uskadi necesita de manera urgente revertir la actual tendencia de la pandemia de covid-19, caracterizada por un incremento sostenido de contagios prácticamente desde que el pasado 7 de octubre se levantara la mayor parte de las restricciones. Los últimos datos concluyen que la CAV roza ya los 200 casos de incidencia acumulada por 100.000 habitantes en 14 días. No es una situación exclusiva de nuestro territorio, pero la CAV y Navarra están en cabeza en cuanto a contagios e incidencia, lo que obliga a tomar nuevas medidas, sin necesidad de llegar a las limitaciones vigentes durante el estado de emergencia sanitaria. La convivencia con el virus en esta nueva normalidad está resultando complicada y aunque la vacunación masiva de la población vasca está garantizando que la presión hospitalaria y en las UCI sea soportable, es necesario frenar la propagación de la enfermedad. Aunque gran parte de la ciudadanía sigue manteniendo las normas básicas de prevención, el paso del tiempo ha ido extendiendo cierta relajación en su cumplimiento. No es infrecuente ver ya a numerosas personas sin mascarilla o haciendo mal uso de ella y las lamentables imágenes que pudieron contemplarse el domingo pasado durante la final del Cuatro y Medio con buena parte de los espectadores sin el tapabocas -lo que obligó a suspender unos minutos el partido- son ilustrativas del incumplimiento de la prevención. Las nuevas normas que anunció ayer el Gobierno vasco para la suspensión o aplazamiento de algunas actividades o la posible exigencia del pasaporte covid para acceder a otras ligadas al ocio nocturno van en la línea de atajar la tendencia al alza. No hay que olvidar que gran parte de Europa está sumida ya en una sexta ola letal y muchos países, como Alemania, han recuperado restricciones duras e imponen el pase covid para frenar la “pandemia de los no vacunados”. La enfermedad se está cebando con quienes se niegan a inmunizarse y se corre el riesgo de que se pueda extender más. El pasaporte covid, que impediría el acceso de no vacunados a estas actividades de ocio, es una medida drástica pero proporcionada. Es de esperar que el Tribunal Superior vasco avale su empleo -como ha ocurrido sin mayores problemas en Galicia, Catalunya y Baleares- para que cuente con plena seguridad jurídica y surta el efecto deseado de impulsar aún más la vacunación.
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