La apuesta por la sostenibilidad y la economía circular alcanza elevadas cotas de innovación como lo demuestra la firma guipuzcoana Ekolber, cuya propuesta es sustituir el plástico de un solo uso por un material biodegradable fabricado con el colágeno que se encuentra en el interior de la piel de la vaca y que los ganaderos desechan.
Este bioplástico, además, tiene muchas más propiedades y, por lo tanto, sus aplicaciones se extienden a múltiples sectores económicos, tal y como explican el gerente y el director de la empresa con sede en Bergara, Fernando Alonso y Jesús Olloquiegui respectivamente. De una producción limpia se obtiene un producto que es ignífugo, hidrosoluble, espumable y termosellable.
Si bien el colágeno de la piel de vaca es su origen natural principal, Jesús Olloquiegui incide en que este material es susceptible de poder incorporar otros residuos como posos de café, plumas, lana o compost y que, al permitir su transformación mediante variadas técnicas como la inyección, la extrusión, el termoconformado o la compresión, los clientes pueden emplear sus propias máquinas para modelarlo.
Otra de sus características es que resulta apto para el consumo humano, aunque Ekolber de momento no se plantea la aplicación de este bioplástico para, por ejemplo, elaborar gominolas. Su trabajo se centra de momento en diseñar soluciones para el ámbito agrícola, el packaging y el sector sanitario, para los que ya prepara una oferta que permitirá eliminar el actual plástico con un precio no mucho más elevado y fomentar así una economía sostenible.
El bioplástico también tiene interés en el ámbito sanitario, que se demuestra en el apósito de colágeno para heridas crónica con rápida absorción, plantea Fernando Alonso, quien incide en su capacidad cicatrizante. "Esta solución permite mejorar las propiedades curativas de los apósitos debido a la absorción completa de la matriz", explica.
La empresa, creada en 2015, se encuentra en la actualidad en proceso de industrialización, según señala Jesús Olloquiegui, quien añade que "estamos en una fase de diseño de una línea de producción económica y robusta" con la adquisición de nueva maquinaria que les permita lanzar sus primeros productos al mercado este mismo año.
Esta oferta inicial integra un acolchado para proteger los cultivos de invernadero y un nuevo material para fin alimentario. Fernando Alonso apunta que la pandemia de covid no ha afectado a su labor investigadora, pero sí a la puesta a punto de unas instalaciones consolidadas ante las dificultades para comprar la maquinaria. No obstante, considera que estos retrasos son solventables y no condicionarán su planteamiento.
Desde su planta de Bergara, con maquinaria propia y un laboratorio, Ekolber cuenta con una plantilla de siete personas, de las que seis son socias, que tienen una fuerte actividad investigadora. "El 80% de nuestra facturación se invierte en I+D+i", afirma Alonso y subraya que la empresa cuenta entre sus colaboradores con centros tecnológicos vascos como Tekniker, Tecnalia, Neiker, Biodonostia y Biomat, entre otros agentes.
En sus inicios, el fondo de inversión en startup de menos de tres años dependiente del Gobierno Vasco Basque Fondo les facilitó ayuda económica para impulsar su actividad innovadora, pero en 2019 se produjo un hecho relevante como fue la entrada de la multinacional navarra Viscofan como socio de la empresa.
"Su entrada como socio inversor y estratégico nos está permitiendo innovar y mejorar en tecnología y canales de venta, además del desarrollo de nuevos proyectos de I+D", asegura Fernando Alonso. "Nos han empujado a homogeneizar el material y a mejorar procesos", indica el gerente de Ekolber.
La firma guipuzcoana colabora con Viscofan en la fabricación de envoltorios de bioplástico basado en colágeno que, pese a parecer de fabricación sencilla, "es técnicamente muy complejo".
Por su parte, Jesús Olloquiegui añade que "Viscofan ha conseguido desarrollar y producir a escala industrial soluciones de colágeno que se aplican en investigaciones biomédicas", lo que representa una importante aportación para Ekolber en su apuesta por el sector de la salud. La relación entre ambas firmas, según afirman ambos, proporciona "un flujo de conocimiento compartido entre ambas compañías muy fecundo".
La empresa de Bergara también aspira a introducirse en el mercado internacional, una vez consolide su proceso de comercialización. Por el momento ya ha iniciado proyectos de investigación y desarrollo en Norteamérica y en Francia. En el primero de los casos, comparte con una compañía norteamericana un proyecto de packaging, mientras que en el país galo participa en el proyecto Lanaland que analiza usos alternativos de la lana de oveja.
El nuevo material tiene muchas más posibilidades que Ekolber estudia, como las plantillas de calzado y la impresión 3D, además de otros usos futuros en anillas de latas, espuma aislante en la construcción o fabricación de papel y cartón.
"Confiamos en salir este año al mercado con un nuevo material para fin alimentario y acolchados"
Gerente de Ekolber
"El 80% de nuestra facturación se destina a actividades de investigación y desarrollo"
Director de Ekolber