El informe aprobado por la Comisión de Transportes del Parlamento Europeo en relación al plan de inversiones en infraestructuras transeuropeas (TEN-T) es el eje sobre el que la Eurocámara establecerá, de acuerdo con el Consejo, el cumplimiento de los compromisos de inversión y desarrollo en esta materia. El gran titular desde la perspectiva más cercanas es que se ratifican los plazos exigidos para la conexión de la red de alta velocidad del corredor atlántico –la Y y su enlace navarro– poniendo coto a la pretensión unilateral de Macron de retrasar su cumplimiento previsto en 2030. Sin embargo, esta es la punta del iceberg del espaldarazo del legislativo comunitario a la estrategia de reclamación conjunta de las comunidades del arco atlántico liderada por el lehendakari Iñigo Urkullu. Las implicaciones del informe y la aportación en él de las enmiendas aprobadas a propuesta de la eurodiputada vasca Izaskun Bilbao han reforzado esa estrategia y acotado el riesgo de ver sometidas las prioridades europeas a intereses unilaterales. Las enmiendas que la Eurocámara hace suyas convierten en mandato la recomendación de atender la participación de las autoridades subestatales en el diseño y ejecución de las infraestructuras prioritarias; refuerzan el sentido amplio de la estrategia de transporte europea, garantizando la atención específica a nodos interfronterizos y transporte marítimo, así como al aumento de la capacidad de transporte de carga y pasajeros en los ejes ferroviarios; permitirá la implantación equilibrada y no arbitraria de las nuevas tecnologías que ampliarán las cadencias del transporte ferroviario; la modernización de flotas marítimas hacia modelos sostenibles; incorpora como prioritaria la mejora de la red ferroviaria entre Bilbao y Santander y confirma el corredor de Ezkio-Itxaso como la opción más sostenible y eficiente para conectar los ejes atlántico y mediterráneo de alta velocidad. Y convierte en vinculantes las solución de los informes de seguimiento de ejecución de planes, lo que favorecerá acelerarlos. Con todo ello, deja de ser un título honorífico la consideración de prioritario para proyectos hasta ahora ralentizados –de nuevo la Y vasca– dado que solo a ellos se podrán dedicar fondos europeos. El texto desarrollado por la Comisión y la Eurocámara define la dirección en la que Europa dirige sus pasos y presiona a los Estados para que así sea.
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