidenta de la federación entre ellos, lucían paraguas de sombrero, a modo de parasol, teniendo en cuenta las horas de la tarde que eran, y los de Jatorrak adoptaron una cabeza de pato gigante mientras una de sus neskas hacía bailar a sus tres pequeños.

Los protagonistas

Y es que en la pasada jornada, por muy vistoso que siga siendo el paseíllo, los protagonistas eran ellos: los reyes de la casa en el día de Celedón Txiki y Edurne. Precisamente, los encargados de encarnarles en estas fiestas, Amets Busto e Iratxe Calvo, fueron los encargados de abrir el desfile de las cuadrillas de la Comisión cuando el reloj marcó las cinco de la tarde, escoltados por una docena de niños.

Es por ello que Siberiarrak y Nekazariak, las cuadrillas de las que forman parte Calvo y Busto, tuvieron el honor de abrir el desfile, aunque eso sí, tuvieron que esperar un buen rato hasta poder hacerlo, dada la cantidad de menores que se les acercaron para poder retratarse con ellos.

Unas peticiones que ellos aceptaron de muy buena gana, lo que hizo que Sergio González, presidente de la Comisión, en señal de aprobación, no dudara en chocar sus manos.

La calle Dato empezó a llenarse de espectadores, muchos de ellos de la quinta de Celedón txiki y Edurne, y cuando llegó el turno de los de Luken, parecía que había llegado el Olentzero, al empezar a regalarles pegatinas con la imagen de pikatxu que varias de sus neskas sacaban de sus delantales.

Y tras ellos, el éxtasis de todo niño: los aspitos empezaron a caer casi del cielo, cuando Txolintxo empezó a repartirlos desde su furgoneta. Los txikis empezaron a espabilar y cuando veían que una de las cuadrillas pasaba de largo ante ellos, no dudaban en acercarse en gesto de limosna: “¿Esta pegatina amarilla la tenéis ya?”, les preguntaba una neska.