Las características del mercado inmobiliario de la capital alavesa, en la que prácticamente es imposible acceder a un piso en alquiler, dan ya una importante pista sobre la rentabilidad que pueden llegar a lograr los propietarios que deciden sacar al mercado arrendatario sus viviendas. Según los datos del Observatorio Municipal de la Vivienda, de las 116.404 casas que hay en Vitoria, tan solo hay 103 pisos en oferta de alquiler y 7.791 contratos en vigor. Esto obedece a una cultura de compra que prevalece en nuestra sociedad, pero también pone sobre la mesa la escasa oferta en alquiler que tiene el parque inmobiliario gasteiztarra. Y eso que las propuestas para alquilar han aumentado en el último año, pero lo hacen de forma insuficiente. En los últimos tres meses se han incorporado 13 viviendas a este stock, para constituir el 10,8% del total de los pisos ofertados en Gasteiz, entre alquiler y venta, tanto de vivienda nueva como usada.

Un número muy limitado que supone una oportunidad de negocio para sus propietarios, ya que la rentabilidad de la compra de una vivienda para ponerla en alquiler se sitúa “entre el 5,5 y el 6%”. Así lo confirma Amaia Fernández de Avenida Servicios Inmobiliarios, quien expone que la vivienda de segunda mano se “está vendiendo más que nunca”, para ponerla, posteriormente, en régimen de alquiler. “Las entidades bancarias dejaron de pagar por los ahorros y depósitos y esto ha hecho que la gente que tiene unos dinerillos ahorrados, principalmente personas mayores, apuesten por la rentabilidad que da el alquiler”. Una situación que corrobora Carlos Fernández de Nograro, propietario de la constructora que lleva su apellido. “Ahora mismo no hay fondo ni entidad bancaria que te conceda una rentabilidad del 5,5%”. A su juicio, “el éxito de la operación está prácticamente garantizado”, debido a que existe “una gran demanda porque en Vitoria hay un gran déficit de casas en alquiler”. El alza de los tipos de interés tiene su reflejo inmediato en la subida de las hipotecas y también incentiva el alquiler. Los bancos varían el precio de los créditos inmobiliarios casi a diario ante la galopante subida del euríbor, aumentando la carestía de las hipotecas fijas con el propósito de dirigir las contrataciones hacia las variables, más rentables para la banca con el euríbor disparado. “Las personas que tienen una estabilidad laboral optan por la compra, pero hay mucha gente que no puede acceder a una hipoteca y más ahora con el euríbor disparado, lo que hace que cada vez más personas vayan al alquiler”, expone Fernández.

Alquiler compartido

A poca oferta y gran demanda la ecuación es fácil de resolver y conlleva un aumento considerable del precio de los arrendamientos. El coste mensual de un alquiler con contrato en vigor en Gasteiz asciende hasta los 651 euros, mientras que la oferta actual escala hasta pagos prohibitivos de 991 euros al mes. Estas cifran varían según barrios y características de cada vivienda, pero fijan una media muy elevada que cierra las puertas a mucha gente a la posibilidad de arrendar. “Cada vez hay más personas que comparten piso para poder hacer frente a sus gastos. Antes alquilaba más un perfil estudiantil, pero ahora las edades son muchos más amplias, desde los 26 hasta los 50 años”, manifiesta Fernández. En este sentido, hay un dato bastante significativo que aporta el marketplace inmobiliario Idealista. Vitoria es una de las tres ciudades del Estado, junto con Oviedo y Ávila, con la mayor media de edad de las personas que comparten vivienda con 42 años.

Amaia Fernández asegura que el alquiler de vivienda es el que ofrece mayor rentabilidad en Vitoria por encima de los locales comerciales, oficinas y garajes. “Los beneficios por comercio van a la baja, aunque depende mucho de la zona en la que se encuentren”. “La zona de Sancho el Sabio está al alza y no hay ni un solo local vacío. No es lo mismo un espacio en el centro que en el barrio de El Pilar. En este caso hay que saber invertir bien”, añade. El rendimiento de las oficinas también cae, ya que se prefiere acceder a “bajos comerciales”. Los garajes ofrecen menor rentabilidad y “los pabellones industriales no son nada apetecibles ni rentables”.