Tal y como definía la Organización Mundial de la Salud (OMS) a mediados del pasado siglo, la salud es el mayor estado posible de bienestar físico, psíquico y social. Por conseguir este reto trabajan desde el ámbito laboral todos los agentes implicados en la materia -como es el caso de IMQ Prevención- , que hoy celebran el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo.
El lema de este 28 de abril es Un entorno de trabajo seguro y saludable es un principio y derecho fundamental en el trabajo. ¿Estamos cerca de conseguirlo?
Vamos avanzando, pero falta mucho. De hecho, la necesidad de celebrar un día como el de hoy y el lema de este año, significa que todos los agentes intervinientes debemos seguir trabajando y no bajar la guardia, ya que los datos de siniestralidad laboral nos indican una realidad que está todavía lejos de permitirnos decir que los entornos de trabajo son seguros y saludables, dado el aumento de la siniestralidad laboral durante 2022, tanto a nivel estatal como en la CAPV.
En este contexto, Osalan, Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, acaba de celebrar en Bilbao su V Congreso Internacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, en el marco de su 30 aniversario, con el lema Asumiendo retos, sumando esfuerzos. ¿En qué medida es necesaria la colaboración de todos los agentes hacia el objetivo de procurar un trabajo sano y saludable?
Es fundamental. Siempre decimos que el trabajo en equipo nos convierte en organizaciones más eficientes. Pues lo mismo ocurre cuando todos los agentes intervinientes tienen los mismos objetivos. La Administración, a través de la Estrategia Vasca de Seguridad y Salud en el Trabajo 2021-26 y la Estrategia Española de Seguridad y Salud 2023 -2027 nos marcan la hoja de ruta, las políticas en materia de prevención de riesgos laborales, y los planes de acción que todas las entidades, tanto los servicios de prevención ajeno como las empresas, debemos llevar a cabo. De esta manera, podremos avanzar en la protección y en la prevención de la salud de las personas trabajadoras, mejorando las condiciones del trabajo y reduciendo la siniestralidad, doble objetivo que nos mueve a todas las partes.
"Todos los agentes intervinientes debemos seguir trabajando y no bajar la guardia"
La pandemia parece haber traído consecuencias negativas para la salud psicológica de los trabajadores derivadas de la aparición de nuevas formas de trabajo, como el teletrabajo, la desaparición de los límites entre ocio y trabajo, el cambio en la organización, en el control... ¿Son estos los principales riesgos que acechan actualmente a la salud del trabajador?
Durante muchos años no se hablaba de ellos, pero la pandemia los ha hecho visibles. Sabemos que los factores de riesgo psicosocial tienen la probabilidad de afectar negativamente a la salud (física, psíquica y social) y al bienestar de las personas trabajadoras, así como al desarrollo de su trabajo. Por ello es importante trabajar para crear condiciones de trabajo que sean saludables. Los factores psicosociales los tenemos en todos los ámbitos laborales, en todas las organizaciones, lo que cambia es cómo son. Es decir, si su configuración es deficiente o su diseño inadecuado, existirán muchas probabilidades de que afecten a la salud de las personas, y esto puede dar lugar a un riesgo psicosocial. Los más conocidos: el estrés, la violencia o el acoso en el trabajo. El teletrabajo no es bueno ni malo en sí mismo, todo dependerá de cómo se organice y se gestione en la empresa. La desaparición de los límites entre el ocio y el trabajo está relacionada con las políticas de desconexión digital y su cumplimento por todas las partes.
También se han de considerar la situación económica, la desaparición de trabajos “para toda la vida”, las políticas de empleo… ¿Todas estas circunstancias están cambiando el concepto de trabajo y, con ello, el enfoque de la prevención de riesgos laborales (PRL)?
