a sala Fundación Vital de Vitoria-Gasteiz acogió el pasado 20 de abril el Encuentro DNA sobre Responsabilidad Social Corporativa, una cita en la que cuatro directivos de otras tantas empresas radicadas en Álava contaron cómo han incorporado las prácticas éticas, sostenibles y comprometidas con la sociedad en su día a día. En un debate conducido por el periodista Andrés Goñi, Naiara López de Uralde, de Udapa; Hugo Ureta, de Michelin; Iraitz Pérez de Goldarazena, de Oreka IT; y María Elisa Arroyo, de Kutxabank, entraron en el detalle de un concepto, la RSC, que a día de hoy es incluso una obligación legal para las empresas españolas. Se trata, ni más ni menos, de cumplir con los objetivos de cada empresa teniendo en cuenta a sus clientes, a sus plantillas, a sus proveedores, al medio ambiente y a la sociedad. Grandes multinacionales, punteros proyectos locales, cooperativas locales o entidades financieras parten de muy distintas circunstancias, pero en todos los casos se destacó la necesidad de no perder la perspectiva de que todos forman parte de la sociedad alavesa y que deben ser por tanto un agente de cambio y progreso.

La implicación de una plantilla en la RSC es más difícil cuanto más grande es la empresa

Un grupo de personas liberadas de sus tareas de forma parcial trabaja en el equipo de RSC de Oreka IT

La normativa exige a las empresas una transparencia que va más allá de los resultados económicos

Así como el cliente reclama una acción responsable a las empresas, estas hacen los propio con sus proveedores

En Michelin la aplicación concreta de RSC se refleja en el estudio para elaborar caucho a partir de la biomasa

Toda la voluntad y las declaraciones de intenciones se quedan en papel mojado si la RSC no se aplica día a día

Udapa ha logrado aumentar en un 15% la superficie de patata sembrada en Álava, con 375 hectáreas

Los criterios de financiación irán adaptándose cada vez más en Kutxabank a las reglas que establece la RSC