Con profesionalidad y buen humor, Gontzal e Iñigo ultiman los saludables y ecológicos platos para los niños y niñas de las escuelas infantiles Zaramaga y Lourdes Lejarreta. Entre 70 y 80 menús al día para pequeños de nueve meses a tres años.

Hoy toca crema de calabaza con patata y pollo con un guiso de remolacha, patata, zanahoria y boniato; dos platos para chuparse los dedos que los 36 pequeños comensales del centro Zaramaga devoran a gusto. El postre, la fruta (manzana, pera o plátano), ya se la han comido a media mañana. 

Es una de las novedades introducidas por las escuelas infantiles municipales de Vitoria en la nueva dieta infantil desde el curso 2019-2020. Observaron que cuando ofrecían el postre al final de la comida, las criaturas ya estaban llenas, no tenían más hambre y por eso comían menos fruta de la debida.

“En cambio, a la hora del almuerzo se la comen muy bien porque tienen hambre”, indica la promotora de la iniciativa de comedores ecológicos, María Breda. 

Carmen Mendaza y María Breda ALEX LARRETXI

Además, con el objetivo de que la comida sea un momento relajado y tranquilo de la jornada, sin prisas porque les van a venir a buscar, los niños y niñas tienen más tiempo para comer si sólo se sirven dos platos. “No se trata únicamente de llenar la tripa para saciarse y crecer sino de que aprendan a comer”, incide Breda. 

Y es que, además de ofrecer un menú ecológico, saludable, equilibrado y nutritivo a base de alimentos de temporada y de la zona, la base de este proyecto es también que el momento de la comida sea también un momento educativo y placentero, y que los pequeños aprendan a comer. 

Satisfactoria experiencia

La experiencia está siendo “totalmente satisfactoria”, aplaude la directora del centro, Carmen Mendaza.

“Hemos sustituido platos más tradicionales, por típicos, tipo croquetas, rebozados, fritos y macarrones con tomate por menús con mucha más variedad y presencia de verduras; cereales, pan, pasta y arroz integrales, y muy poca proteína animal porque “si en algo nos insistieron una y otra vez durante la formación fue en que nuestra sociedad consume demasiada, quizá por reminiscencias del pasado”, detalla. 

Detalles

  • Escuelas infantiles. Adheridas al programa de comedores ecológicos están las cinco escuelas infantiles municipales de Vitoria: Haurtzaro, del Casco Viejo; Lourdes Lejarreta, de Lakua; Zaramaga, Sansomendi y Zabalgana. El servicio de comedor atiende a 180 niños y niñas. 
  • Cambios. Sustituir platos tradicionales hasta el curso 2019-2020, por típicos, tipo croquetas, rebozados, fritos y macarrones con tomate por otros con mucha más variedad y presencia de verduras; cereales, pan, pasta y arroz integrales y muy poca proteína animal. Sustituir purés y triturados por alimentos enteros, salvo crema de calabaza. Reducir la cantidad. Ni sal ni azúcar, sólo el dulzor natural de la fruta. Tampoco salsas que camuflan el sabor real de los alimentos, únicamente salsas elaboradas con verduras. Las educadoras animan y ayudan a comer, si los pequeños lo necesitan, pero sin obligarles...
  • Productos. Una variedad de 61 alimentos entre fruta, verdura y legumbres; más carne (pollo y ternera) y pescado (merluza y bacalao). La fruta, siempre de temporada, se sirve en el almuerzo. Pan, pasta, arroz y cereales son integrales.
  • Nada de... Croquetas, rebozados, macarrones con chorizo y tomate, fritos, carne de cerdo, purés, sal, azúcar, salsas que no sean de verduras, dulces y poca proteína animal.


Otro de los cambios introducidos ha sido dejar a un lado purés y triturados y comer todos los alimentos enteros, salvo alguna que otra crema de calabaza.

“Están capacitados para masticar y eso es muy importante para el desarrollo de la musculatura. Al mismo tiempo, están aprendiendo a comer, a sentir la textura y colores de los alimentos en su cuerpo, si se lo damos todo mezclado y pasado, no aprenden cómo es tal verdura o determinados pescados y frutas; además de que un puré se lo pueden comer en cinco minutos e ingerir mucha más cantidad de la que necesitan, pero si mastican, sienten la comida en el estómago y saben cuándo están llenos, y eso es muy importante aprenderlo desde pequeños para que de adultos sepan autorregularse”, argumenta Breda.

