- Mañana se cumplen dos semanas del paro indefinido de transportistas en el Estado, una circunstancia que, unida a la alta inflación de los precios energéticos y a la falta de suministros, está obligando a detener la actividad en numerosas fábricas y plantas de producción, causando además problemas de desabastecimiento al consumo.
Gobierno y transportistas insistieron ayer en sus mensajes después de que la cita del viernes entre ambas partes no fructificase. Manuel Hernández, presidente de la Plataforma para la Defensa del Transporte en Carretera, la convocante del paro, pidió ayer a sus miembros “no tirar la toalla”, mientras que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, recalcó que la principal demanda de los transportistas -no trabajar a pérdidas por el alto coste de los combustibles- es una “idea” que ya está recogida en el acuerdo suscrito con el Comité Nacional del Transporte por Carretera.
Mientras tanto, ante las dificultades, distintas empresas han comenzado a aplicar nuevos ERTE o dar vacaciones a sus empleados a la espera de que la situación se normalice, pero otras han empezado a recurrir a los despidos.
Uno de los primeros en parar fue el sector lácteo, que el 17 de marzo suspendió su actividad por la interrupción en el suministro de leche y en el traslado del producto final, según la Federación Nacional de Industria Lácteas (Fenil). En Asturias, Capsa y Industrias Lácteas Asturianas han advertido de problemas de desabastecimiento y de dificultades operativas, mientras que Danone ha reducido la producción en dos de sus siete plantas en el Estado. Nestlé también ha anunciado que sus plantas están “seriamente afectadas”, especialmente las lácteas de la cornisa cantábrica.
El sector hortofrutícola también está afrontando muchos problemas para hacer llegar sus productos desde las huertas de invernaderos de Almería o Huelva. Otros grupos importantes, como Cuétara, Estrella Galicia y Heineken-Cruzcampo ya han advertido de que tendrán que cerrar temporalmente sus plantas de persistir el paro en el transporte.
Además, en el sector de la pesca, y pese a haberse cerrado un acuerdo específico con el Ministerio de Agricultura, flotas como la vasca, valenciana, cántabra, gaditana y parte de la gallega siguen amarradas esperando que se ponga fin al paro en el sector del transporte.
En el sector de la automoción, que ya acumulaba problemas como la falta de semiconductores, la planta de Ford en Valencia ha iniciado un ERTE de quince días vigente hasta el 30 de junio, que afectará a 6.000 trabajadores.
El Grupo Renault detendrá su actividad en las factorías de montaje de Palencia, Valladolid y Madrid, mientras que en Navarra, la factoría de Volkswagen paró el pasado lunes, al igual que la de Mercedes en Gasteiz hizo ese mismo día y volverá a hacer mañana. La fábrica de Michelin en la capital alavesa también decidió suspender esta semana varios turnos de trabajo para ayer y hoy por la falta de piezas.
En Cantabria tienen suspendida su actividad las factorías de Global Steel Wire, Reinosa Forgings & Castings y Saint Gobain. En Asturias, ArcelorMittal mantiene paradas desde el 24 de marzo parte de sus instalaciones. En Euskadi, el paro del transporte ha obligado a parar el grueso de la actividad de las plantas que CAF tiene en Irun y Beasain, así como la acería de ArcelorMittal en Bergara. En Valencia, las empresas de la patronal azulejera Ascer mantienen a cerca de 3.500 trabajadores en ERTE.
“No trabajar por debajo de los costes es algo a lo que el Gobierno ya se ha comprometido”
MIinistra de Transición Ecológica