- La empresa Patentes Talgo, ubicada en Arasur, ha solicitado licencia de actividad clasificada para ampliar la nave de granallado y pintura de coches en las instalaciones de Ribabellosa.

El granallado es una técnica de tratamiento de limpieza superficial por impacto, generalmente arena, a través de la cual se logra un acabado y una correcta terminación superficial en todo tipo de estructuras metálicas o spools y materia prima como perfiles, planchas y tubos. Es parte del tratamiento que reciben las unidades de Talgo y que se refleja en la brillante imagen que mantienen permanentemente.

Según los datos que obran en el Ayuntamiento de Ribera Baja, la solicitud se realizó por parte de la empresa ante el incremento de trabajo que está teniendo la factoría de Arasur y que les lleva a duplicar el tren de pintado para poder cubrir todos sus compromisos.

En Ribabellosa se fabrican habitualmente los vagones de Talgo y, en ocasiones, los motores y máquinas. Precisamente en estos momentos se está dilucidando si el nuevo Talgo alimentado con hidrógeno se fabricará en esta planta, tras confirmarse que ese es el nuevo proyecto con fecha de comienzo este año 2021.

La empresa ha apostado por el hidrógeno, una alternativa verde, innovadora y eficiente para sustituir las locomotoras de diésel, que prevén tener desarrollado en 2023. El tren llevará el nombre Talgo Vittal-One, siendo One la referencia al lugar que ocupa el hidrógeno en la tabla periódica, el número uno. El anuncio se hizo oficial en el mes de noviembre pasado, durante el acto Hidrógeno renovable: una oportunidad para España, organizado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Este sistema se está desarrollando para permitir su instalación en todo tipo de trenes, así como en reconversiones de diésel a hidrógeno, pero se ha diseñado específicamente para la plataforma Vittal de Cercanías y Media Distancia, con la que Talgo concurre a diversos procesos de licitación en España y otros países.

Este sistema utiliza pilas de hidrógeno que aportan la energía a los motores eléctricos del tren. Se alimenta de fuentes de energía renovable, como la solar fotovoltaica o la eólica, que producen hidrógeno que se almacena y, posteriormente, se utiliza para alimentar los sistemas de propulsión avanzados basados en pilas de combustible, como el diseñado por Talgo. El sistema se complementa con baterías que incrementan la aceleración disponible en los arranques, aprovechando las frenadas del tren para recargarse.

A diferencia de los sistemas de baterías, la tecnología de hidrógeno se presenta como la respuesta lógica a las necesidades de transporte pesado y, en particular, de aquellas líneas ferroviarias que no cuentan con sistemas de electrificación mediante catenaria, y que, a día de hoy, dependen de trenes propulsados por motores diésel. El sistema de hidrógeno diseñado por Talgo permite así electrificar las líneas de la red convencional sin necesidad de costosas y prolongadas obras de adaptación, prescindiendo de combustibles fósiles.