La segunda ola de contagios en los países de la eurozona y las nuevas medidas para frenar la propagación del virus suponen un "considerable riesgo" para sus economías y obligará a adoptar nuevos estímulos para impulsar la recuperación, según ha advertido este lunes el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un informe sobre la zona euro.
En su informe 'Artículo IV' sobre la eurozona, el FMI señala que las restricciones impuestas en otoño para combatir las nuevas infecciones del virus "han dañado la confianza y reducido la movilidad, por lo que la actividad en el último trimestre del año será "más débil de lo esperado" y 2021 empezará con menor dinamismo económico.
Por ello, el organismo que dirige Kristalina Georgieva subraya en su documento que las políticas fiscales nacionales, que hasta ahora han sido "una defensa vital contra la pandemia", probablemente necesitarán "dar un amplio apoyo durante un tiempo más largo del previsto inicialmente".
Así, advierte de que retirar el apoyo ya aprobado "demasiado pronto" corre el riesgo de "hacer descarrilar la recuperación", al tiempo que añade que los nuevos estímulos "deberían dar prioridad a los hogares más afectados por la crisis y las empresas que tengan más posibilidades de ser viables tras la pandemia".
"A medida que se levantan las medidas de contención, habrá también necesidad de un mayor apoyo a la demanda agregada, en especial la inversión pública para facilitar las transformaciones digital y verde. Y a medida que la recuperación gana tracción, el foco debe cambiar gradualmente a facilitar la relocalización de capital y trabajo, impulsar el crecimiento inclusivo y reducir las deficiencias fiscales" , añade el FMI.
Pero además, el documento del organismo internacional enfatiza después que "un estímulo incluso mayor puede ser necesario" si las perspectivas económicas empeoran. En este contexto, los países con altos niveles de deuda pública, como España o Italia, pueden enfrentarse a "reacciones adversas" de los mercados.
Los préstamos del fondo de recuperación y las líneas precautorias del fondo europeo de rescates (MEDE), enfatiza el texto, pueden "ayudar a mitigar estas presiones". El FMI abre la puerta también sea necesario "expandir" las "defensas" en un escenario más pesimista.
De hecho, el informe del FMI señala que la suspensión de las reglas presupuestarias europeas --que obligan a los socios del euro a limitar la deuda y el déficit público-- debe ampliarse "hasta que la recuperación sea firme". Este tiempo debe aprovecharse, a juicio del organismo internacional, para "reformar" el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de forma que sea más simple y "fácil de comunicar".
Plan de recuperación
En una rueda de prensa tras trasladar por videoconferencia las conclusiones del informe a los ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo), Georgieva ha dicho que el FMI tiene "confianza" en que las vacunas demuestren su efectividad y mejore con ellas la situación económica. "Pero no podemos permitirnos el lujo de asumir que funcionarán perfectamente", ha advertido.
La búlgara ha remarcado la necesidad de que se superen los "obstáculos" que impiden todavía la puesta en marcha del fondo de recuperación, que según el documento "podría dar un impulso significativo al crecimiento de la eurozona si es implementado de manera efectiva".
"Los escollos para finalizar el paquete y desembolsar los fondos tienen que ser superados puesto que más retrasos dañarían las perspectivas de recuperación de la zona euro", avisa también el informe, en el que el FMI destaca que el éxito del plan anticrisis dependerá "de la escala, la calidad y la eficiencia" de las inversiones y reformas diseñadas a nivel nacional para absorber las ayudas.
En esta misma línea, Georgieva ha defendido que el fondo europeo de recuperación puede ser "realmente transformador" si el dinero se utiliza para financiar inversiones de "alta calidad" en las transiciones verde y digital, si sirve para aumentar las "capacidades de investigación" y si no se utiliza para sustituir gasto doméstico ya previsto.
La directora gerente del FMI ha ido incluso más allá y ha aventurado que el plan anticrisis, concebido inicialmente como un instrumento temporal, puede convertirse en una "capacidad fiscal a nivel colectivo" si "en esta ocasión se hace un buen trabajo".