Más personas trabajando que nunca y, en algunos casos, con incrementos salariales. La fórmula perfecta para dar un impulso extra a la recaudación fiscal. Los ingresos de las tres diputaciones de la CAV superan a estas alturas del año los 3.860 millones de euros, 402 millones más que el año pasado, un 11% más.
Las haciendas forales prefieren esperar a la vuelta del verano, cuando ya se han cerrado las campañas de la Renta y del Impuesto de Sociedades, para valorar la salud del sistema de financiación de Euskadi. Es en ese momento cuando se puede hablar de tendencia. Sin embargo, de lo que ya no cabe duda es de que el empleo será uno de los principales motores de crecimiento de este año. El récord de afiliados a la Seguridad Social alcanzado en marzo garantiza una base sólida en el IRPF a través de las retenciones en las nóminas de los trabajadores.
Y a la espera de la evolución final en el año del IVA y de la recaudación beneficios empresariales, el crecimiento en el primer trimestre del año supera la previsión realizada en el Consejo Vasco de Finanzas, que sirve de base para la elaboración de los Presupuestos de todas las administraciones de la CAV.
La Diputación de Araba ha hecho público está mañana su informe de recaudación acumulada hasta marzo, era la pieza que faltaba para completar la foto fija de situación de las tres diputaciones, la principal vía de ingresos del Gobierno vasco. La hacienda alavesa es la que menos ha crecido en lo que va de año. Ha recaudado 407,9 millones de euros en el primer trimestre, un 5,8% más, en concreto 22 millones. El dato contrasta con el impulso que han recibido las otras dos diputaciones en el arranque del curso. Sobre todo Gipuzkoa, cuyos ingresos han crecido en un 14%, hasta los 926,2 millones, es decir 114 millones más que en el año del récord de recaudación en Euskadi.
Bizkaia también ha notado el buen momento del mercado laboral y ha alcanzado los 2.5262 millones, casi un 12% más, lo que supone casi 267 millones extra. Todo ello en un contexto complejo por la ralentización de la economía. El plano estrictamente fiscal está marcado además por la rebaja del IVA de algunos productos básicos, pero el alza generalizada de los precios, sobre todo de la alimentación, ha compensado en parte el impacto. Además, de momento no se percibe señales de moderación del consumo. De modo, que el IVA sigue creciendo y alimentando la caldera de los ingresos forales.