La teniente de alcaldesa y concejala de Espacio Público, Beatriz Artolazabal, ha confirmado que técnicos de su departamento y de Tráfico analizarán, a lo largo de las próximas semanas, aquellas intersecciones complicadas en los bidegorris “con el fin de dar mayor visibilidad a estos puntos y mejorar la seguridad de todas las personas: ciclistas, peatones y conductoras”.

Artolazabal ha explicado en nota de prensa que “esos cruces que pueden resultar más peligrosos y conflictivos, porque se encuentran en rotondas, en pasos de autobuses, tranvías o coches, se pintarán de otro color diferente al del asfalto. De esta forma, tanto vehículos como bicicletas, serán conscientes de que en ese punto están obligados a coexistir y tener mayor cuidado”.

Los técnicos de los departamentos de Espacio Público y de Tráfico serán los encargados de estudiar las intersecciones y determinar cuáles requieren de un pintado diferenciado. Estos trabajos se llevarán a cabo durante los próximos meses.

La concejala también ha querido explicar las razones por las que desde hace ya varios años los bidegorris de la ciudad ya no son rojos sino negros, el color natural del asfalto. Una decisión, ha añadido, que se viene aplicando desde hace tiempo en ciudades que son referente para Vitoria-Gasteiz en movilidad sostenible, como es Copenhague, o en ciudades de nuestro propio entorno como Donosti y Pamplona.

Las razones que explican este cambio son varias. La primera que ha apuntado la responsable del área es la de la funcionalidad; y es que “el asfalto rojo funciona peor, se disgrega, se sueltan las piedrillas con mucha más facilidad que en el negro, lo que hace a su vez que sean más peligrosos y menos seguros para las personas usuarias. Además envejece peor y el mantenimiento debe de ser mayor”, ha dicho.

Cambio de color

En segundo lugar, el mantenimiento y las reparaciones. En este sentido, Artolazabal ha asegurado que el asfalto rojo “se usa muy poco por lo que la disponibilidad del material es más limitada, se fabrica menos, y esto hace que las obras de reparación o mantenimiento se demoren”.

Y en último lugar, ha esgrimido el argumento del coste propio del material. El rojo es 2,5 veces más caro que el negro lo que hace que el coste de la obra se dispare. “Hacerlo en negro facilita poder ampliar los metros cuadrados y seguir expandiendo la red ciclista por toda la ciudad y en un espacio de tiempo menor”.

Artolazabal ha recordado el último informe de la OCU, correspondiente a 2022, que apunta a Vitoria-Gasteiz como la ciudad del Estado con la mejor red ciclista. Por lo tanto, ha concluido,  “las cosas se están haciendo bien y así seguiremos: desarrollando una red ciclista segura, superaremos los 200 kilómetros con las obras en ejecución y las ya licitadas, y ampliando los aparcamientos segurosTras la adquisición de dos nuevas lonjas en el Casco Medievalalcanzaremos casi el millar de aparcamientos en espacios seguros”.