Dos años de una notoria sequía de visitantes a causa de las restricciones de viaje tenían preocupados a todos los agentes sociales y económicos que se mueven en el sector turístico. Pero al inicio de los balances y cierres de cuentas, la impresión no puede ser mejor, porque la comarca ha vuelto a ser uno de los lugares más visitados y aunque en las oficinas de turismo solo se tiene el dato de las personas que entran por sus puertas para solicitar información las valoraciones que se hacen son positivas.
Ese es el caso de la Oficina de Turismo de Laguardia, donde su responsable, Pilar García de Olano, facilita el dato de que “de julio a octubre han pasado por la Oficina de Turismo de Laguardia 30.905 personas”. Añade, como dato destacable, que este año hubo más extranjeros que en otras ocasiones. “Esto ha sido así sorpresivamente todos los meses de la campaña de verano y algo que nos llamaba la atención es que la mayoría de los días había en Laguardia más turistas extranjeros que nacionales. Y eso ha sido como una constante, todo el verano”.
Por nacionalidades, han venido muchos alemanes, noruegos, más franceses que otros años, belgas, muchísimos holandeses… El turismo extranjero ha sido principalmente europeo, aunque también hubo australianos, americanos… pero principalmente europeos.
Sobre las preferencias a visitar, el turista extranjero, lo que más ha demandado son las bodegas. Y después de éstas, “a nivel de patrimonio, visitar la iglesia de Santa María, porque también trabajamos con algunas agencias que están especializadas en turismo por el Camino de Santiago, turismo cultural y por eso muchos, muchos, vienen por ver la iglesia de Santa María y su espectacular portada”.
En el análisis de resultados, Pilar García de Olano, se refiere también a las actividades que ha organizado el ayuntamiento para vecinos y visitantes. En el mes de julio se hizo Laguardia en Vino, que es una actividad que el ayuntamiento estableció en mes que suele ser de menor afluencia, aunque este año no ha sido así y acudió bastante gente.
Respecto a programas propios, “este año hemos tenido, y tuvo bastante aceptación, un pack turístico que incluye otros recursos, Así, además de la iglesia de Santa María, contempla la visita al campanario, a la Torre Abacial, al estanque celtibérico de La Barbacana y el recorrido por el calado subterráneo que tenemos en la Oficina de Turismo de Laguardia. Es un pack que ofrecemos todos los días por la mañana y este verano ha funcionado muy bien porque ya lo comenzamos a ofrecer el año pasado”. El destinatario es “la gente que viene en plan de familia o en plan individual, que son quienes lo han comprado mucho. El objetivo de este pack es que la gente esté más tiempo en Laguardia y que visiten otros recursos como el estanque celtibérico, que es muy poco conocido”. Como el patrimonio arqueológico es tan importante aquí, en Laguardia y en Rioja Alavesa, sirve como punto de partida; vienen a ver el estanque y allí se les explica el tema de los dólmenes, el poblado de La Hoya, el Alto de Castejón y otros espacios arqueológicos que hay en Rioja Alavesa que están gustando mucho.
En cuanto a la demanda de plazas hoteleras y de restauración en la Oficina de Turismo no hay datos estadísticos, “pero por lo que hemos hablado la gente está muy contenta así que parece que la respuesta ha sido muy buena. Aunque era un año un poco de indecisión, que no sabíamos lo que iba a pasar, ha habido mucha gente”.
Menos gasto en Labastida
Por su parte, el responsable de la Oficina de Turismo de Labastida, José Manuel Calleja, destaca que “la afluencia de visitantes a la Oficina de Turismo de Labastida ha estado muy bien este año, porque ha venido muchísima gente, como el año pasado”. Pero reconoce que aunque “se ha producido una asistencia alta a los eventos que de forma gratuita han ofrecido en la agenda cultural del pueblo, y la gente ha salido, no han gastado tanto como solía hacerlo antiguamente”. Explica que “hablas con los restaurantes y te cuentan que han dado muchas raciones, muchos bocadillos, mucho consumo de barra, pero los comedores, quizás, no tanto. La gente se ha cortado mucho a la hora de pedir cosas un poco más caras. El año pasado, con limitaciones de aforo, se llenaba, pero éste ha habido dificultades. En cualquier caso, la gente ha salido, ha bebido, ha disfrutado muchísimo de la naturaleza, de las piscinas y de la oferta cultural del pueblo”.
Desde la pandemia, la tendencia de los visitantes ha sido de demanda de actividades de naturaleza y este año han observado un mayor interés por conocer la localidad. “Creo que son tendencias que han venido para quedarse, el hecho de mimetizarse con el entorno”.
Como es obvio, el vino y las bodegas son también elementos claves en la demanda de los visitantes. “Labastida tiene algo que la diferencia de otras poblaciones y es que aquí tenemos muchos veraneantes que ya en alguna ocasión han visitado bodegas y estas personas no han ido tanto a realizar esas visitas. Pero la gente que ha venido a pasar el día o a conocer la comarca han llegado interesados en conocer el mundo del vino”, comenta Calleja.
En cuanto a la procedencia de los turistas, el responsable de la Oficina detalla que “en Labastida los extranjeros vienen más en otoño, en época de vendimias. Aunque los dos años pasados, los de la pandemia, se ha notado mucho su ausencia. Apenas vinieron. Pero durante el verano el turismo ha sido de cercanía, de gente que viene del propio País Vasco, así como viajeros de Cataluña, de Madrid, de la comunidad valenciana… En ese sentido se han mantenido los porcentajes de siempre”.
El disfrute del vino ha sido otro de los elementos beneficiosos. La campaña, ¡Un Labastida, por favor! “ha resultado muy bien y estamos muy contentos. Creemos que al pedir un Labastida pedimos un poco la suma de todo, una propuesta que en Labastida es muy completa. A la oferta hotelera que tenemos o a la zona de autocaravanas que ha ido incrementándose cada vez más, se suman la gastronomía, los pinchos, los vinos, los bares, las bodegas, las empresas de actividades turísticas, la agenda cultural y por eso, ese eslogan lo vamos a seguir manteniendo al menos unos años más”.
A estos buenos resultados de visitantes se suman, aunque no se han cerrado aún las cifras de asistencia, las visitas teatralizadas, como las de Elciego, Salinillas de Buradón o Labraza, que siempre atraen a un público ávido de disfrutar de una visita en clave teatral.