- Renault obtuvo en 2020 el peor resultado financiero de su historia con pérdidas de 8.008 millones de euros, más de la mitad de las cuales provocadas por su socio Nissan y otra parte significativa por la caída de su propia actividad, afectada de lleno por la crisis del coronavirus.
El grupo automovilístico francés, que ya en 2019 tuvo pérdidas de 141 millones, explicó este viernes en la presentación de sus resultados anuales que la mala situación empezó a remontar desde el segundo semestre con la estrategia del nuevo consejero delegado, Luca de Meo, centrada en la rentabilidad y no en aumentar el volumen de vehículos vendidos. No obstante, Renault tampoco salió en el segundo semestre de números rojos, con un resultado negativo de 660 millones.
A causa de sus propios problemas, en 2020 Nissan lastró la cuenta de resultados de su socio Renault con 4.970 millones.
Por lo que respecta a su propia actividad, el fabricante francés encajó también un resultado de explotación negativo de 1.999 millones de euros, frente a los 2.105 millones positivos que obtuvo en 2019. Es verdad que esa pérdida de explotación se concentró íntegramente en la primera mitad de 2020 y que en el segundo semestre consiguió obtener unos raquíticos 8 millones de euros. El margen operativo fue negativo de 337 millones de euros, un 0,8 % de su cifra de negocios.
La primera causa de ese revés operativo fue el bajón del 21,3 % de las matriculaciones de vehículos (-6,8 % en el segundo semestre), que se quedaron en 2,95 millones de unidades. Eso se tradujo en un descenso del 21,7 % de la facturación, hasta 43.474 millones de euros.
La compañía destacó que el plan de ahorro de 2.000 millones de euros de costes fijos presentado en mayo va más avanzado de lo inicialmente previsto. En 2020 ya se cumplió en un 60 %, el doble de lo esperado. Con esa dinámica, Renault confía ahora en llegar a 2.500 millones para 2023.
Renault no repartirá dividendos este año y, como muestra de la incertidumbre, tampoco se ha fijado objetivos para 2021. En sus perspectivas se limita a confirmar los que ya se había marcado para el horizonte de 2023 y, en primer lugar, un margen operativo superior al 3 % de aquí a entonces.