Es el tercer aumento desde el mes de julio, y probablemente no sea el último. La decisión, la pasada semana, por parte del Banco Central Europeo de subir los tipos de interés un 0,75%, hasta dejar la tasa en un 2%, vuelve a poner sobre la mesa la cuestión de si será suficiente para contener la alta inflación que impera en todo el continente. De momento, los otros dos incrementos anteriores no parecen haber atemperado el descontrol de los precios, si bien es cierto que es difícil esperar resultados a corto plazo en las medidas relativas de política monetaria. 

Así, desde verano, las tasas han pasado, en las sucesivas reuniones del BCE en Frankfurt, del 0% al 0,5%, al 1,25% y ahora al 2%. Mientras, la inflación en la Eurozona no ha dejado de subir: del 8,8% en julio al 9,9% al término de septiembre, su máximo histórico. En cualquier caso, la tasa ofrece una fotografía desproporcionada por el altísimo porcentaje que se da en los países del Este y los bálticos, con incrementos de entre el 15% y el 20% en muchos de ellos. La gran dependencia de estos países al gas ruso y los esfuerzos que han tenido que desarrollar para diversificar su aprovisionamiento energético desde que comenzó la guerra de Ucrania están descuadrando muchas previsiones elaboradas desde Bruselas. También Alemania (10,9%) y Países Bajos (17,1%) se han encontrado con niveles de precios no vistos antes en su historia reciente. Mientras, los países del arco mediterráneo, menos expuestos a la dependencia del gas y el petróleo de Rusia, están capeando mejor las dificultades, aunque parten de una recuperación más crítica por haber sufrido más la crisis económica de la pandemia y, al mismo tiempo, padecer problemas derivados del gran desastre financiero de comienzos de la década pasada.

“Tenemos que hacer lo que tenemos que hacer. Nuestro mandato es estabilizar los precios”

CHRISTINE LAGARDE - Presidenta del BCE

“Tenemos que hacer lo que tenemos que hacer. Nuestro mandato es la estabilidad de precios”. La sentencia, rotunda, corresponde a Christine Lagarde, la presidenta del BCE, que se ha pronunciado así para justificar la decisión del Banco. El objetivo es frenar la inflación y dejarla en un entorno cercano al 2%, lo que presupone que van ser necesarias más medidas en esa línea. La gran preocupación estriba en la inflación subyacente, que suele ser un indicador más preciso. En ella quedan fuera los productos energéticos y los alimentos no elaborados, que son elementos más volátiles y se han visto más afectados por los acontecimientos internacionales como la guerra de Ucrania 

A la conclusión de septiembre, la inflación subyacente quedó en el 4,8% en la Eurozona, lo que denota que existen un componente estructural en el incremento de precios que el BCE quiere corregir con subidas de tipos de interés que reduzcan la demanda y el consumo de empresas y consumidores. 

De esta manera se logran controlar los precios. A costa, eso sí, de sacrificar el crecimiento del PIB, algo que ahora parece secundario para el BCE. De hecho, el Producto Interior Bruto de la Eurozona registró un crecimiento intertrimestral del 0,8% de abril a junio de este año, apenas una décima más que en los tres meses interiores. Si no se estimula el crecimiento, ese parón podría afectar al empleo, aunque las previsiones delos principales organismos descartan por ahora una drástica subida del desempleo. 

Hipotecas más caras y depósitos bancarios con más rentabilidad


El incremento de los tipos de interés volverá a tener un impacto -negativo- en los créditos hipotecarios y - positivo- en los depósitos bancarios. Los clientes que tengan contratado un préstamo para pagar una vivienda, y en especial aquellos que tienen hipoteca de tipo variable, van a ver como se encarecen sus créditos y las cuotas mensuales podrían aumentar en la próxima revisión.

Además, las hipotecas referenciadas con el valor del Euríbor, que acabó el mes pasado con una media provisional del 2,6%, van a sufrir especialmente el incremento del precio del dinero decretado por el BCE. De la misma manera, aquellas personas que quieran contratar una hipoteca en los próximos meses se van a encontrar con un endurecimiento de las condiciones y los criterios de las entidades financieras para concederla. Los analistan creen que el Euríbor podría acabar el año en una tasa cercana al 3%.

DEPÓSITOS

Por contra, la remuneración a los ahorros continuará mejorando para los clientes que tengan contratado alguno de estos productos financieros. Los últimos incrementos del precio del dinero benefician a quienes posean algún depósito bancario, con rentabilidades que en la mayor parte de los casos oscilan entre el 2% y el 3% TAE. Los bancos están moviendo posiciones desde antes del verano, anticipándose a las decisiones del BCE, y están modificando su cartera de depósitos para atraer más clientes. En lo que respecta a la morosidad bancaria, además, no se prevé que se dispare o se sitúe en los niveles similares a los de la Gran Recesión, cuando las dificultades para hacer frente a las hipotecas se extendieron en buena parte de la sociedad. 

No obstante, Gobierno y banca ya están negociando un nuevo protocolo de ayudas para proteger a los clientes financieros más vulnerables. La propuesta de las entidades financieras es alargar los plazos de pago para familias cuya cuota de la hipoteca se encarezca en al menos un 30%, siempre que se hayan firmado a partir de 2012 y se trate de primera vivienda. 

Se desconoce cuantas personas podrían estar en esta situación, pero la elevada inflación y la subida de los tipos de interés están complicando cada vez más la situación de las familias españolas. Según el Banco de España, los hogares que se consideran altamente endeudadas, aquellos que destinan más del 40 % de sus ingresos al pago de deudas, podrían superar ya el millón y medio. El Banco estima que la proporción de familias con deuda que pasarían a tener una carga financiera elevada aumentaría casi un 4% ante la actual coyuntura de incetridumbre económica.