Parafraseando al activismo, la ley trans ya es ley. Tras largos meses de recorrido parlamentario, de vaivenes y choques entre los socios del Gobierno español, la norma ha entrado por fin en vigor este jueves tras su publicación ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE), blindando nuevos derechos tanto para la comunidad trans como para el conjunto del colectivo LGTBI+.

La ley, impulsada en origen por el Ministerio de Igualdad, sigue teniendo en su texto definitivo como piedra angular la libre determinación de género, lo que se traduce en que cualquier persona mayor de 16 años podrá cambiar a partir de ahora su nombre y su sexo en el Registro Civil sin necesidad de cumplir ningún requisito. Ya no se exigirán, como hasta ahora, al menos dos años de hormonación y un diagnóstico médico acreditativo de una disforia de género para esa modificación registral.

La flamante normativa incluye igualmente medidas más globales contra la LGTBI-fobia y la discriminación en todos los ámbitos, la prohibición de las atroces terapias de conversión o el reconocimiento del sexilio, solo por citar unas pocas.

Sin embargo, tal y como han criticado ya numerosos colectivos que trabajan por la plena consecución de derechos para la comunidad LGTBI, así como las familias de menores trans, la norma se ha dejado asuntos en el tintero e incluso ha supuesto un “retroceso” para los pequeños de menos de 12 años.

No en vano, la nueva norma seguirá permitiéndoles cambiar su nombre en el Registro Civil pero no así su mención de sexo, como sí estaban pudiendo hacer hasta la fecha.

Bea Sever, portavoz de la asociación de familias de menores transexuales de Euskadi y Navarra (Naizen), reconoce por ello en declaraciones a este periódico que la valoración de su colectivo a la entrada en vigor de la norma no deja de ser “un poco agridulce”. “Desde septiembre de 2019 estábamos consiguiendo cambiar el nombre y la mención de sexo en la mayoría de los casos”, apunta Sever, quien sin embargo matiza que en el caso concreto de Vitoria ha habido más dificultades por un reciente cambio de jueza.

Sentencia de 2019

Una sentencia del Tribunal Constitucional del año 2019, que consideraba contraria a la Carta Magna la normativa anterior por las limitaciones que imponía a la infancia trans, abrió precisamente la puerta a que los menores de 12 años pudieran comenzar a cambiar tanto su nombre como su mención de sexo en el Registro. “Con argumentar o demostrar una situación estable de transexualidad, esto era lo que aparecía en la sentencia, esto se podía permitir, obviamente, sin necesidad de hormonar por la edad”, recuerda Sever. El hecho de que la nueva norma impida ahora la segunda de estas posibilidad supone a juicio de la portavoz de Naizen “un paso atrás”.

Sever asume, sin embargo, que para los menores de más de 14 años la nueva norma sí va a suponer “un paso adelante muy importante”, pues a partir de ahora podrán modificar tanto su nombre como su mención de sexo en el Registro sin la hormonación como requisito. Los menores de 14 a 16 años sí deberán contar todavía con el consentimiento de sus progenitores para dar el paso. Quienes tengan de 12 a 14 seguirán en la misma situación, pues será un juez el que tenga la última palabra.

“Por una parte avance y, por otra, retroceso”, insiste Sever, quien recuerda que la CAV cuenta con una ley propia desde 2012 y es una comunidad referente en el reconocimiento de los derechos trans. Desde 2015, por ejemplo, existe una documentación transitoria que permite a los menores cambiar su nombre y su sexo tanto en Osakidetza como en el ámbito educativo o en las instalaciones deportivas. “La nueva ley nos va a permitir cambiar el DNI, el pasaporte y el libro de familia, que es lo que depende del Registro, y tampoco es un cambio extraordinario”, apunta. Aunque Sever cree que “no tener que dar explicaciones facilita muchísimo la vida”, apuesta también por “relativizar”.

La portavoz de Naizen, por otra parte, reconoce que la parte “más negativa” de todo este proceso “han sido los bulos y las mentiras que se han difundido, que han generado un clima súper violento y han repercutido directamente en las vidas de niñas y niños que vivían tranquilamente”.

“Se han generado episodios de violencia y de bullying. Han sido unos meses, o unos años, muy duros”, asume Sever, quien anhela que una vez aprobada la ley pueda volverse a un clima de “calma y convivencia”.

Apuntes

  • En vigor. Tras largos meses de recorrido parlamentario, de vaivenes y choques entre los socios del Gobierno español, la ley trans ha entrado por fin en vigor este jueves tras su publicación ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE), blindando nuevos derechos tanto para la comunidad trans como para el conjunto del colectivo LGTBI+. La norma tiene como piedra angular la libre determinación de género, lo que se traduce en que cualquier persona mayor de 16 años podrá cambiar a partir de ahora su nombre y su sexo en el Registro Civil sin necesidad de cumplir ningún requisito.
  • 14-16 años. La nueva ley también permite cambiar su nombre y su sexo sin requisitos a los menores de entre 14 y 16 años, aunque en su caso deberán tener el consentimiento de sus progenitores o tutores para la solicitud. En el caso de que un menor no cuente con el consentimiento de estos, se nombrará un defensor judicial para resolver el conflicto.
  • Menores de 14. Los niños de 12 a 14 años podrán modificar su sexo siempre y cuando tengan la autorización de un juez, que examinará su madurez, el mismo escenario legal que hasta ahora. Sin embargo, los menores de 12 no podrán cambiar la mención registral del sexo, como sí era posible hasta el momento, pero sí su nombre.
  • Más derechos LGTBI+. La ley también incluye medidas para garantizar los derechos de las personas LGTBI+ como la filiación de los hijos de parejas lesbianas sin que estas deban estar casadas. Además, las mujeres solteras, lesbianas y bisexuales tendrán acceso a la reproducción asistida y se pondrán en marcha medidas de formación en diversidad para asistentes de personas mayores o medidas en relación a la educación y contra la discriminación del colectivo (laboral, social, ocio). También reconoce el sexilio, el abandono de un pueblo o ciudad por parte de una persona del colectivo debido a la discriminación, y prohíbe las conocidas como terapias de conversión.

La frase

Bea Sever: “La parte más negativa del proceso han sido los bulos y las mentiras que se han difundido”

La portavoz de Naizen lamenta que en la tramitación de la ley ha habido un clima “súper violento”.

La cifra

50: Más de medio centenar de familias alavesas pertenecen a Naizen.