Vitoria y numerosas localidades más de toda Álava han vuelto a teñirse de morado con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de Mujer.

Una jornada de reivindicación, de consignas en favor de la plena igualdad y de múltiples movilizaciones que ha vivido su momento cumbre en la capital a última hora de la tarde, con la manifestación convocada por los movimientos feministas de Gasteiz y Euskal Herria bajo el lema Revolucionar los cuidados para cambiarlo todo.

Miles de mujeres, pero también centenares de hombres comprometidos con la causa, han unido sus voces y sus pasos durante todo el día para recordar que ante una realidad estructural como la desigualdad, que impregna todos los ámbitos de la vida, se necesitan igualmente cambios estructurales. Y que no solo cabe exigirlos en jornadas tan señaladas como el 8-M. Porque el camino todavía será largo y tortuoso, plagado de resistencias –a la vista está ya–, y deberá andarse a diario. 

“Tenemos que reivindicar los derechos de la mujer hoy y todos los días e intentar sumar un granito de arena. Poco a poco se van consiguiendo cosas, pero no tenemos que parar”, apuntaba en este mismo sentido la joven Elaia Albaina, una de esas miles de gasteiztarras que ayer se echaron a las calles.

Su compañera Leire Pérez enarbolaba un mensaje similar: “todos los días hay que hacer algo para ir cambiando el mundo, aunque sea poco a poco. Porque por lo menos lo vamos cambiando. Ytenemos que hacerlo no solo por las mujeres de esta ciudad, sino por las de todo el mundo”.

Tras las sucesivas concentraciones y marchas celebradas por el Sindicato de Estudiantes, LAB o Itaia durante todo el día, que por momentos fue muy lluvioso, la manifestación central de la jornada partió al filo de las 18.45 horas desde la plaza San Antón reivindicando el “derecho colectivo al cuidado”.

Se contaron un año más por miles las personas asistentes, de todas las edades, condiciones y orígenes, que recorrieron las principales calles del centro de la ciudad hasta la céntrica Virgen Blanca clamando por el feminismo y su lucha. “Es un día bastante significativo para mí. Más que todo por mi familia, porque venimos de Colombia y allá se vive bastante la desigualdad de la mujer”, evocaba por su parte Isabel Sofía Martínez, que secundó todas las principales movilizaciones de la jornada. “Participar en todo esto y ver cómo todas juntas podemos avanzar es bastante especial”, añadía esta joven.

Este nuevo 8 de marzo “de reivindicación y también festivo” fue también vivido un año más en la calle por Marian Uriarte, “motivada” por volver a salir “a denunciar” las desigualdades y a “luchar” por revertirlas. “Es un día en el que nos sentimos bien compartiendo. En el que cada vez hay más gente y también hombres comprometidos. Hay mucho por lo que luchar. Y cuanto más profundizas, más te das cuenta de que el problema es el sistema, todo el sistema, por cómo está montado”, resumía esta vecina.

El “negocio” de los cuidados

Y así, entre críticas al heteropatriarcado y contra el “negocio” de los cuidados, concluyó una jornada en la que también participó activamente Cristina Forcén, convencida de que la reivindicación de la igualdad debe extenderse durante todo el año.

“Todavía hay bastante por delante. Se intenta avanzar, pero siempre hay trabas. Y cuesta que esos techos de cristal caigan”, asumía Forcén.

El Movimiento Feminista llama a “catalizar una transformación masiva”

“Debemos hacer frente y catalizar una transformación masiva. Una transformación que revolucione los cuidados para poner la vida de todas las personas en el centro”.

El Movimiento Feminista de Gasteiz reivindicó al finalizar la principal manifestación de la jornada una transformación profunda en el ámbito de los cuidados para que, a la larga, estos se conviertan en un “derecho colectivo”.

La entidad convocante de la marcha dio lectura en la Virgen Blanca a un manifiesto coral en el que alertó también del “resurgimiento” de “movimientos fascistas y reaccionarios que pretenden” hacer “callar” al feminismo, así como de “la normalización del acoso y del abuso sexual; el aumento de los feminicidios o el antigitanismo”, a su juicio “claros ejemplos de que aún tenemos mucho camino que recorrer” en el ámbito de la igualdad.

“Por si las anteriores agresiones fueran poco, cada vez son más los recortes en el sistema público, nos encontramos ante el desmantelamiento de la sanidad, la vida cada vez es más cara y a diario se vulnera el derecho a la vivienda igual que ocurre con el del padrón. Todas estas no son más que la consecuencia de un sistema capital y patriarcal, mientras en el cual unos se lucran otras salimos perdiendo”, denunció la organización. El Movimiento Feminista censuró igualmente “la estrategia del PNV, PSOE o Confebask” que, en sus palabras, “supone mercantilizar, privatizar y especular” los propios cuidados, “haciendo de nuestras necesidades su riqueza”.

“Nuestro planteamiento va más allá de los casos de dependencia, exigimos que los cuidados básicos y necesarios estén garantizados. Estamos hablando de poder decidir a quién, cuándo y hasta qué punto queremos cuidar. Revolucionar los cuidados es transformarlo todo y sacudir uno de los principales ejes de violencia y desigualdad que hemos vivido las mujeres* siempre”, resumió el colectivo.

Distintas voces

Participaron también en el acto final de la marcha trabajadoras de las residencias privadas de la tercera edad –a través de un audio–, Luz Adrianzen, del colectivo Eginaren Eginez, una trabajadora del SAD, Andrea –baserritarra– y Amagoia, del ámbito de la intervención social, que en todos los casos expusieron las discriminaciones y desigualdades que deben enfrentar a diario. Un abrumador y repetido “Gora borroka feminista” reunió al final las voces de las miles de personas asistentes.