Viena - Liderados por Arabia Saudí y Rusia, la OPEP y sus productores aliados se reúnen esta semana en Viena con la idea de prorrogar por seis o nueve meses el recorte de su producción de crudo vigente este semestre, una medida que esperan sirva para evitar el abaratamiento del petróleo.

A la 176ª conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que se celebrará hoy bajo la presidencia de Venezuela, le seguirá mañana la sexta reunión de la OPEP+, los 14 socios de la organización y 10 productores independientes aliados, entre ellos Rusia y México. Según indicó ayer el ministro saudí de Petróleo, Jalid al Falih, el resultado “más probable” del encuentro es una extensión hasta el 31 de marzo de 2020 del acuerdo del grupo de 24 países que entró en vigor el 1 de enero pasado y venció ayer. Su postura fue la esperada después del pacto sellado la víspera por Moscú y Riad en Japón para impulsar en la reunión vienesa la prolongación del recorte por seis o nueve meses más. El presidente ruso, Vladímir Putin, lo anunció a la prensa el sábado tras reunirse con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, durante la cumbre del G20 en la ciudad japonesa de Osaka.

Arabia Saudí es el líder natural de la OPEP por ser de lejos su mayor productor, mientras que Rusia, segundo productor mundial después de EEUU, lidera el grupo de aliados que en 2016 se adhirió a los esfuerzos de la organización para frenar la fuerte caída que habían tenido los petroprecios. Ante esta situación, los analistas consultados por Efe estiman determinante el pacto previo entre ambos países la prolongación del recorte de producción en 1,2 millones de barriles diarios (mbd). “Sus voces tienen un peso abrumador en la organización. Juntos proporcionaron casi 20 mbd de los 47,9 mbd producidos por la OPEP+. Se inclinan por una prórroga de nueve meses y es probable que lo logren”, explica Rafiq Latta, analista de la asesora Energy Intelligence Group. “Pensamos que el acuerdo saudí-ruso alcanzado en el G20 facilitará la decisión”, indica por su parte Yousef M. Alshammari, el presidente de la consultora CMarkits.

Mediante el recorte, los productores esperan apuntalar la cotización del petróleo, que se sitúa en torno a los 66 dólares por barril (del crudo Brent) en medio de una gran volatilidad. CMarkits prevé que el precio oscile entre 60 y 75 dólares en lo que queda del año, un cálculo que tiene en consideración tres factores alcistas, además de la limitación de la oferta de la OPEP. Esos elementos son: una distensión de la guerra comercial entre EEUU y China que impulse la demanda petrolera, las tensiones en Oriente Medio y “más sanciones a Irán”, admite Alshammari.

La escalada del conflicto en torno a Irán, miembro de la OPEP y gran rival regional de Arabia Saudí, y las sanciones impuestas a Teherán por Washington, que han llevado a una drástica caída de las exportaciones del crudo persa, ensombrecen sin duda la cita vienesa. “Irán está sufriendo niveles catastróficos de pérdida de ingresos y Riad apoya la política que está causando esto”, recuerda Latta.

La alianza de la OPEP con diez de sus antiguos rivales se forjó en 2016 con el fin de recuperar el precio del barril de su gran desplome, pues había llegado a caer a menos de 30 dólares desde los cerca de 115 dólares de mediados de 2014.

La interrogante que se plantean muchos ahora es hasta cuándo podrá el conglomerado de productores mantener la estrategia. “Probablemente, pueda vivir con uno o dos años más de erosión de la cuota de mercado”, calcula Latta. Alshammari cree que la situación será “temporal” porque “se estima que el esquisto no será sostenible a largo plazo en la competencia con el petróleo convencional”.