El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha cuantificado esta mañana los recursos extraordinarios de los que dispone Euskadi para dar respuesta a las "perspectivas inciertas" de la economía, marcada por la escalada de precios de la energía y los efectos de la guerra de Ucrania.

La gestión del presupuesto generó el año pasado un remanente de 605 millones de euros, que se añaden a los de ejerciciones anteriores. De modo que la CAV tiene un colchón de 1.867 millones que permiten afrontar con garantía un periodo marcado por un "complejo contexto económico".

Azpiazu ha destacado que el Gobierno tiene unas cuentas "saneadas y sólidas" para atender las necesidades de las familias y las empresas.

El consejero ha comparecido esta mañana junto al viceconsejero de Finanzas y Presupuestos, Hernando Lacalle, y al director de la Oficina de Control Económico, Javier Losa, para dar cuenta de la ejecución provisión del presupuesto del Gobierno vasco de 2021, que asciende al 97,8%.

El del año pasado fue un ejercicio "atípico" en cuanto a los ingresos y gastos. Por ello se ha considerado necesario realizar una presentación detallada de las cuestiones que han influido en estos resultados. El covid obligó a dedicar más recursos a Osakidetza y a ayudas directas a autónomos y empresas, entre otras cuestiones. Pero también llegaron ingresos extraordinarios procedentes del Estado y de Europa.

Protección social

Todo ello en un contexto marcado a su vez por el récord de recaudación de las haciendas forales del año pasado. De modo que los programas ligados a la protección social -Educación, Salud, Empleo y ayudas sociales- fueron "realizados prácticamente en su totalidad". El único ajuste presupuestario destacable fue el de lehendakaritza, que solo agotó un 77% de sus recursos porque desvió fondos a los capítulos prioritarios.

Del lado de los ingresos, el Gobierno vasco recibió 10.830 millones de euros de las diputaciones, 740 millones de los fondos de coronavirus del Estado, 344 del Mecanismo de Recuperación y Resilencia de la UE y además tuvo unos ingresos no financieros de 650 millones.

El ejercicio generó un remanente final de algo más de 600 millones, que sumados a los excedentes anteriores conforman un colchón de casi 1.900 millones de euros. Azpiazu ha destacado que disponer en estos momentos de esos recursos extra facilitará la gestión de las tensiones energéticas y el impacto de la invasión de Ucrania.