- El sector de la automoción vasco afronta uno de sus mayores retos después de la decisión de la Comisión Europea de acelerar el funeral de los coches de gasolina, diésel e incluso de los híbridos. 2035 es la frontera y también el horizonte para la materialización de un cambio en el que las empresas vascas llevan varios años inmersas. A partir de esa fecha estará prohibido comprar un coche nuevo con esas motorizaciones y, por consiguiente, tampoco se permitirá fabricar vehículos de esas características.

Quedan menos de 15 años para entrar en ese escenario de emisiones cero, que se consolidará a medida que se retiren de las carretera los coches propulsados por combustibles convencionales. Una auténtica revolución ambiental, industrial e incluso estética, ya que las gasolineras también están condenadas a desaparecer. Y los fabricantes de componentes de automóvil, las marcas de coches -en Euskal Herria Mercedes Benz en Gasteiz y Volkswagen en Iruñea-, la industria auxiliar y por supuesto Petronor y redes de gasolinera de Euskadi como Avia o Easyjet tendrán que adaptarse al nuevo ciclo verde. Las cifras del sector del coche reflejan todo lo que está en juego. La automoción es el líder de las exportaciones de la Comunidad Autónoma Vasca con una media de casi 4.000 millones de euros en la última década, casi una quinta parte del total del comercio exterior vasco. El buen arranque de este año tras el parón de 2020 por el covid y pese a la persistencia de restricciones de movilidad y los problemas de suministro de chips apuntan a una recuperación gradual de los ritmos habituales más pronto que tarde.

La industria vasca del coche, aglutinada en el cluster Acicae, facturó 20.375 millones de euros en 2019, un 5,5% más que en el ejercicio anterior. Esta cifra, la del último ejercicio que se ha hecho público, no contempla el peso específico de Mercedes-Benz Vitoria. El sector está fuertemente internacionalizado y supera los 120.000 trabajadores en todo el mundo. De ellos, 40.488 tienen su empleo en el País Vasco, siempre según datos de 2019. Un dato que previsiblemente se redujo el año pasado por la pandemia. A ese capital laboral hay que sumar los más de 3.000 empleados de Mercedes, que es la mayor fábrica de Euskadi.

¿Puede el anuncio de Bruselas gripar el motor de un sector tan estratégico para Euskadi? El trabajo previo de los últimos años borra cualquier sombra de duda al respecto. De hecho, pese a que la Comisión Europea ha sorprendido a la mayoría de los ciudadanos con su decisión, no ha escogido al azar el año 2035. Prácticamente todas las marcas ya habían anunciado que aparcarían definitivamente los motores de combustión antes.

Stellantis -Opel, Peugeot y Fiat- tiene previsto dejar de vender coches contaminantes en Europa en 2030. Audi diseñará a partir de 2026 vehículos 100% eléctricos y reducirá gradualmente la fabricación de los modelos antiguos de carburantes hasta abandonar ese nicho en 2033. Opel será la punta de lanza y dejará la gasolina y el diésel en 2028.

Renault se plantea alcanzar en 2025 un esquema en el que el coche eléctrico cope el 65% de sus ventas y elevar ese porcentaje hasta el 90% en 2030 en Europa. Volvo se ha marcado ese mismo año el objetivo de tener una flota exclusivamente cero emisiones. Y Volkswagen lanzará un eléctrico cada año a partir de ahora para que en 2030 esa motorización concentre el 70% de sus ventas en Europa.

Mercedes anunció el pasado lunes, tres días antes de que Bruselas pusiera fecha de caducidad a los coches de combustión interna, su deseo de acelerar su plan de descarbonización y pasarse a las energías limpias en 2030. Su última gran inversión en Gasteiz, 80 millones de euros en 2019, reservó 31 millones para poner en marcha la producción de un monovolumen eléctrico y ya han salido tres modelos diferentes de la planta alavesa.

La apuesta por las nuevas tecnologías de propulsión del coche también está asumida desde hace tiempo por los fabricantes de componentes. Gestamp participa por ejemplo en el megaplanta de baterías de Seat (Volkswagen), en la que también está involucrada Iberdrola, y que cuando esté en marcha podrá suministrar celdas de almacenamiento a más de 800.000 vehículos. Otra compañía vizcaina, CIE Automotive, ha batido este año sus beneficios en un primer trimestre gracias a los contratos ligados al coche eléctrico. Son la parte más visible del ecosistema vasco del coche, que cuenta con palancas de I+D como el Automotive Intelligence Center de Boroa.

4.302

Los fabricantes vascos de componentes de automoción y de coches exportaron el año pasado bienes por valor de más de 4.300 millones de euros. El dato acumulado hasta este mayo es de 750,8 millones.

20.375

Las empresas del cluster vasco de automoción -sin Mercedes Benz- facturaron en 2019 casi 20.400 millones de euros, un 5,5%. El balance del año pasado no se ha hecho público todavía, pero las ventas se resintieron por la pandemia.

43.500

El sector da empleo en Euskadi a más de de 43.500 personas y Mercedes Benz Gasteiz, con más de 3.000 empleados, es la fábrica más grande.