- La profesora Almudena Eizaguirre (1965) ha cumplido los primeros cien días desde que fuera nombrada nueva directora general de Deusto Business School-Executive Education (DBS). Formada en La Comercial de la Universidad de Deusto, Eizaguirre apuesta por la innovación y el acercamiento al entorno empresarial e institucional.

¿Las mujeres siguen teniendo un techo de cristal en las empresas?

-Para mí está claro que sí. Al menos en la alta dirección. Y la responsabilidad es compartida porque una parte es herencia del contexto cultural histórico pero otra parte es responsabilidad de nosotras, de las mujeres. Es verdad que la situación está mejorando pero las mujeres nos tenemos que apoyar y, sobre todo, animar a dar el paso al frente. Debe ser un compromiso apoyar a la mujer que esté al frente de una compañía y juzgar su trabajo igual que lo haríamos con el de un hombre. Por todo, yo soy partidaria de establecer cuotas para mujeres. Aquí, en la DBS, lo tengo claro: no hacemos ningún coloquio o similar sin una presencia paritaria de mujeres. Y si cuesta más y hay que pensar más para encontrarlas, se piensa. Además, hay que afrontar una situación que me han contado no hace mucho y es el riesgo de que las mujeres se encuentren más que con un techo de cristal con un precipicio de cristal. Este se produce cuando una mujer accede a la dirección de una empresa cuando previamente ya han fracasado varios hombres y la situación es prácticamente irresoluble. Eso puede ser un caramelo envenenado.

¿Cuáles son los principales objetivos que tiene al frente de la DBS?

-Queremos dar un salto cualitativo en las actividades de Deusto Business School. En concreto, pretendemos avanzar en la alineación de programas y proyectos con tres líneas bien definidas: la excelencia en el aprendizaje a lo largo de toda la vida; el liderazgo humanista para la transformación de la sociedad; y la conexión y compromiso con el tejido empresarial, social e institucional.

Tras el traslado de los centros de decisión de buena parte de las grandes empresas vascas a Madrid, ¿la DBS tenía que tener sede allí?

-Sí porque tenemos muchos antiguos alumnos trabajando en la capital y, además, en Madrid están las sedes de muchas empresas y queremos estar cerca de ellas. En relación a esta sede, DBS se ha marcado un objetivo muy concreto y de potencial de futuro. Se trata del proyecto entre Deusto, ESADE e ICADE-Comillas, a partir del cual se ha creado la Fundación Jesuit Advanced Management School y que ya está trabajando en el diseño de programas máster universitarios que comenzarán a impartirse en los próximos cursos.

¿Cómo les está afectando la pandemia de coronavirus?

-En marzo pasado fue un shock. En cinco días pasamos de la formación presencial a la online sin perder clases pero el profesorado se tuvo que formar y adaptar. Al ser una institución de enseñanza no nos está afectando de manera tan drástica como a otros sectores pero es verdad que los formatos han cambiado, y nos tenemos que adecuar a ellos, porque muchos han venido para quedarse. Nada será igual. Ahora hay más tecnología disponible. De hecho en la plataforma de trabajo que tenemos en la Universidad hemos visto que su uso ha pasado de un 15% al 55%. Con los problemas de movilidad y demás hemos notado un descenso en las matrículas. En cuanto a los programas para las empresas, el auge de la digitalización ha hecho que nos volquemos en la transformación digital.

¿La digitalización y la irrupción de tecnologías disruptivas hace obligatoria la formación continua?

-Sin duda. Un profesional ahora se tiene que seguir formando y reciclando toda su vida. Ya no estamos en la época que podías estar 30 años en la misma empresa y haciendo casi lo mismo. En DBS estábamos muy centrados en los niveles iniciales de grado y postgrado. Y hemos detectado que si lo que queremos es transformar la sociedad tenemos que estar al lado de los directivos durante toda su vida profesional.

Las escuelas de negocios están dejando de lado la figura de la clase magistral y se busca un aprendizaje basado en la mayor participación de los alumnos. ¿Es así?

-Sí. El papel del profesor está cambiando. Ahora tiene que jugar el rol de ser un facilitador del aprendizaje de esos estudiantes. Es preciso cambiar el perfil del docente y dejar atrás la clase magistral, y de alguna manera ir más hacia el perfil del profesor facilitador del aprendizaje. De alguna manera, los protagonistas son los estudiantes y el profesor. Por ello, el profesorado tiene que ser, en cierto sentido, experto en dinámicas de grupos, metodologías participativas, en trabajar por proyectos etc. No hay que olvidar que en un aula de una escuela de negocios se reúne tanto conocimiento que el profesor debe ocuparse de aclarar y ordenar todo ese conocimiento para que unas personas aporten a las otras. El estudiante tiene que liderar el proceso de aprendizaje pero sin olvidar que sólo se aprende si uno se implica.

¿Es preferible contar con experiencia laboral antes de hacer un máster de postgrado?

-Sí. Antes se terminaba la licenciatura o el grado y a continuación se completaba la formación con un postgrado pero ahora consideramos que se aprovecha mejor el conocimiento si la persona que acude a una escuela de negocios ya conoce de primera mano la realidad empresarial.

¿Las escuelas de negocios de prestigio como DBS aportan más por las relaciones que facilitan que por la formación que imparten?

-La red de relaciones es muy importante. Los contactos de la formación presencial son determinantes muchas veces para poder tener tu oportunidad laboral. Y la realidad es que más del 52% de los trabajos son a través de esta red de contactos.

¿El líder nace o se hace?

-Creo que cualquier persona tiene unas capacidades propias intrínsecas. Por lo tanto pienso que lo que necesitamos es que los directivos y directivas tengan capacidad de introspección y que sean capaces de identificar en qué son buenos y en qué no. El secreto está en rodearse de un buen equipo. En DBS creemos en un estilo de liderazgo basado en el humanismo, que responde a temas como la ecología o la sostenibilidad, entre otros. Es importante buscar el equilibrio económico y social.

“Con la irrupción de las nuevas tecnologías un profesional tiene que formarse toda su vida”

“En al DBS queremos acercarnos más a las empresas y escuchar sus demandas”

“Las relaciones que aportan las escuelas de negocios son muy importantes para encontrar trabajo”