- El Ministerio de Trabajo descartó ayer congelar en 2021 el salario mínimo interprofesional (SMI), actualmente en 950 euros brutos divididos en 14 pagas, y emplazó a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) a reconsiderar su postura en aras de intentar sacar con acuerdo un incremento salarial cuya cifra todavía no han avanzado.
“Para el Gobierno la congelación del SMI no es una variable”, zanjó el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, tras la primera reunión mantenida con patronal y sindicatos que superó la mera consulta a la que le obliga el Estatuto de los Trabajadores para convertirse en una negociación. Volverán a verse el próximo lunes, y Pérez Rey espera que la patronal llegue con una postura “más flexible” tras haber insistido en que la coyuntura no aconseja un incremento del SMI e incluso planteado una bajada.
Según Pérez Rey, la patronal llegó al encuentro sin margen para negociar y, por ello, le han pedido un esfuerzo para “reconsiderar su postura” y poder sacar este tema con acuerdo. “Harían bien en revisar sus posiciones y no me cabe duda de que lo harán”, insistió Pérez Rey.
Desde los sindicatos, que esperan que el lunes el Ministerio de Trabajo concrete la subida, abogaron por elevar el SMI y han situado sus mínimos.
El secretario de Política Sindical de UGT, Gonzalo Pino, planteó al Gobierno una subida del 5% del SMI, hasta los 1.000 euros, al tiempo que dejó claro que rechazará su congelación o, incluso, una subida “que vaya caminando hacia el 0,9%”.
Aunque “hay margen para buscar un encuentro y un compromiso en la negociación”, UGT recuerda al Gobierno su compromiso de cumplir antes de que termine la legislatura con la recomendación de la Carta Social Europea, de situar el SMI en el 60% del salario medio.
El portavoz de UGT aseguró que la CEOE acudió a la reunión para decir que “ahora no es el tiempo, ahora no podemos, ahora no es posible”, un comportamiento que calificó de “contradictorio”.
“¿Dónde esta el problema para subir el SMI?”, se preguntó Pino para recordar que el IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), suscrito por patronal y sindicatos, establecía a finales de 2020 un salario mínimo para los contratos bajo convenio colectivo de 1.000 euros.
Desde CCOO señalaron a la subida media en convenios y al alza de las pensiones mínimas, ambas en el 1,8%, como “referencias” para el incremento.
“Por debajo no puede aumentar el SMI”, subrayó el secretario de Juventud y Nuevas Realidades de Trabajo de CCOO, Carlos Gutiérrez.
También insistió en la necesidad de cumplir con el compromiso del Gobierno de que el SMI alcance el 60% del salario medio al final de la legislatura y en el papel que juega para luchar contra la pobreza. “España no puede competir con bajos salarios (...) hay que afrontar un camino diferente”, reclamó Gutiérrez.
Desde el Gobierno, ha reiterado en varias ocasiones Pérez Rey, no subir el SMI está “absolutamente descartado” y sería “un craso error”.
Asimismo, Pérez Rey defendió el papel que juega un alza del SMI, que afecta a unos 1,8 millones de trabajadores de forma directa, en la lucha contra la pobreza salarial y la desigualdad y recordó que solo en dos ocasiones en 42 años de democracia se ha congelado, en 2012 y 2014 con el Gobierno de Mariano Rajoy.
Siguen las discrepancias en la coalición. Nueva batalla en Gobierno de coalición con consecuencias para la economía española. Ya el viernes en la Comisión Delegada de Asunto Económicos, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la vicepresidenta y titular de Economía, Nadia Calviño, mantuvieron un enfrentamiento respecto a la subida del SMI. Díaz abogó por una subida del mismo y Calviño intentó frenarlo a toda costa. De hecho, Joaquín Pérez Rey, número dos de Trabajo admitió ayer que dentro del Ejecutivo hay distintas opiniones, también haciendo referencia a la ministra de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero. No obstante, Pérez Rey explicó que los debates dentro de un Gobierno, “y más de coalición”, son “habituales” y entra “dentro de la normalidad que haya distintas opiniones al respecto”.
PSOE. El secretario general del grupo socialista, Rafael Simancas, aseguró que el PSOE siempre ha sido partidario de incrementos del SMI e “impulsó su mayor subida de la historia”, pero consideró que para el próximo año se debe acordar con los agentes sociales.
Unidas Podemos. El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, defendió una nueva subida del salario mínimo. Y añadió que, “con los datos en la mano”, queda demostrado que la subida del SMI no solo mejora los derechos de los trabajadores sino también la propia economía, porque se recauda más.
PP. La portavoz del PP en el veló si su partido apoya una nueva subida del SMI y se limitó a señalar que ese debate debe darse en el marco del diálogo social. Sin embargo, sí abogó por una bajada fiscal “inmediata” para facilitar que pymes y autonómos mantengan los puestos de trabajo.
Ciudadanos. El portavoz de Ciudadanos Edmundo Bal pidió al Gobierno que no tome una decisión “de forma unilateral”, sino mediante consenso con los agentes sociales, sobre todo porque con la situación actual “no nos podemos permitir ningún error”, advirtió.
Vox. El portavoz de Voix, Iván Espinosa de los Monteros señaló que el trabajador debe ganar lo máximo posible, pero hay que compatibilizarlo con la capacidad de los empleadores de sostener los sueldos. Por eso no ve “muy buena idea” pedir a quienes crean empleo que se eleve el coste salarial.
Más País. Íñigo Errejón, de Más País, abogó por la subida del SMI, que “ayuda a la economía e incrementa la capacidad de compra de los que menos tienen”, aseguró Errejón, para quien dicha subida reactiva además la economía porque repercute por ejemplo en el consumo.
Compromís. Por su parte, Joan Baldoví, portavoz de Compromís, insistió en que se debe conseguir que “los peor pagados tengan un nivel mínimo” salarial y lograr que el SMI sea “un salario digno”.