Iñigo elabora los platos del día ALEX LARRETXI

Sirve también para prevenir problemas de obesidad infantil”, apunta Mendaza. “Lo vimos muy claro con la fruta: una manzana, una naranja y un plátano triturados en un bol es mucha cantidad de comida para un niño de un año”, añade.

“Nuestras madres y padres pensaban que teníamos que comer mucho para crecer, ahora no es tanto eso, porque comida no le falta a ninguno, como que cada criatura aprenda a comer y a parar cuando se llena; las educadoras les animamos y ayudamos porque son muy pequeños, pero nunca se obliga”, señala la directora de la escuela infantil Zaramaga. 

María Breda: “Nos gustaría que productores ecológicos nos sirvieran directamente la carne”

Es uno de los retos que se plantea la responsable de la unidad educativa para la primera infancia del Ayuntamiento de Vitoria, ya que considera que enseñar a comer y alimentarse a niños y niñas es una pata fundamental de la educación en las escuelas infantiles municipales de Vitoria. Otro, abrir los comedores a niños y niñas más pequeños.

Carmen Mendaza: “Les animamos a comer y les ayudamos si lo necesitan, pero no les obligamos”

Indica la directora de la escuela infantil Zaramaga a la que acuden 80 niños de hasta tres años; al comedor se quedan 36. Aprender a alimentarse implica saber autorregularse; también es una manera de prevenir la obesidad infantil.

Gontzal e Iñigo: “para su edad, comen de maravilla”

Señalan los dos cocineros que preparan entre 70 y 80 menús al día para las escuelas infantiles municipales Zaramaga y Lourdes Lejarreta. 

Además, al poder diferenciar los alimentos, saben qué les gusta y qué no, “también tienen derecho a que no les guste, por ejemplo, la coliflor. Sin embargo, si todo lo comen mezclado, va a pasar mucho tiempo hasta que sepan distinguir una verdura o fruta de otra”, constata Breda.

Gontzal e Iñigo empiezan a mover cazuelas a eso de las 7.30 horas para tener los menús listos para las doce del mediodía. En Zaramaga elaboran, además, los platos que después se sirven en la escuela infantil Lourdes Lejarreta, sin cocina. 

“El pollo se lo comen muy bien, también la ensalada, para nuestra sorpresa, y el pastel de mijo y carne picada; en general, comen bien para su edad, comen de maravilla”, se congratulan los cocineros.

“El primer trimestre suele ser más flojillo..., pero también hay que tener en cuenta que en invierno hay menos variedad de productos y todo es más verde, en verano hay alimentos de más colores y eso también influye, de alguna manera, todos comemos un poco con la vista”, añaden.

El pescado, como en casi todas las casas, a trancas y barrancas, les cuesta, “a veces, tenemos que hacer diabluras para que se lo coman”, medio bromean.

De la cocina a la mesa ALEX LARRETXI

En su cocina no entran ni sal ni azúcar, sólo el dulzor natural de la fruta. Ni salsas que no sean de verduras.

Funcionan sobre todo los fogones y el horno, nada de fritos. Y con los nuevos patrones de alimentación han tenido que idear alternativas a los típicos macarrones con tomate. “Con salsa de espinacas o remolacha y zanahoria están muy buenos y su sabor se asemeja bastante al del tomate; también preparamos con crema de coliflor”, cuentan.

No camuflar los sabores naturales

“El objetivo es no camuflar los sabores naturales”, afirma Breda. Así que, ni rebozados ni platos muy elaboradas de muchos ingredientes, si acaso ya los comerán al salir de la escuela. “Aquí, la alimentación forma parte de la educación”, defiende Breda.

Y cuando los niños y niñas se sientan a la mesa, comen solos, con cubiertos de metal, vasos de cristal y agua del grifo, nada de utensilios de plástico o silicona ni con dibujitos. “Si el primer día que no quieren comer les ponemos los dibujos animados, no aprenden ni a comer ni a alimentarse. Hay que darles cierta autonomía e independencia, si se lo hacemos todo fácil, fácil...”. On egin! 

MENÚS DE FRÍO Y CALOR

Semana a semana. Las cinco escuelas infantiles municipales de Vitoria ofrecen dos menús, uno de calor, desde finales de junio, julio, septiembre y octubre y otro de frío, de noviembre a junio. En ambos casos se trata de una rueda de cuatro menús semanales que se van repitiendo mes a mes. Y se introducen variaciones si alguien tiene intolerancia a algún alimento..., explica la responsable del programa de comedores ecológicos, María Breda.