- Reforzar los ingresos de los trabajadores en ERTE, casi 200.000 en la CAV, es una de las prioridades que han trasladado los sindicatos CCOO y UGT a la patronal y al Ejecutivo vasco. Se trata de una medida que ayudaría a mantener el nivel de vida de una parte importante de las personas afectadas por la crisis sanitaria, con repercusiones positivas sobre el consumo y el nivel de recaudación fiscal. Ambos sindicatos plantean un complemento general, a cargo de Lanbide, para hacer que todos los trabajadores en ERTE alcancen un umbral mínimo de ingresos. Una fórmula que no suena mal en Lakua pero que el Gobierno deja en manos de los agentes sociales. Deben ser Confebask y los sindicatos los que lleguen a un acuerdo para que, si eso se produce, la administración proceda a estudiar la propuesta y buscar viabilidad presupuestaria.
En las últimas tres semanas se han acelerado los contactos en esa dirección, señalan a DNA fuentes sindicales implicadas en las negociaciones, con el objetivo de que se puedan poner en marcha una serie de medidas de corte social cuanto antes. El tiempo pasa y, dos meses después de ese primer estallido de expedientes de suspensión provocado por el coronavirus, es hora de tomar decisiones ya, apremian estas fuentes.
Empresarios y sindicatos negocian estos días divididos en grupos de trabajo, de forma que el complemento para los ERTE iría dentro del paquete de incentivos para hacer frente a la crisis a corto plazo, incluyendo aquí también nuevas medidas de apoyo para quienes han perdido su empleo a causa de la pandemia, reforzando el acceso bien al seguro del paro o, en su caso, a la RGI.
Aunque su situación es menos grave que la de quienes están en el paro, los miles de trabajadores incluidos en un ERTE viven unos meses de incertidumbre. Por un lado sus ingresos se han visto mermados en mayor o menor medida (aunque la situación tiende a normalizarse aun quedan afectados que no han cobrado del Sepe) y, por otro, es una incógnita qué garantías laborales se establecerán una vez decaigan las ayudas fijadas para este periodo transitorio, que en principio concluye el 30 de junio.
La intención de CCOO y UGT de Euskadi es dar un empujón a los ingresos de este colectivo, pero no es fácil dar con una fórmula que tenga alcance general y, a la vez, cuente con el visto bueno del Gobierno Vasco. Y es que son muchas las propuestas que maneja Lakua para hacer frente a la crisis, y todo ello con un margen presupuestario muy acotado por la caída de los ingresos fiscales.
El planteamiento sindical iría enfocado a la aprobación de un complemento salarial para aquellos trabajadores en ERTE que no alcancen un umbral mínimo de ingresos, 22.000 euros anuales según ha trasladado el líder de UGT-Euskadi, Raúl Arza. La cuantía del mismo estaría por decidir, aunque no parece por tanto que vaya a ser una medida que dependa de si la empresa complementa o no la prestación de desempleo que se cobra en el ERTE, sino más bien de los ingresos totales.
Y es que puede ocurrir que un trabajador con un ERTE complementado al 80% de su sueldo por parte de su empresa alcance unos ingresos totales inferiores a otro que no ha pactado ningún plus. El amplio abanico de posibilidades abierto por el Gobierno español a la hora de suspender el contrato o reducir la jornada obliga a hilar fino al fijar una solución. Otros territorios ya han tomado medidas en esa línea, caso de Castilla y León, que ha puesto en marcha una ayuda de 210 euros al mes para quienes tengan un ERTE total o, si no es así, de 7 euros por jornada de suspensión.
Además, Confebask, CCOO y UGT y Gobierno Vasco trabajan en otros puntos más a medio plazo enfocados a un escenario ya de vuelta a la normalidad económica. Serían medidas de apoyo a los sectores más castigados por la crisis y, por otro lado, dirigidas a reforzar servicios como la dependencia o las residencias. Los sindicatos quieren aumentar el control público de este tipo de actividades al entender que su gestión privada ha impedido una mejor respuesta a la pandemia. Está también sobre la mesa un plan para reforzar y reorientar el tejido industrial .
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Es el número de trabajadores vascos incluidos en un ERTE el pasado jueves, según informó ayer el departamento de Trabajo del Gobierno Vasco, lo que supone un ligero repunte en relación a las jornadas anteriores. Con este incremento el total de afectados en la CAV por medidas de suspensión a causa del coronavirus supera los 197.000, si bien en las últimas semanas se observa una tendencia clara a la estabilización de esa cifra total.
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Nuevos expedientes se aprobaron el jueves, con lo que el total roza los 27.000. En el caso de Bizkaia el número de ERTE roza los 13.700, con casi 93.000 trabajadores afectados. En Gipuzkoa el total de trabajadores afectados es de 63.500 y en Araba, de casi 41.000, según los datos del departamento de Trabajo.