El Puerto de Bilbao, uno de los más importantes de todo el Estado, está llevando a cabo numerosas acciones en materia de sostenibilidad para convertirse, en 2050, en un puerto neutro en carbono. Su estrategia no solo se basa en descarbonizar las infraestructuras portuarias sino también, y ahí está su factor diferencial, convertirse en un generador de energía verde. Así lo detalla el director de Operaciones, Comercial, Logística y Estrategia de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Andima Ormaetxe. 

El Puerto de Bilbao es el más importante de la Costa Atlántica. ¿Se ha convertido también en un referente dentro de la transición energética?

En el Puerto de Bilbao tenemos una actividad energética muy importante dentro de las instalaciones, con una refinería, una planta de gas natural y una planta de ciclo combinado de generación de electricidad, que es Bahía Bizkaia Electricidad. Además, somos el puerto o hub donde se exporta la mayor parte de los componentes para la eólica dentro de la península ibérica. Las principales fábricas están en nuestra zona de influencia; una planta de Acciona de palas de molinos en Lumbier (Navarra); y otra de Siemens Gamesa en Ágreda (Soria) en la que se fabrican nacelles y otros componentes. También, tenemos una fábrica dentro del Puerto, Haizea Wind, que fabrica tramos de torres eólicas y monopiles (cimentaciones de torre eólica marítima). Por lo tanto, el Puerto de Bilbao es el evacuador de estos componentes eólicos. Por otra parte, Bilbao siempre ha tenido una sensibilidad especial en ser un puerto de menor impacto dentro del ecosistema. No solo intentamos impactar poco sino también generar energía dentro del puerto. En este sentido, Puertos del Estado sí identifica Bilbao como el referente en materia de sostenibilidad y transición energética. 

“El Puerto de Bilbao ya es una administración energética”

¿Os inspiráis en otros puertos europeos o internacionales para tomar este tipo de decisiones?

Siempre tenemos referencias puntuales, por ejemplo, para la conectividad ferroviaria, que para nosotros es muy importante. Para ello, los puertos del norte de Europa son toda una referencia, como el de Hamburgo, con una orografía mucho más propensa a este tipo de transporte. En temas de sostenibilidad los puertos holandeses también son una referencia.  

El año pasado el Puerto cerró con un tráfico de 32,8 millones de toneladas. ¿Cómo se trabaja esta cantidad de mercancías en el día a día?

Hay tres áreas distintas con estibadores especializados en cada una de las actividades. Es decir, dentro del puerto existen diferentes áreas de actividad y subsectores, como el energético con sus importaciones y exportaciones de crudo, sus refinadoras y gas natural. Allí hay un volumen importante de mercancía que va por tubería, por lo que no es tanta la gestión de carga y descarga. También hay una zona más industrial en las que se fabrican equipamientos sobredimensionados, grandes tramos de torre eólica que pesan 2.000 toneladas… Y, finalmente, hay otra parte más logística de mercancías que no están contenerizadas, la parte de contenedores o la carga y descarga de camión, que es la parte más clásica. El puerto es un ecosistema muy rico, muy amplio y activo. La actividad es intensa.

En el Plan Estratégico 2023-2026 de la Autoridad Portuaria de Bilbao, hay un apartado esencial dedicado a la sostenibilidad. ¿Cuáles son las principales líneas?

Sostenibilidad para el puerto significa que, primero, queremos ser un puerto moderno con el mínimo impacto medioambiental, sin emisiones. Pero, además, se trata de dotar de más competitividad a todos los clientes que tenemos porque la sociedad va a demandar infraestructuras y productos respetuosos con el medioambiente. El hecho de pasar por el Puerto de Bilbao puede minimizar el impacto de la huella ambiental que tiene un producto. Así pues, son dos variantes; descarbonizar todas las actividades del puerto —ser un puerto neutro en carbono para 2050— y, asimismo, generar energía verde. El Puerto de Bilbao ya es una administración energética, propiamente dicha. Por eso, tenemos molinos dentro del puerto desde 2006, 12 MW implantados con eólica, queremos poner más molinos, placas solares, dispositivos de generación de energía por marea… Y queremos que toda la energía que consuma el Puerto se genere dentro de nuestra infraestructura, en su mayor parte, con recursos medioambientalmente sostenibles. Y eso, con la misión de ser más sostenibles y dotar de mayor competitividad a los clientes.

Estas son las acciones que han convertido el Puerto de Bilbao en un referente de sostenibilidad

Estas son las acciones que han convertido el Puerto de Bilbao en un referente de sostenibilidad G.T

La conexión del Puerto de Bilbao con ferrocarriles es una parte imprescindible de su éxito en la descarbonización. ¿Cómo es esta relación?

Es una relación vital. Las autoridades portuarias siempre se han entendido como infraestructuras donde únicamente se cargan y descargan barcos y ya no es así. El Puerto de Bilbao es una autoridad ferroportuaria porque el ferrocarril es un transporte vital para que sea eficaz y debe dotarse de buenas conexiones. En segundo lugar, el ferrocarril permite un uso más eficiente de recursos energéticos para transportar. Además, Bilbao cuenta con un porcentaje intenso del uso del ferrocarril —un 30%— y mucho mayor comparado con el resto de puertos españoles. En Hamburgo está en torno al 40%, también por su orografía más apropiada. La forma de extender el Puerto de Bilbao y tener más alcance es captar carga del sur de la península a través del tren. Muchos de los productos hortofrutícolas, por ejemplo, llegan vía ferrocarril. Por lo que la pata ferroviaria es muy importante. En un puerto actual se descargan barcos, camiones y trenes. 

“El hecho de pasar por el Puerto de Bilbao puede minimizar el impacto de la huella ambiental que tiene un producto”

¿Cómo se puede equilibrar la llegada de cruceros con la promoción de un turismo sostenible?

En el Mediterráneo, la llegada de los cruceros cambia la dinámica de las ciudades drásticamente. En Barcelona, por ejemplo, hay 1.000 cruceros al año con una media de 3.000 pasajeros y el doble de tripulantes, por lo que llegan alrededor de 5 o 6 millones de visitantes a Barcelona solo a través de los cruceros. La ciudad tiene tres alrededor de dos millones de habitantes y es entonces cuando se masifica. El récord de llegada de cruceros en Euskadi es de 80 y tenemos la ventaja de que cuando llegan los visitantes se van a Donosti, Gasteiz, Bilbo, Getxo, Portugalete, Rioja alavesa, Santander, Iruña… En una hora y media tienen mucha capacidad de ir a lugares distintos, con muchas actividades, por lo que la gente se diversifica bastante. No se congestiona una infraestructura concreta.