- La patronal gasista Sedigas puso ayer en valor la importancia de que el Estado español aproveche su “potencial” y apueste por los gases renovables -en especial, por el biometano- al ser una fórmula prácticamente inmediata para asegurar los objetivos de descarbonización e independencia energética. Su despliegue complementaría a las futuras interconexiones energéticas con Europa, las cuales deben verse “como algo estratégico” en la hoja de ruta de la región, pero “pensando en el medio y largo plazo”, según explicó el presidente de Sedigas, Joan Batalla, en el marco de la reunión anual de la asociación.

“Toda interconexión requiere de un periodo de ejecución, que no es de meses, es de dos o tres años, a la hora de garantizar el reforzamiento del mercado interior de gas”, aseguró Batalla, que cree que “lo importante es que estén preparadas para la canalización de gases renovables”. El presidente de Sedigas destacó los beneficios de fomentar el uso de estos gases para alcanzar las metas de la estrategia europea, y es que, a diferencia de las interconexiones con el Viejo Continente, aún por idearse, aprobarse y construirse, ellos ya disponen de una infraestructura disponible.

De hecho, “un tercio de la demanda de gas podría ser descarbonizada mañana con el biometano sin intervención en las infraestructuras o en la caldera de nuestros domicilios” al ser compatible, aclaró. Para Sedigas, España se encuentra ante “una oportunidad” de generar prosperidad económica al contar con los requisitos necesarios para convertirse en el centro de operaciones o hub de Europa en materia de gases renovables.

El presidente de Sedigas comenzó su discurso de inauguración con una alusión al actual “contexto de gran volatilidad, que está impactando al conjunto de economías y pone en riesgo la recuperación económica tras la crisis sanitaria” del coronavirus. Minutos antes, en rueda de prensa, Batalla reconocía que, si bien este escenario se ha visto “agravado” por la invasión rusa de Ucrania, la “incertidumbre y volatilidad” en los mercados energéticos viene de lejos, y ya el pasado año se dejaron sentir “los primeros síntomas”.

A tenor de las previsiones, el precio del gas rondará en lo que queda de año los “70-71 euros el megavatio hora (MWh)”, unos niveles que, aunque más estables, seguirán estando “por encima de los niveles de 2020 o inicios de 2021”, cuando marcaba 24 euros/MWh.

Para hacer frente a ello “es oportuno” tanto acciones coyunturales como estructurales, “no sólo para garantizar la seguridad de suministro, sino también para reducir la volatilidad de los precios”, señaló Batalla, partidario de fomentar la contratación a largo plazo de gas natural. Respecto al tope al gas destinado a la generación eléctrica en España y Portugal, aún pendiente de la decisión definitiva de la Comisión Europea, el presidente de la asociación quiso ser “prudente”. Aún así, manifestó “la necesidad de que cualquier mecanismo reconozca los costes reales de generación eléctrica de gas natural”.

“No se trata de un subsidio ni una ayuda, sino de compensar los costes reales cuando en España no tenemos recursos propios de gas natural y tenemos que importarlo”, subrayó Batalla, que ha lamentado que no se hayan copiado a Europa con rebajas fiscales “oportunas”.

Los datos que maneja Sedigas muestran que la demanda total de gas en España alcanzó los 378 teravatios hora (TWh) en 2021, un 5% más que el ejercicio anterior, cuando los registros estuvieron marcados por el parón consecuencia de la pandemia. Comparándolo con un periodo más amplio, la cifra es un 9,2 % superior a la media de los últimos diez años y la segunda más alta de 2011, entre otros motivos, por el aumento de la actividad económica y las temperaturas más frías.

Si se tienen en cuenta el origen de las importaciones, el 42,7% procedió de Argelia, mientras que el 14,4% de EEUU, el 11,4% de Nigeria y el 8,7% de Rusia, un porcentaje “muy por debajo de otras economías con dependencia o monodependencia del gas ruso”, puntualizó Batalla. A preguntas de los periodistas, el presidente de Sedigas se refirió a Argelia como un “socio energético fiable”, lo cual “no quita” para que, de conformidad con la voluntad de diversificar las importaciones, EEUU haya incrementado las exportaciones al continente europeo y, en especial, a España.