Alegría - Aunque no lo parezca en Álava, hay vida tubera más allá de Tubacex y Tubos Reunidos, los dos gigantes históricos con sede en Amurrio que en estos momentos transitan por escenarios antagónicos. Mientras que la primera parece haber entrado en la senda de los buenos resultados tras unos años muy duros marcados por la caída de las ventas y las tensiones geopolíticas derivadas, entre otros, del embargo al que la administración de Donald Trump está sometiendo a países clave para Tubacex como Irán, su vecina de municipio, Tubos Reunidos, acaba de renacer después de que un pool de bancos con el BBVA a la cabeza acabe de refinanciar una deuda de 351 millones de euros que, inevitablemente, abocaba a esta industria tubera a su desaparición. Una vez más, el manido Too big to fail (Demasiado grande para quebrar) como mal menor para un bien mayor...
A otra escala diferente pero igualmente implicado con la innovación en el mundo del tubo, el sector alavés alumbra estos días en la localidad de Alegría un nuevo player para un tablero tan complejo como lleno de oportunidades. Se trata de STS Baika Steel Tubular Systems, antigua Helisol, una marca prácticamente desconocida en el territorio a pesar de llevar la friolera de cuarenta años en el negocio de la fabricación de tubos y el revestimiento interno y externo de tubería de acero. Después de sortear no sin pocas dificultades un concurso de acreedores al que se vio irremediablemente abocado en 2016, dos años después entró en escena el grupo industrial alavés Baika, que se hizo con la propiedad tras una inversión inicial de 16 millones en la compra de la unidad productiva y negoció un plan social con los trabajadores hasta la reincorporación de 65 profesionales, prácticamente la gran mayoría de los que el concurso se había llevado por delante.
Con sede en esta localidad de la Llanada Alavesa, STS está especializado en la producción de tuberías soldadas en acero helicoidales de gran diámetro que se utilizan en las industrias del gas, petróleo, agua, química y construcción. Sectores estratégicos donde recientemente acaba de dar un paso estratégico una vez conseguidas sendas homologaciones para suministrar tubería de acero de primer nivel. La primera llegó de los Estados Unidos, concretamente del American Petroleum Institute (API), la principal asociación comercial de este país con una representación cercana a las 600 corporaciones implicadas en la producción, refinamiento y distribución de petróleo. Pues bien, esta asociación ha certificado a la compañía alavesa como fabricante europeo para suministrar tubería de acero al carbono para cualquier sistema de oleoducto y gasoducto del mundo. “Este certificado -API5L- no solo nos abre el sector del Oil&Gas, que es una liga que nos interesa mucho jugar, sino que nos afianza y posiciona como fabricante de tubería de acero de primer nivel en cualquier sector, lo que sin duda es una garantía para conducciones de agua o de tubería estructural”, reconoce el director general de STS, Ander Maestro.
La segunda de las licencias llegó poco después desde Londres, en este caso del Drinking Water Inspectorate (DWI), una sociedad fundada en 1990 para garantizar la calidad del agua potable en el Reino Unido y Gales y que en esta ocasión ha concedido el aval necesario a la firma de Alegría para suministrar en este país tubería de acero para la conducción de agua potable revestida.
el valor del tubo europeo Tanto en las islas británicas como en Estados Unidos, la tubera alavesa exportará una producción de garantías cuya trazabilidad, calidad, proximidad y orientación al cliente resultarán elementos clave a la hora de diferenciarse de fabricantes de otras latitudes como China, India o Turquía. “El valor principal de nuestros tubos es la secuencia de su fabricación a cargo de una empresa 100% española. Ese origen europeo es siempre un indicador de control y calidad”, advierte Maestro con la vista puesta en ese otro “plus” para STS que es la enorme campa para el almacenamiento de la producción que la empresa tiene en Alegría y que ocupa 450.000 metros cuadrados, el equivalente a unos 65 campos de fútbol. “Nos permite almacenar y custodiar gran cantidad de tubos y organizar entregas parciales al cliente o estar en contacto directo con el jefe de obra de cada proyecto, lo que evita al cliente tener que recepcionar todo el proyecto al mismo tiempo”, se felicita el directivo, recién aterrizado en un proyecto nuevo y ambicioso donde la hoja de ruta quedará fijada en función de la capacidad de adaptación que STS tenga a la evolución del mercado así como a su agilidad para localizar y aprovechar las oportunidades. “A corto plazo el objetivo debe de ser la estabilización en el mercado doméstico (España, Francia y Portugal) y en el medio plazo penetrar y asentarse en los mercados europeos y sudamericanos”, detalla Maestro con la tranquilidad de saber que ese as en la manga que suele ser la situación financiera de cualquier empresa, juega en este caso a su favor. “Financieramente la situación de la empresa es estable y saneada, contamos con el apoyo dentro del accionariado de la Caja Rural de Navarra y tenemos buenas perspectivas para poder aumentar la facturación en esta nueva etapa de la fábrica”, abunda el directivo a este diario.
Asentada en sectores históricos como el del transporte del agua y el del gas, la tubera alavesa asume que la necesidad de diversificarse hacia nichos de mercado como los tubos estructurales para construcción o los pantanales de los puertos, es casi una obligación. Por esta razón, también está realizando actualmente proyectos de I+D de la mano de clientes estratégicos y centros de investigación para intentar aportar valorar añadido a sus tubos y poder penetrar en nuevos mercados como los de la distribución de agua en las ciudades o los tubos para regadíos a baja presión.