Con el comienzo del nuevo año, la residencia Arabarren abrirá sus puertas este mismo lunes 9 de enero e iniciará así su andadura. Se amplía así la red de residencias para mayores de Álava con esta nueva incorporación en la calle Blas de Otero tras cerca de dos años de obras y 15 millones de inversión.

El centro atenderá a 150 personas con diferentes perfiles de necesidades que según ha podido saber DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, irá ingresando a diez usuario a la semana. Serán atendidas en el Marco de colaboración público-social por una cooperativa sin ánimo de lucro, como es Mondragón, se crearán más de 100 puestos nuevos de trabajo y contará con las máximas calificaciones energéticas y se ha diseñado para ser lo más parecido a un hogar.

Funcionamiento de Arabarren

En su funcionamiento se apoyará en tres pilares: en primer lugar, en un modelo de atención centrado en las relaciones (Gizarea), para cuya implantación la cooperativa Arabarren contará con el asesoramiento del Departamento Foral de Políticas Sociales.

En segundo lugar, un edificio, diseñado por LKS-Krean Arquitectura e Ingeniería, que mira al futuro y que incorpora los requerimientos que se recogen en el nuevo decreto de centros residenciales para personas mayores del Gobierno Vasc de 2019.

Y, por último, un equipo de trabajo cuya gestión se sustentará en los principios cooperativos, entre los cuales destaca la organización democrática del trabajo, la participación en la gestión y la formación continua.

La instalación

La parte residencial para personas mayores tendrá 100 plazas divididas en cuatro unidades convivenciales de 25 plazas cada una. Asimismo, contará con una área para personas con discapacidad física severa, con capacidad para 25 residentes, y se completará con un centro de día para 25 personas mayores.

De las 125 plazas residenciales, 101 serán individuales y 12 dobles. Se ubicará en un único edificio con planta baja y dos plantas de altura, con una superficie construida total de más de 7.700 metros cuadrados, y contará con una zona verde.

Para la atención a las personas a las que se dirige esta instalación se ha previsto incorporar a más de 100 profesionales del sector, como personas socias trabajadoras que participarán en el proyecto y su gestión de forma directa mediante los mecanismos cooperativos de participación en sus órganos de administración y gestión, con voz, voto y representación en la Asamblea General, el Consejo Rector y el Consejo Social.

El complejo se ubica en una parcela rectangular de unos 6,159 m2, tiene un frente a la calle Blas de Otero de 70 metros y un fondo aproximado de 88 m. Los dos laterales dan a sendas franjas de espacio libre de uso público. La trasera a otra parcela de equipamiento ocupada por la parroquia Santa Teresa.

La configuración en planta ha permitido liberar una gran superficie exterior que se pretende dotar como un gran espacio verde y con arbolado lo que favorece un entorno más amable, y con un jardín terapéutico (tipo coreano/oriental).

Se organiza en dos volúmenes y, en cuya intersección, se disponen tanto el núcleo principal de comunicación como los servicios de asistencia a los residentes y los espacios comunes, al objeto de minimizar el cruce de los servicios, personal y residentes, y facilitar la orientación de estos.

Desde el vestíbulo principal del edificio parten, de forma independiente, los accesos a los tres recursos: la residencia para personas mayores, el centro de día y la unidad residencial para personas con discapacidad física severa.

Privacidad

La mayor parte de las habitaciones serán individuales, reservando habitaciones dobles para los casos de cónyuges, hermanos/as,…También se contará con espacios comunes para las actividades y el encuentro.