“La concatenación de tres crisis globales ha puesto a prueba, de nuevo, la capacidad de resistencia y superación de la sociedad vasca (...) Hoy, a pesar de las tormentas que estamos sufriendo, Euskadi sigue en marcha. Hemos recuperado el equilibrio presupuestario, nuestra economía afianza su crecimiento y el empleo se acerca al máximo histórico que logramos antes de la crisis financiera de 2008. Es una visión en positivo, no exenta de preocupación y responsabilidad”. El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha intervenido este mediodía en la clausura de la asamblea general de ASLE (Agrupación de Sociedades Laborales de Euskadi), reiterando el mensaje que ya lanzó en el pasado miércoles en la asamblea de Cebek.
Incertidumbre, ante un escenario económico azotado por los precios de la energía, la inflación o la crisis de suministros, ha sido una de las palabras más repetidas durante las intervenciones en la asamblea de ASLE. El lehendakari ha insistido en un mensaje “de confianza, compromiso y corresponsabilidad”, recordando que en respuesta a la crisis desatada por la pandemia “las instituciones vascas hemos inyectado más de 5.000 millones de recursos extraordinarios, armonizando cohesión social y desarrollo económico”.
“La respuesta se mantiene, también la incertidumbre global”, ha sostenido Urkullu, para a continuación poner en valor el modelo empresarial que representa ASLE: “Habéis puesto a la persona en el centro de vuestra actividad y esta es la mejor palanca de competitividad con la que contamos”.
Acceso a la capitalización por desempleo
El presidente de ASLE, Kepa Olivares, también ha abundado en el “momento delicado” actual. “De 2021 arrastrábamos problemas relevantes para el tejido empresarial, como el incremento de costes de energía, de las materias primas, una inflación descontrolada difícilmente repercutible a salarios y precios, así como unos niveles de absentismo muy preocupantes”, ha descrito Olivares, una situación agravada con el estallido de la guerra en Ucrania, “poniendo en jaque la viabilidad de algunas de nuestras empresas, especialmente las electrointensivas”.
Pero, más allá de la preocupación por ese contexto de crisis, las sociedades laborales de Euskadi lograron recuperar en 2021 los niveles de facturación previos a la pandemia y, de cara a este ejercicio, una de las prioridades de ASLE será la de superar el “hándicap” que ha supuesto para la sociedades laborales la reforma laboral, al limitar el acceso a la capitalización por desempleo a las personas que se incorporan a un proyecto en marcha.
ASLE, que cumple 40 años, avanzó también que celebrará en octubre su cuarto congreso bajo el lema La respuesta de la sociedad laboral ante un mundo en transformación.