Las políticas de empleo actuales pretenden ir acabando con la precariedad laboral, lo cual tiene que redundar de forma positiva en la mejora de la seguridad y la salud en el trabajo. En cuanto al trabajo para toda la vida, para las nuevas generaciones no tiene el valor que tenía para nuestros padres y madres. Tal vez eso permita tener personas trabajadoras con más experiencias y ello aporte más riqueza a las organizaciones, incorpore nuevos valores positivos para todas las partes. Las empresas se enfrentan al nuevo reto de la gestión de la diversidad intergeneracional. Patrones de comportamiento que nada tienen que ver y que deben convivir en las empresas. Todos estos cambios en el mundo laboral son un reto interesante, que traerá consigo la necesidad de reajustes normativos y nos enfrentará a nuevos riesgos que aún no imaginamos.
"En este momento, el gran problema que hay es disponer de profesionales de Medicina del Trabajo"
Fruto de lo anterior ¿han tomado especial importancia las evaluaciones de riesgos psicosociales?
Sí, desde hace unos años, las empresas cada vez son más conscientes de la necesidad de realizar la evaluación de riesgo psicosocial, sin olvidar que es una obligación legal que tiene el empresario/a, y que su no realización le puede acarrear un sanción.
Nuestro marco de prevención de riesgos laborales concibe la salud de las personas como un todo. ¿Es importante tenerlo en cuenta a la hora de prevenir los riesgos laborales y promover y proteger la salud de las personas?
Como decíamos antes, para la OMS, la salud no es la ausencia de enfermedad sino “el estado completo de bienestar físico y psíquico y social de una persona”. De ahí la importancia de la promoción de la salud. De hecho, las empresas que quieren avanzar e ir un paso más allá de lo que la ley dice estrictamente apuestan por poner en marcha en sus organizaciones el concepto de empresa saludable o del bienestar, donde se trabaja mediante la formación, información y prevención. Para ellas es importante que las personas trabajadoras sepan qué hábitos cotidianos pueden ser nocivos para su salud y cuáles pueden ayudar a reducir o eliminar el riesgo de sufrir ciertas enfermedades. Por ello ponen en marcha talleres de nutrición, de ejercicio físico, riesgo cardiovascular o mejora de la salud mental.
Con un descenso de los accidentes mortales de 31 en 2021 a 25 en 2022 según datos de Osalan, ¿las cifras de siniestralidad en Euskadi invitan al optimismo?
En Euskadi ha habido una ligera bajada del número de fallecidos entre 2021 y 2022, pero no a nivel estatal, donde se ha incrementado el 13%. Por ello, no podemos bajar la guardia. Debemos tener lecciones aprendidas que hay que incorporar a nuestro hacer diario. Debemos trabajar en la cultura preventiva de nuestras organizaciones y hacer realidad la integración de la prevención en todos los niveles de gestión de la empresa.
"Las empresas cada vez son más conscientes de la obligación de evaluar el riesgo psicosocial"
¿Los esfuerzos que llevan a cabo entidades como IMQ Prevención hacia dónde se encaminan?
Tenemos varios frentes, además de lo dicho en el campo de la psicosociología y la cultura preventiva, debemos seguir trabajando en el ámbito de la formación en materia de PRL , ya que cuanto más y mejor estén informadas y formadas las personas trabajadoras sobre los riesgos de sus puestos de trabajo disminuirá la probabilidad de sufrir accidentes. En el ámbito de la higiene industrial tenemos que concienciar a las empresas de la importancia de inventariar y medir los contaminantes a los que están expuestas las personas en su puesto de trabajo y de adoptar las medidas correctoras pertinentes. Y no puedo olvidarme de la ergonomía. Movimientos repetitivos, posturas forzadas, manipulación manual de pesos... afectan a la salud, pero una vez que se sepa se puede actuar para mejorar los puestos.
¿El reto actual es potenciar la calidad en la vigilancia de la salud?
En este momento, el gran problema que hay es disponer de profesionales de Medicina del Trabajo; faltan tanto médicos/as como DUEs, y en menos de cinco años la situación se va a agravar de manera preocupante. El reto es potenciar y hacer más atractiva la especialidad, para que sea una opción para las y los MIR.