El espíritu que preside la proposición de ley para la nueva tasa a la gran banca recuerda al que marcó la instauración de las denominadas tasas ‘Tobin’ y ‘Google’. En el caso de la primera, es también conocida como Impuesto sobre Transacciones Financieras. Técnicamente, grava con un porcentaje del 0,2%, la compra de acciones de empresas españolas que tengan una capitalización superior a los 1.000 millones de euros. El objetivo es imponer un gravamen a los movimientos bursátiles de carácter especulativo a nivel internacional. El impuesto se aplica con independencia de la residencia de las entidades o personas que intervengan en la transacción. Se basa en legislaciones similares a la de Francia o Italia, entre otros países, y entró en vigor en España en enero de 2021, después de un largo debate político y económico.

Por su parte, la tasa ’Google’ también arrancó en enero del año pasado. Su nombre técnico es Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales y su objetivo es gravar a las grandes compañías del sector tecnológicó -con especial atención a firmas como Google, Amazon, Facebook y Apple- con un 3% de sus ingresos obtenidos de publicidad, intermediación en línea y transmisión de datos, en línea con las recomendaciones emitidas por la Comisión Europea en los últimos años.

No obstante, la recaudación obtenidas por las arcas del Estado está lejos de las previsiones lanzadas en su momento. Así, a fines del año pasado, Hacienda había ingresado entre las dos tasas 454 millones de los 1.818 previstos para el primer ejercicio fiscal en vigor. 

Así, Hacienda recaudó 288 millones de euros por el Impuesto de Transacciones Financieras, lo que supuso el 33,8% de los 850 millones de recaudación previstos por el Gobierno para el conjunto del año. Por otra parte, España ingresó 166 millones de euros de la liquidación del Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales, que se resuelve de forma trimestral, de los 968 millones estimados para 2021, lo que supuso un 17%. Ambas tasas han estado sometidas, al igual que el resto de sectores, a la irregular evolución de la economía durante la pandemia, que ha alterado todas las previsiones de recaudación. No obstante, el director general de la Agencia Tributaria (AEAT), Jesús Gascón, admitió cuando se presentaron los balances que se habían cometido “errores” en el cálculo, ya que en el caso de la tasa ‘Tobin’, las estimaciones “fueron excesivas”. La tasa ‘Google’ podría acabar siendo retirada una vez se implemente en 2023 el acuerdo alcanzado en el seno de la OCDE, y por el cual se crea un nuevo impuesto de sociedades global de mínimo el 15%. Este acuerdo, al contrario que las tasas europeas a las tecnológicas, sí cuenta con el respaldo de Estados Unidos.