Dos semanas después del grave suceso que le motivó la fractura de la nariz, el adolescente Aimar se encuentra “un poco mejor”, según explicó ayer su padre, Carlos Negro, en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA tras abandonar la comisión de Seguridad Ciudadana en sede municipal.

El adolescente ha retomado alguna de las rutinas como asistir a clase en el instituto inmerso además en plena época de exámenes. “Le viene bien tener ese contacto con los amigos y compañeros y además ha tenido evaluación estas semanas”, explicó su progenitor.

Esa evolución de las heridas no impide episodios como tener que volver a visitar el médico por alguna de las secuelas derivadas de los golpes recibidos. “El martes tuvimos que ir a la consulta porque se le nublaba la vista cuando movía rápido los ojos”, describió Ángel en la primera planta del Consistorio minutos antes de las 13.00 horas. No es esa la única secuela que le queda, ya que están siendo habituales las “pesadillas durante la noche” y problemas para conciliar el sueño. Tiene también pendiente acudir a la consulta del psiquiatra para su evaluación y “espero que no necesite ningún tipo de mediación”, deseó Ángel.