Un buen mes de marzo para el empleo en los territorios forales y el Estado permite hacer un diagnóstico sobre la capacidad del mercado laboral de responder a las necesidades del tejido económico, que se ha comportado mejor de lo previsto en un escenario inestable, con lo que conlleva de reforzar la capacidad productiva y, con ella, la estabilidad de las empresas. La demanda de empleo ha vuelto a crecer en marzo, lo que ha permitido una afiliación a la Seguridad Social con poco o ningún precedente en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV), en la Foral Navarra y en el Estado. La primera ronda el millón de afiliados, la segunda supera los 300.000 y el tercero toca techo con una media de casi 20,4 millones de cotizantes. Los descensos del desempleo son significativos no solo por su volumen sino, sobre todo, porque se producen en un mes sin efecto tractor del turismo de Semana Santa y sí con los de la política anti inflación ya constatables en la financiación de las empresas a través del encarecimiento del crédito. En adición a esto, en el caso de la CAV y Navarra muy especialmente, los datos de marzo hablan de una capacidad del tejido laboral de acceder a un mercado de empleo cambiante en los perfiles de su demanda. Un hecho que merece la pena destacar es el ratio de cotizantes a la Seguridad Social respecto al conjunto de la población activa, lo que determina el volumen de trabajadores que tienen accesibilidad al empleo con independencia de la estabilidad del mismo. Así, con más de 1,05 millones de activos –entre 16 y 64 años– en la CAV y 326.000 en Navarra, más de un 94,5% de ellos figuran como afiliados a la Seguridad Social en marzo en el primer caso, y más del 92% en el segundo; la media del Estado no alcanza el 87%. En un entorno laboral que sitúa a las dos comunidades a la cabeza en tasas de empleo, el dato anima a interpretar muy positivamente tanto la capacidad de crear empleo de las empresas como la de responder a las características de esa demanda por parte de la población tanto por su formación como por su adaptabilidad. Ese 5 al 8% de población activa que no estuvo afiliada en marzo roza ya el concepto de paro técnico de las economías avanzadas y permite que un horizonte de pleno empleo en el futuro no sea una quimera. Pese a las incertidumbres y dificultades previsibles.
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